NACIONES UNIDAS.- La Corte Internacional de Justicia (CIJ) enfrenta obstáculos significativos debido a un sistema mundial que permite a los países decidir si acatan o no sus sentencias, advierten expertos. La falta de cooperación de naciones como Rusia e Israel ejemplifica este problema.
En 2022, la CIJ ordenó a Rusia cesar su invasión de Ucrania, una orden que fue ignorada. Israel, por su parte, desoyó la sentencia de la CIJ que en mayo le pedía detener su ofensiva militar en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Estas situaciones plantean interrogantes sobre la credibilidad y legitimidad de la CIJ. Sin embargo, analistas entrevistados por la AFP sugieren que el problema radica más en la responsabilidad de los Estados dentro del sistema internacional.
Raphaelle Nollez-Goldbach, investigadora del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, subraya que la CIJ depende de la voluntad y cooperación de los Estados para implementar sus decisiones, lo cual tiene límites evidentes. Aunque la mayoría de las decisiones de la CIJ son cumplidas, los pocos casos de incumplimiento tienen un impacto significativo en las relaciones internacionales, según la oficina de prensa de la CIJ.
El problema de credibilidad, según Louis Charbonneau de Human Rights Watch, recae en los gobiernos que aplican una doble moral. Países occidentales apoyaron la decisión contra Rusia, pero se mostraron reticentes respecto a la sentencia contra Israel. Asimismo, Estados como Sudáfrica, que impulsó el caso contra Israel, no han sido consistentes en su postura sobre las acciones rusas en Ucrania.
Para Charbonneau, es crucial que los Estados apliquen las normas de manera equitativa a amigos, aliados y rivales, para evitar dar excusas a otros gobiernos para no cumplir con las decisiones judiciales.
El principal rol de la CIJ es mediar disputas entre Estados, abordando principalmente delimitaciones de fronteras o interpretaciones de tratados. Sin embargo, Gissou Nia del Atlantic Council, señala que hay una diferencia entre estas disputas y los "crímenes internacionales fundamentales". Los casos presentados por terceros, como el de Sudáfrica contra Israel o el de Gambia contra Birmania, complican el panorama y podrían llevar a que los Estados reconsideren su participación en tratados internacionales.
Además, varias naciones poderosas como Estados Unidos, Rusia, China e Israel no forman parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI), lo que dificulta la ejecución de las órdenes de arresto contra líderes acusados de crímenes graves. Las órdenes contra Vladimir Putin y Benjamin Netanyahu han generado indignación y amenazas de represalias.
Según Romuald Sciora, investigador del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, la pérdida de credibilidad afecta no solo a la CIJ y la CPI, sino a todas las instituciones del sistema multilateral, especialmente al Consejo de Seguridad de la ONU. La parálisis del Consejo de Seguridad impide hacer cumplir sus propias resoluciones, y mucho menos las sentencias de la CIJ, agrega Said Bernabia de la Comisión Internacional de Juristas.
Mientras la ofensiva israelí en Rafah continúa, Sudáfrica ha pedido al Consejo de Seguridad que haga cumplir la orden de la CIJ, evidenciando la necesidad urgente de reformar y fortalecer el sistema internacional para asegurar que las decisiones judiciales sean respetadas.
FUENTE: Con información de AFP