Los beneficios económicos de las exportaciones de productos básicos para los países que son hábitat de primates han sido limitados en relación con los costos ambientales extremos de la contaminación, la degradación del hábitat, la pérdida de la biodiversidad, la continua inseguridad alimentaria y la amenaza de enfermedades emergentes, según el estudio, publicado en la revista revisada por pares 'PeerJ-Journal of Life and Environmental Sciences'.
La fauna de primates del mundo, distribuida en los neotrópicos, África y en el Sur y sudeste de Asia, representa un componente global importante de la biodiversidad terrestre de la Tierra. La presencia y las actividades de los primates apoyan una gama de funciones y servicios ecológicos de la comunidad tropical que proporcionan recursos vitales para los ecosistemas naturales, incluidas las poblaciones humanas locales.
De manera alarmante, alrededor del 60 por ciento de las especies de primates están ahora en peligro de extinción y alrededor del 75% tienen poblaciones en declive como resultado de las crecientes presiones antropogénicas que resultan en la deforestación, la degradación del hábitat y el aumento del conflicto espacial entre una población humana en expansión y el rango natural de primates.
El estudio encuentra que las crecientes demandas del mercado de alimentos y productos no alimentarios de países de altos ingresos y de la comunidad global en general son factores importantes de la rápida y generalizada pérdida y degradación del hábitat de los primates.
El consumo mundial de alimentos y recursos naturales, junto con una economía cada vez más globalizada, ha creado un mercado internacional en expansión para los productos agrícolas. Este crecimiento también se refleja en el crecimiento del área de deforestación impulsada por los productos básicos.
La evidencia disponible indica que entre 2001 y 2015, se perdieron 160 millones de hectáreas de bosque en los trópicos debido a actividades humanas y que el 50% o más de esta pérdida fue impulsada por los productos básicos. Es decir, los bosques se convirtieron en campos agrícolas, pastizales de ganado, minas para extraer minerales y metales, exploración de combustibles fósiles y urbanización.
Dado que se prevé que la extracción global de recursos de productos básicos se duplicará, de 85.000 millones de toneladas actuales a 186.000 millones para el año 2050, revertir la tendencia actual del declive y la extinción de la población de primates debido a la pérdida y degradación del hábitat requerirá una decisión mundial más fuerte para reducir en todo el mundo la demanda per cápita de productos alimentarios y no alimentarios de riesgo forestal de las regiones donde viven los primates. Y, al mismo tiempo, implementar prácticas de uso sostenible de la tierra que mejoran el nivel de vida de las comunidades humanas locales, protegen la biodiversidad local y mitigan el cambio climático.
Con el fin de evitar la inminente extinción de los primates del mundo, los investigadores sugieren una serie de medidas que se implementarán, incluyendo cambios en los hábitos de los consumidores globales (por ejemplo usando menos semillas oleaginosas o comiendo menos carne), la creación de un fondo internacional de mejora ambiental para mitigar los efectos negativos del comercio de productos básicos de riesgo forestal, y asignando la responsabilidad del daño ambiental a aquellas corporaciones internacionales que controlan la producción, la exportación y las cadenas de suministro.
Los autores Alejandro Estrada, Paul A. Garber y Abhishek Chaudhary señalan en su investigación que "las crecientes demandas de los consumidores mundiales de alimentos y productos no alimentarios de las regiones de distribución de primates están colocando a las poblaciones de primates en riesgo de extinción. Estas demandas crecientes han provocado una expansión global acelerada de la agricultura y de las industrias extractivas y el crecimiento de la infraestructura para apoyar estas actividades que conducen a la pérdida y degradación generalizada del hábitat de los primates".
En esta línea, recuerdan que "los primates y sus hábitats son un componente vital del patrimonio natural y la cultura del mundo y, como nuestros parientes biológicos vivos más cercanos, los primates no humanos merecen toda nuestra atención, preocupación y apoyo para su conservación y supervivencia".
FUENTE: EUROPA PRESS