No hay duda de que, en tiempos electorales, los partidos políticos se vuelven mucho más celosos de sus agendas personales y buscan antagonizar, tratando de resaltar las debilidades del rival.
No hay duda de que, en tiempos electorales, los partidos políticos se vuelven mucho más celosos de sus agendas personales y buscan antagonizar, tratando de resaltar las debilidades del rival.
Sin embargo, en una rara ocasión política en Washington, tanto demócratas como republicanos habían demostrado, hasta ahora, apoyo al presidente Joe Biden en su iniciativa de dar a Ucrania todo lo que el gobierno de Kiev necesitase, para defender a su país contra la invasión rusa.
La justificación moral giraba en torno a una cruzada por defender los valores democráticos, más allá de la soberanía de una nación lejana.
Ahora, con la vista puesta en las elecciones de medio mandato, cada vez más congresistas republicanos se empiezan a preguntar si esta guerra continúa durante mucho tiempo y si Estados Unidos y sus aliados continúan enviando armas y ayuda financiera a Ucrania. ¿Cuánto será el costo para los contribuyentes estadounidenses y para la economía en su totalidad?
El presidente Biden quiere que el Congreso apruebe para Ucrania, 40.000 millones de dólares adicionales en ayuda militar, económica y humanitaria, hasta fines de septiembre.
Pero al mismo tiempo, está buscando fondos adicionales para combatir la pandemia de COVID-19, que aún representa una amenaza para el país.
Según La Casa Blanca, se necesitan otros 10.000 millones de dólares para hacer frente a los crecientes contagios, pero algunos republicanos se muestran reacios a aprobar una suma tan grande para una pandemia que se suponía que estaba desapareciendo.
Todos en el país, y por supuesto en particular aquellos que enfrentan una lucha diaria para mantener a sus familias a flote, están sufriendo el progresivo aumento del costo de vida, agravado ahora por las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania y el impacto que ha tenido en los precios de la energía y de los alimentos.
La falta de fondos suficientes para proteger a las familias del resurgimiento de la COVID provocará sin duda un mayor sufrimiento para aquellos que ya enfrentan una enorme presión económica.
En algún momento, con la guerra en Ucrania aún en curso, muchos estadounidenses. comenzarán a preguntarse ¿por qué estamos gastando miles de millones de dólares en un país a 5.000 millas de distancia?
Esas mismas preguntas también surgieron sobre la guerra en Afganistán que costó a los contribuyentes alrededor de 300 millones de dólares diarios durante 20 años para que después Afganistán fuera devuelto a los talibanes.
Los crecientes costos de ayudar a Ucrania para luchar contra los rusos, ya se están convirtiendo en un problema en el Congreso y en todo el país.
Para aquellos que apoyan el derecho democrático de Ucrania a ser una nación independiente y libre de elegir su propio futuro, no puede haber duda de que la decisión de Estados Unidos y sus aliados fue la correcta, pero para el ciudadano común tal vez no sea tan fácil de entender.
Según un análisis de la Cámara de Representantes, la guerra en Ucrania ahora le está costando a Estados Unidos 100 millones de dólares al día.
Las últimas cifras, divulgadas por National Public Radio (NPR) recientemente, muestran que hasta ahora se han gastado más de 7.000 millones en el suministro de armas y otros equipos militares, 1.800 millones en ayuda financiera y 4.300 millones en apoyo humanitario.
Poniendo las cifras en contexto, Mark Cancian del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS), un grupo de expertos en Washington dijo a NPR: “Antes de la guerra, Estados Unidos enviaba 300 millones por año a Ucrania. Ahora estamos proporcionando 100 millones de dólares al día”.
Por su parte, el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, justificó el gasto al decir: “Tenemos la obligación moral de apoyar a nuestros amigos en Ucrania. La batalla que están librando, es una lucha entre la democracia y el autoritarismo mismo”.
No obstante, el país necesita estar seguro de al menos dos cosas: ¿Se está gastando el dinero con cuidado y con total responsabilidad? (miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes estadounidenses se desperdiciaron en Afganistán e Irak) y ¿se hará todo lo posible, diplomática, militar y económicamente, para poner fin a esta guerra lo antes posible?
Si la respuesta es “sí” a estas preguntas, entonces seguramente todos estarán preparados para hacer los sacrificios necesarios por defender los valores que identifican la esencia del país.