jueves 13  de  febrero 2025

El dolor perenne de los Miami Dolphins

El siglo 21 no ha sido bueno para los Dolphins. Nada bueno. Todo lo contrario, mucho dolor, perenne sentimiento que apenas se ha ausentado de nosotros en las pocas ocasiones en que han jugado bien
Diario las Américas | EDUARDO EL VIKINGO MARTELL
Por EDUARDO EL VIKINGO MARTELL

Los Miami Dolphins andan en horas bajas a estas alturas de esta temporada, con marca de 4-7, tras cinco derrotas consecutivas, la postemporada prácticamente eliminada de cualquier ecuación y con la idea de pensar ya en el 2018, buscando volver a los playoffs tras hacerlo en el 2016.

El siglo 21 no ha sido bueno para los Dolphins. Nada bueno. Todo lo contrario, mucho dolor, perenne sentimiento que apenas se ha ausentado de nosotros en las pocas ocasiones en que han jugado bien y que han llegado a la tierra prometida.

Ese sentimiento de frustración desapareció el año pasado con la marca de 10-6, el liderato de Adam Gase y volver a la postemporada por primera vez desde el 2008.

Pero en esta campaña, todo lo que podía salir mal, ha salido mal, bastante mal.

La línea ofensiva ha quedado a deber por todos lados. La línea defensiva estuvo espectacular las primeras cinco semanas, pero ha estado muy deficiente desde la sexta semana y no ha podido hacer mucho, especialmente contra la corrida.

La lesión de Ryan Tannehill que le abrió la puerta Jay Cutler fue la primera mala noticia de esta campaña y nunca esa ofensiva ha estado fluida, ni con Cutler ni con Matt Moore. Esa es una triste realidad. El ataque aéreo ha quedado a deber muchísimo. Y la ofensiva terrestre no ha sido la misma de la temporada anterior, siendo la señal de alarma el canje de Jay Ajayi a los Eagles de Filadelfia.

Volviendo a la defensa, los esquineros no han estado a la altura y apenas tienen cuatro intercepciones en esta temporada todo el grupo de la secundaria.

Todos esos factores se han juntado para que estos Miami Dolphins se encuentren en plan reconstrucción 2018 a un mes y cinco partidos para que termine esta campaña. Contexto triste y repetido.

El perenne dolor de los fans de estos Miami Dolphins se mantiene ahí porque el equipo ha dado un paso atrás en referencia a la primera temporada de Gase, lo que suma a los últimos 15 años de frustración.

Mucha espuma y poco chocolate.

Los Dolphins buscan volver a ser la franquicia que desarrolló Don Shula. Aquel equipo que año tras año estaba en los playoffs con posibilidades reales de ganar el SuperBowl. Hoy, desgraciadamente, no vivimos esa realidad y el equipo sigue navegando en tempestad para tratar de llegar a puerto seguro.

Gase, como capitán, es el encargado de lograrlo. Es cierto que necesita que le faciliten jugadores de nivel. Sobre todo porque muchos de los cálculos que se hicieron –Gase responsable también– con muchos de los jugadores fueron errados porque el rendimiento en el terreno no ha sido ni de cerca el más esperado.

Salvo un milagro, no habrá playoffs para ellos. Y es por eso que repito que deben concentrarse en lo que vendrá el próximo año. Sé que es duro pero es la realidad.

Para las batallas futuras siempre es mejor estar preparado. Quién se queda y quién se va. Cuáles son las posiciones que hay que reforzar sí o sí.

Esas son las preguntas que hay que empezar a responder desde ya, incluso al precio de que no jueguen todos los que deban hacerlo. Duro pero real. La vida no es fácil, el futbol americano tampoco. Mucho menos la NFL.

Prepararse mejor nos ayudaría a aliviar ese sufrimiento que nos embarga con los Dolphins. Si los resultados se revierten y mejoran.

Ese dolor perenne del siglo 21. El de los Miami Dolphins.

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