Lo visto en Francia este jueves en la noche fue desgarrador e inaceptable cuando un hombre de origen musulmán-tunecino arremetió contra la multitud en un camión de carga disparando y arrollando a quien estuviera a su paso. Lamentable escenario ya que de nuevo víctimas inocentes pagan el precio de una guerra que aún no tiene fin y que al parecer seguirá arrojando victimas por donde sea, mientras aun en occidente se discute lo viable de catalogar a estos radicales como grupos extremistas islamistas o no. Durante los últimos años EE.UU se ha debatido entre actuar o no ante un grupo de radicales de creencia musulmana bajo la creencia de que involucrarse más en el conflicto sería un error, pero al parecer esa misma política de los últimos 8 años ha sido la que precisamente ha ocasionado el caos que hoy vive la región del medio oriente, y la cual ha desencadenado el masivo éxodo de refugiados a Europa generando más caos, exclusión social y racismo que nunca antes frente a los hermanos de origen musulmán.
Entonces, las políticas de EEUU que han buscado precisamente evitar el odio racial hacia los musulmanes de bien, han generado lo opuesto debido a que la falta de una política exterior más precisa en el medio oriente ha generado que grupos extremos se fortalezcan y cojan fuerza ante un EE.UU que mira las batallas desde los binoculares sin querer volverse a involucrar en otro conflicto. Pero hay formas más efectivas de combatir a estos grupos sin dejar el terreno tan libre, y temo que seguirán sucediendo más tragedias como las de Francia dejando claro que se necesita más mano dura y resolución para actuar ante esta amenaza ya que el verso ha sido un fracaso.
Francia, al parecer, cuyos vínculos con países de origen musulmán data de hace varios años por no decir siglos, hoy es quien paga el precio de esos vínculos con esos países, y ahora se convierte en blanco fácil debido a la gran diversidad de su población y la gran integración que ha existido con países de creencia musulmán. ¿Qué hacer ahora? Ya es un poco tarde para evitar las masivas migraciones de estos países hacia Francia, sin embargo, es hora de seguir aplicando las leyes de carácter temporal para que el país tenga herramientas para combatir el terrorismo islámico, pero no se puede pensar que porque no hay un ataque en unas semanas, que la amenaza se ha reducido o que ya nada sucederá. Es cuando más confiados se vuelven los franceses que estos grupos atacan ya que conocen el país muy bien. Sin duda Francia se convirtió en el territorio preferido de estos fundamentalistas para atacar y fomentar su mensaje nefasto.
Lo que sucede en Francia no es un fenómeno aislado, y es claro que debemos estar muy alertas para evitar los ataques que podrían presentarse en el futuro. Muchos criticaron a Ted Cruz y Trump por sugerir monitoreos a barrios musulmanes y mezquitas, pero la amenaza es tan grande que el no hacerlo nos llevara a no poder identificar aquellos que son radicales, y quienes son apoyados, en muchos casos, por las mismas mezquitas que atienden. Entonces, monitorear no significa excluir o perseguir, pero si estar al tanto de quienes pueden ser radicales para poder evitar al máximo futuros ataques como los de Orando y el sucedido en Francia el 14 de Julio de 2016. El ataque de ayer llega en un momento cuando las medidas anti-terrorismo serían levantadas. Es un mensaje contundente de que no es el final de la amenaza y que las medidas deben continuar así como la alerta mundial para reducir a estos radicales islámicos.
Finalmente, solo debemos estar muy alertas cuando estemos en sitios abiertos, públicos y concurridos para evitar que más tragedias se presenten. Debemos alertar de cualquier comportamiento extraño a las autoridades y siempre estar alerta de las salidas de emergencia en los sitios públicos que frecuentemos, pero lo más importante es evitar eventos muy concurridos en donde se pueda ser víctima de estos radicales cuya única misión es crear miedo y pánico. Paz en la tumba de aquellos quienes perecieron en esta tragedia.