martes 5  de  noviembre 2024

Huérfanos de su estrella

Luego de cuatro años en Miami, todos con finales de la NBA y dos campeonatos, Le-Bron James pensó que era hora de volver a su terruño

Nada más difícil para un fanático de algún deporte profesional que terminar de aceptar la pérdida de una de sus grandes figuras. La partida del héroe con el cual los seguidores se identifican, deja a la afición con un nsentimiento de orfandad tan rudo, que en principio parece no haber solución a la pena. n nAsí es el deporte profesional.

Ayer, Le-Bron James dejó saber su decisión de seguir su carrera con los Cavaliers de Cleveland. Luego de cuatro años en Miami, todos con finales de la NBA y dos campeonatos, npensó que era hora de volver a su terruño. Como el astro nació en Akron, en el estado de Ohio, parece que quiere seguir su carrera cerca de sus amigos, de las calles que pisó y donde tiene un sentido de pertenencia.

Al menos eso fue lo que dijo en el comunicado difundido en la revista Sports Illustrated. n nNo hay nada criticable en este paso profesional. LeBron es el mejor jugador de la NBA y como tal quería ganar más dinero. En Miami no podía lograr ese fin, porque tal y como fue armado ese quinteto y debido al tope salarial, le era imposible. n

nGanó dos anillos, consolidó su prestigio de máxima estrella y le dio a esta ciudad cuatro campañas donde las derrotas eran fracasos estrepitosos, pero es hora de ganar más dinero cerca de casa.

El Heat queda más desvalido que su afición. n nUna reestructuración es algo difícil para esta organización, porque no será fácil conseguir una o más piezas como la que acaban de perder para mantener el engranaje en funcionamiento.

El aficionado podrá expresar su frustración y aguardar el retorno de James, ahora con la camiseta de los Cavaliers, para abuchearlo como si ncualquier traidor, olvidando todos los títulos logrados y los buenos momentos.

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