jueves 21  de  marzo 2024
OPINIÓN

Incógnitas de la política exterior de La Casa Blanca

Republicanos del Comité de Servicios Armados del Senado adelantaron que la retirada de tropas de Siria no depende únicamente del calendario del Presidente, sino de las condiciones en el terreno
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

Es indudable que tras la salida del general Jim Mattis y el general John Kelly del círculo íntimo de asesores principales del presidente Donald Trump, toda la dinámica del gabinete ha cambiado.

Especialmente cuando solo queda Mike Pompeo como secretario de Estado y John Bolton como asesor de Seguridad nacional del grupo de experimentados miembros del equipo original de seguridad y política exterior.

De acuerdo a un estudio del Centro para la Acción Preventiva del Council on Foreign Relations, los conflictos potenciales más peligrosos para la seguridad de Estados Unidos para el año 2019 vendrían por:

  • Ataques cibernéticos en la infraestructura y las redes estadounidenses.

  • Tensiones en la península de Corea tras el colapso del intento de desnuclearización.

  • La confrontación armada entre Irán y Estados Unidos.

  • Una confrontación armada en el mar de China meridional.

  • Un ataque terrorista en suelo estadounidense.

  • La violencia en Siria por el control gubernamental.

  • La profundización de la crisis económica y la inestabilidad política en Venezuela.

  • El empeoramiento de la crisis humanitaria en Yemen y mayor violencia en Afganistán.

Lo que hace temer a expertos es que ahora, con la pérdida del general Mattis y su posterior reemplazo por quien fuera su segundo a bordo en el Pentágono, Patrick Shanahan, como secretario de Defensa, una parte clave de lo que había sido un triunvirato crucial de oficiales veteranos con décadas de experiencia, se han ido.

La consecuencia es que ahora hay aún más confusión, particularmente cuando se trata de descifrar los códigos de la política exterior de Trump en el Medio Oriente.

Un ejemplo claro se dio cuando senadores del Comité de los Servicios Armados del Senado se retiraron de una reunión con altos funcionarios del Pentágono la semana pasada, admitiendo no sentirse lo suficientemente seguros sobre cuál es la dirección de la política del mandatario en Siria.

Y es que las declaraciones de Trump sobre la participación militar estadounidense en Siria, como en otros temas internacionales, han cambiado casi de un día para otro.

Cuando Trump escribió su primer tuit anunciando que quería que las 2.000 tropas estadounidenses salieran en un plazo de 30 días, nadie parecía saber cuándo y cómo sucedería.

Mientras tanto, Bolton pareció desestimar los deseos de Trump, cuando dijo durante una visita a Israel que las tropas no se irían hasta que el grupo terrorista Isis fuera derrotado en Siria.

El caso es que Trump luego dijo que no había diferencia entre sus propias declaraciones y las de Bolton sobre la participación de Estados Unidos en Siria, algo que debió haber causado desconcierto en el Pentágono.

Bolton también dijo que esperaba que el Gobierno de Turquía se comprometiera a no sacar ventaja de la retirada estadounidense para atacar a las fuerzas kurdas, que con el entrenamiento, armamento y financiación estadounidense han desempeñado un papel relevante en la expulsión de califato terrorista de Isis en el noreste de Siria.

Sin embargo, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se negó a dar seguridades sobre sus planes con los kurdos en Siria, a quienes su gobierno considera terroristas y enemigos del país, negándose incluso a ver a Bolton cuando estuvo en Ankara.

Recientemente, oficiales del Pentágono confirmaron que el retiro de tropas había comenzado pero sin dar detalles, y luego el mismo Pompeo aseguró se continuará, pero cuidadosamente, dejando entrever que podría tomar algún tiempo remover 2.000 soldados asignados en Siria.

Asimismo, miembros republicanos del Comité de Servicios Armados del Senado adelantaron que la retirada de tropas no dependía únicamente del calendario del Presidente, sino de las condiciones en el terreno.

En otras palabras, la impresión es que el límite original de 30 días, fijado por el mandatario, no responde a un plan estratégico, sino al deseo de Trump de cumplir otra de sus promesas electorales: terminar con la participación militar de Estados Unidos en Siria.

En todo caso, la estrategia acerca del Medio Oriente, detrás de la retirada de los militares, se dejará en manos de Bolton, Pompeo y Bolton, quien ya fue rechazado por el presidente turco.

Ante este panorama, no es s de extrañar que tanto el mundo político como el legislativo tengan muchas más preguntas que necesitan respuestas.

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