De antemano, aclaro que creo en la justicia como una de las formas de gratificar cualquier desempeño de la vida. El deporte no puede estar fuera de las disciplinas donde ésta debe alcanzarse, así que todo mecanismo que afine ese logro, debe ser a mi juicio, bienvenido. n
Por eso me contenta saber que el béisbol está dándose una oportunidad de resarcir los errores de sus jueces mediante el uso de videos en las decisiones controversiales. Quizás algunos de los detractores de la idea opinen que los umpires quedan expuestos ante peloteros y aficionados cuando se debe recurrir a esa medida. n
u00bfEs que acaso en la actualidad, con la tecnificación y masificación de las transmisiones televisivas no se sabe de inmediato cuándo es que un árbitro se equivoca? Lo podemos saber todos, incluso quienes estamos en los estadios y observamos las pantallas ubicadas en las tribunas.
Si me dan a escoger entre la impunidad por una decisión que debe tomarse apresuradamente y la posibilidad de mejorar la sentencia mediante la apelación gracias a la tecnología, me quedo con esta última. nHay sentencias que pasaron a la historia y que pudieron hallar solución mediante este recurso.
En la Serie Mundial de 1975 Ed Ambrister debió ser sentenciado con una interferencia a Carlton Fisk, en una jugada que cambió el curso de aquel clásico, pero el umpire Larry Barnett no vio la jugada.
En 1996, Rich García sentenció como jonrón de Derek Jeter otra célebre interferencia, esta vez de un fanático en la serie por el campeonato de la Liga Americana, que le dio el triunfo a los Yankees sobre los Orioles. En 2011 Jim Joyce no vio lo que todo el planeta, cuando el lanzador Armando Galarraga completó un juego perfecto con una clara jugada en la inicial. Esas son sólo tres de las más polémicas situaciones que pudieron evitarse. n
Pero es muy probable que la regla, o más precisamente el mecanismo para desarrollar la protesta, requiera modificarse. Ahora la rutina es evidente, pues el mánager, ante una acción controversial, camina lentamente al punto donde se produjo la acción, dando tiempo a que alguien de su personal observe la jugada.
No hay reclamaciones airadas pero vanas, sino un tiempo prudente durante el cual hay una revisión previa, hasta que surge la señal si procede o no el challenge. nSe ha critica la duración de los juegos y lo lento de su accionar, como para abrir otra puerta a críticas que pueden ser corregidas.
Si ahora tenemos una posibilidad de hacer algo con justicia, habría que hallar la manera de que sea con diligencia, para que todo llegue completo.