Una filtración de emails ocurrida recientemente en Cuba demuestra, que aunque el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de la isla facilita los trámites de viaje a los colaboradores que envía a misiones en diferentes países, el Ministerio del Interior, en control de los organismos represivos y de control ciudadano del régimen, cuenta con poder absoluto para obstruir salidas y evitar deserciones.
El pasado 7 de agosto, la Unidad Central de Cooperación Médica (UCCM) de Cuba solicitó al Departamento de Relaciones Exteriores del MINSAP, vía correo electrónico, gestionar cinco visas de tránsito por España a 5 cooperantes que en breve tiempo tenían previsto viajar para integrarse a la Brigada Médica cubana en ese encantador archipiélago africano que forma la República de Cabo Verde.
El singular cibermensaje, bastante escueto por cierto, informa que los colaboradores deberán recibir el visado de tránsito el próximo 12 de septiembre en el consulado español, para lo cual tienen que presentarse el día antes en la sede de la UCCM, ubicada en Carretera CUJAE KM 2 1/2, en el municipio capitalino de Marianao.
Se trata de los doctores Neuvis Vázquez del Llano (cirujana), Manuel Luis Rodríguez Lavernia (cirujano), Aida Silvia Fuentes Abreu (pediatra), Pablo Raúl Rosell (cirujano) y María Elena Pérez Jiménez (anestesista).
Hasta ahí todo pareciera estar bien, la UCCM es la institución encargada de garantizar el cumplimiento de los compromisos contraídos por Cuba en el tema de la Colaboración Médica Internacional, y es normal que se encargue también de la diligencia del visado y viaje de los colaboradores.
El punto oscuro e irregular en esta historia salta, cuando por arte de magia y con horas de diferencia, otro segundo email, con fecha miércoles 9 de agosto, enviado desde la oficina de Roberto Morales, titular del Ministerio de Salud Pública en Cuba, a la embajada cubana en Madrid y con copia al embajador cubano ante el Estado africano, instruyendo que, por órdenes del coronel Jesús López-Gavilán, jefe del departamento del MININT que atiende el área de salud, cuando se tenga fecha de vuelo confirmada de los colaboradores, se requiere, de modo imperioso, que un funcionario de la sede diplomática en Madrid, se acerque al aeropuerto internacional de Barajas, y no precisamente para ayudar a los viajeros cubanos en su paso por la enorme terminal aérea sino porque – explica con desfachatez la misiva- después de ser investigados y de chequear la comunicación con familiares en el exterior, se detectó que uno de los cinco galenos, sin especificar cuál, pero se repite el nombre de los cinco antes mencionados, ha mostrado lo que se califica como fuertes indicios e intenciones para desertar.