jueves 10  de  julio 2025

La guerra química olvidada

Uno de los problemas más urgentes e importantes en estos momentos en el mundo, es el uso de las armas químicas en el conflicto interno de Siria, que podría llevar a complicaciones internacionales impredecibles. n

Con el objeto de evitar el uso de estas armas terribles, en 1925 se redactó y suscribió el Protocolo de Ginebra, y después algunas resoluciones de las Naciones Unidas, en las que se establecía la prohibición del uso de estas armas. n

No obstante, en violación de dichos acuerdos, hechos al amparo del Derecho Internacional, en ciertas ocasiones se ha utilizado la guerra química, ante las cuales se alzaron algunas voces denunciando esos hechos, como fueron la guerra de Viet Nam contra Cambodia, la guerra Irán-Irak, y en el conflicto de este último país contra los kurdos. n

Pero lo que no se ha hecho (y si algo se hizo fue tan a media voz, que se ha sepultado en el olvido) fue la guerra química que las tropas cubanas, enviadas por el Gobierno castrocomunista, llevaron a efecto en el conflicto interno de Angola. En la lista de países que han cometido estos hechos, hay que señalar -y con letras mayúsculas- ese verdadero genocidio que el Gobierno castrocomunista cometió en aquel país africano. n

Tras el cese del Gobierno colonial portugués, dos principales facciones políticas aspiraban al poder en Angola: una encabezada por Jonas Sabimbi líder de UNITAS, y el MAPLA, liderada por Agostino Neto, de filiación comunista, apadrinado por la entonces Unión Soviética y, al servicio de ésta, las tropas cubanas pusieron en práctica la más terrible guerra química, no sólo contra los combatientes de UNITAS, sino contra la población civil que habitaba las zonas en conflicto. n

En la edición de febrero de 1990 de la revista u201cVoix Dafrique u201d, que se publica en francés, aparece el informe técnico detallado de aquella guerra que hicieron las tropas cubanas. El informe fue ofrecido por el profesor Aubun Heydrickx, director del Laboratorio de Toxicología de la Universidad del Estado de Gand, Bélgica. n

El profesor Heydrickx, se trasladó a Angola, en 1986, al frente de un equipo de médicos, cirujanos y expertos en enfermedades producidas por la guerra química, y en los análisis realizados, dieron con la clave del misterio: se encontraron con un producto en extremo tóxico, no conocido por la OTAN.

Un arma totalmente nueva, constituida por los cianuros complejos. Producto que mata rápido, pero en los que sobreviven a la acción inicial crea lesiones irreversibles. Más de quinientas personas quedaron sufriendo estas enfermedades, no sólo soldados de UNITAS, también mujeres y niños de dichas zonas: ceguera, parálisis, pérdida de sensibilidad en los miembros inferiores, dificultades respiratoria de incontinencias.

u201cHasta el momento u2013expone el profesor Heidrickx- no hay ninguna terapéutica. Esas víctimas van a sufrir esos males para el resto de sus vidas u201d. Y concluye dicho profesor que el cianuro utilizado por las tropas cubanas en Angola es como el utilizado para el exterminio de los judíos en la Segunda Guerra Mundial. n

El informe que publica la revista u201cVoz de África u201d, culmina con la contundente recriminación de que así como era bochornoso para la coalición ruso-cubana ese genocidio, lo era igualmente para el mundo occidental que lo observaba en silencio culpable. n

Por eso, entiéndase, que en estos momentos en los que este problema de la guerra química llama la atención internacional, es oportuno destacar que el régimen castrocomunista, en sus afanes intervencionistas, y al servicio de los intereses de otro país, llegó al extremo de llevar a cabo este genocidio, y que es procedente sacar del archivo y el silencio cómplice, esta guerra química olvidada.

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