Monseñor Jesé Siro González Bacallao, nació en el municipio de Candelaria, provincia de Artemisa, Diócesis de Pinar del Río, el 9 de diciembre de 1930. En el seno de una familia humilde y religiosamente católica practicante.
A lo largo de su vida Siro se destacó por su humildad, valentía y su compromiso con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, que por consiguiente lo llevaba a defender la justicia, la libertad y la paz
Monseñor Jesé Siro González Bacallao, nació en el municipio de Candelaria, provincia de Artemisa, Diócesis de Pinar del Río, el 9 de diciembre de 1930. En el seno de una familia humilde y religiosamente católica practicante.
El padre Siro como le gustaba a él que le llamará su grey y sus amigos independientemente de su consagración episcopal y el titulo honorifico que significa la nomenclatura de Monseñor etimológicamente hablando. El padre Siro fue una figura emblemática en los sectores más humildes de las comunidades cristianas a las que ya siendo sacerdote visitaba en su tiempo previamente programado y una vez obispo de la Diócesis de Pinar del Río lo seguía realizando con gran pasión.
El contexto socio-político y religioso era en su tiempo y lo sigue siendo hoy severamente restringido. El régimen por medio de una mal llamada “oficina de Asuntos Religiosos” controla los movimientos de todas las instituciones religiosas y a sus representantes. En este contexto Siro se convirtió en una figura importante como lo fue también Monseñor. Pedro Meurice en Santiago de Cuba para la defensa de la libertad de culto y de los Derechos humanos.
A lo largo de su vida Siro se destacó por su humildad, valentía y su compromiso con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, que por consiguiente lo llevaba a defender la justicia, la libertad y la paz.
Su liderazgo espiritual en la Diócesis de Pinar del Río fue sumamente importante para mantener viva la fe católica en un entorno profundamente hostil ya que todo lo que sea diferente a lo mandado por la dictadura conllevaba duras sanciones y limitaciones. Pero su Voz resonó en cada Rincón de la Diócesis de Pinar del Río por su fortaleza no solo espiritualmente hablando, sino también a la hora de defender los principios democráticos de sus hijos maltratados, ejemplo de ello al laico católico: Dagoberto Valdés Hernández y al equipo del centro cívico religioso y la entonces molesta revista Vitral para el régimen comunista, por ser faro de luz en el umbral de la esperanza de ser la voz de los que no tienen voz. El padre Siro los defendía con hidalguía de sectores reticentes dentro de la misma iglesia y del feroz sistema asesino comunista imperante aún hoy en la isla cárcel lamentablemente.
Su legado va más allá de su ministerio episcopal, porque su historia existencial ha marcado el corazón de toda la Diócesis Pinareña y de manera especial a los que tuvimos el privilegio de estar cerca de su persona y obra pastoral. Su ejemplo de fe, coraje y compromiso por la libertad de sus hijos encarcelados en las mazmorras del sistema comunista siguen siendo una luz de esperanza en tiempos de oscuridad.
Monseñor José Siro González Bacallao cerro sus ojos para este mundo en la mañana del 19 de julio del año 2021 a la edad de 91 años en el territorio parroquial de Nuestra Señora de las Nieves en Mantua, Pinar del Río. Hoy celebramos su tercer aniversario de resucitado en la casa del Padre. Recordar y honrar su legado es mi deber y honor de buen hijo y hermano de camino que mantiene vivo el deseo presente de una Cuba renovada y restaurada en los valores de: Dios, Patria y Vida.
Descansa en paz, Padre Siro.