La Florida, que acumula ya primeros escalones nacionales como capital del fraude al Medicare y otras desdichas, se encamina a convertirse en un escenario privilegiado para la venta de armas. n
Las estadísticas de revisión de antecedentes de potenciales compradores de armas suman la friolera de 800.000 solicitudes en lo que va de año. Y la cuenta pudiera elevarse mucho más después de los registros de Viernes Negro, particularmente activos en este tipo de negocio desde finales de 2012, tras la horrenda masacre de Newtown. n
Para los floridanos u2013y para los ciudadanos de toda la nación- la pregunta está a la orden del día. u00bfContinuaremos comprando armas para defendernos de un enemigo eventual que pudiera amenazar nuestra tranquilidad y nuestra vida, o buscaremos una solución menos facilista a los graves problemas educativos y sociales que generan la violencia y la necesidad de protegernos con una pistola o un rifle? n
La discusión en el seno de la familia y la sociedad estadounidenses escaló hasta las más altas esferas del Congreso y el Gobierno.
Los defensores de la tenencia y venta de armamentos siguen encasillados en el argumento de la libertad de poseerlos en legítimo derecho constitucional.
La renuencia al control está respaldada por la industria y los poderosos cabilderos de la Asociación Nacional del Rifle. n
Las estadísticas y los sucesos repetidos del crimen en las calles, las escuelas y los centros públicos nos sacuden la conciencia todos los días. Prohibir las armas es una decisión inadmisible u2013impopular- entre muchos ciudadanos honestos y pacíficos, pero la realidad está ante nuestros ojos y debemos hallar una respuesta enérgica y definitiva.