El reciente anuncio de Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, amenazando con una intervención militar en Israel, se enmarca en una estrategia política más amplia. El mandatario turco, un político con profundas raíces en el islamismo y miembro de la Hermandad Musulmana, utilizó la retórica antiisraelí para movilizar el apoyo entre los sectores más nacionalistas y religiosos de Turquía.
Erdogan mantiene una relación ambigua con varios actores en Medio Oriente. Si bien Turquía es un aliado histórico de Occidente y un miembro de la OTAN, en los últimos años Erdogan adoptó una postura distante. Fortaleció lazos con otros países de la región, incluyendo a Rusia, y esto es parte de un movimiento más amplio para posicionar a Turquía como una potencia regional autónoma, capaz de negociar y colaborar con múltiples actores internacionales.
El acercamiento de Turquía con Rusia, por ejemplo, se demostró en ejercicios militares conjuntos y en acuerdos de cooperación energética y defensa. Estos movimientos generaron tensiones dentro de la OTAN, especialmente puesto que Rusia es vista como una amenaza por varios miembros de la alianza.
Erdogan utilizó esta relación con Rusia para contrarrestar la influencia occidental y diversificar sus alianzas estratégicas, mostrando una Turquía más independiente en sus decisiones geopolíticas.
Utilización de la retórica antiisraelí para fines políticos internos
La retórica antiisraelí de Erdogan no es un fenómeno nuevo y es una herramienta recurrente en su política interna. En varias ocasiones, Erdogan utilizó discursos y acciones provocativas contra Israel para consolidar su base de apoyo interna, especialmente entre los votantes más conservadores y religiosos. Este enfoque se intensifica en momentos de crisis política interna o cuando Erdogan enfrenta desafíos electorales, como ocurrió recientemente en las elecciones locales, donde su partido perdió terreno en varias ciudades importantes de Turquía.
Erdogan también demostró simpatía hacia grupos como Hamás, invitando a sus líderes a Turquía y permitiendo que ciertas operaciones se realicen desde suelo turco. Esto se alinea con su ideología basada en la Hermandad Musulmana, que apoya causas islámicas en todo el mundo, y refuerza su imagen como un defensor de los musulmanes, especialmente en contextos conflictivos como el palestino-israelí.
La falta de aliados en Medio Oriente y la estrategia de Erdogan
A pesar de sus esfuerzos por posicionarse como un líder influyente en Medio Oriente, Turquía, bajo Erdogan, no consolidó alianzas sólidas en la región. Las relaciones de Turquía con otros países del Medio Oriente están marcadas por tensiones y conflictos. Con Irán, por ejemplo, a pesar de algunas colaboraciones, existe una competencia por la influencia regional. Con Siria, las relaciones se deterioraron tras el apoyo de Turquía a ciertos grupos rebeldes que luchan contra el régimen de Bashar al-Assad. Asimismo, diferencias políticas complicaron las relaciones con Egipto y los países del Golfo Arábico ante el apoyo turco a movimientos como la Hermandad Musulmana, que estos países consideran una amenaza.
La ausencia de aliados fuertes en la región significa que Erdogan a menudo recurre a la retórica y acciones provocativas para reafirmar su influencia y demostrar su poder. Esto se ve reforzado por su deseo de presentarse como un líder fuerte que defiende los intereses de los musulmanes y desafía a Occidente y a Israel.
Aunque Erdogan amenazó con acciones militares, las capacidades reales de Turquía para llevar a cabo una invasión a Israel son cuestionables. Turquía no ha participado en un conflicto militar significativo en décadas y su experiencia reciente se limita a operaciones contra insurgencias, mientras que Israel tiene una experiencia considerable en conflictos de alta intensidad y posee capacidades tecnológicas avanzadas. Además, una intervención militar en Israel llevará a consecuencias diplomáticas severas, especialmente con sus aliados occidentales en la OTAN. Sin embargo, estas amenazas siguen como una parte central de la estrategia de Erdogan para fortalecer su posición interna y proyectar poder en una región donde busca un rol más significativo.
Las cosas como son.
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