miércoles 12  de  noviembre 2025
OPINIÓN

¿Podrán Washington y Moscú retomar el diálogo?

La guerra en Ucrania y las relaciones entre Trump y Putin entran ahora en una nueva fase

Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

En Washington se esperaba que durante su segundo periodo de gobierno, la relación entre el presidente Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin sería especial o por lo menos eso se desprendía de las numerosas declaraciones del republicano, que parecía convencido de poder lograr la paz entre Moscú y Kiev.

Sin embargo, tras varios intentos, Trump tuvo que admitir públicamente que había llegado a su límite ante el aparente desinterés de Putin para poner fin a la guerra en Ucrania.

Así pues, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), del Departamento del Tesoro estadounidense, impuso nuevas sanciones “debido a la falta de un compromiso serio de Rusia con un proceso de paz para poner fin a la guerra en Ucrania”.

A pesar de las fuertes medidas impuestas, Estados Unidos deja la puerta abierta al afirmar en el comunicado del Tesoro que “seguirá abogando por una solución pacífica a la guerra y la paz permanente depende completamente de la disposición de Rusia a negociar de buena fe”.

Las sanciones impuestas contra la Sociedad Anónima Abierta Rosneft Oíl Company (Rosneft) y la Sociedad Anónima Pública Lukoil (Lukoil), pudieron haber sido tomadas por Trump hace meses, pero mantenía la esperanza de que su relación con Putin pudiera conducir a un avance en las negociaciones y persuadir al líder ruso de detener los ataques diarios contra Ucrania y consolidar un alto el fuego.

Putin se sumó a la seducción de Trump, pero como luego se vio solo, fue para promover sus propios objetivos, que no han cambiado desde que las tropas rusas invadieron Ucrania el 24 de febrero de 2022.

Cada vez parece más evidente que Putin no está interesado en un alto el fuego y que, hasta que Ucrania cumpla todas sus exigencias, no se preocupará de que la guerra continúe.

Esta es la razón por la que Trump y Europa han impuesto nuevas y severas sanciones a la industria petrolera rusa, convencidos de que socavarán la capacidad de Putin para financiar su maquinaria bélica con los beneficios de las exportaciones petroleras.

La decisión de Trump representa un giro radical en su política hacia Rusia.

No hay que olvidar que la reunión con el hombre fuerte de Rusia, en Alaska el 15 de agosto, buscaba un cambio de rumbo del Kremlin en sus objetivos bélicos, pero al final no dio más que para sonrisas y apretones de manos.

En un nuevo intento, esta vez en Budapest, ambos líderes se dedicarían seriamente a encontrar una fórmula para poner fin a la guerra, pero de las conversaciones entre el secretario de Estado Marco Rubio y su homólogo ruso Serguéi Labrov, quedó claro que Moscú no había avanzado ni un ápice en la consideración de un acuerdo de paz.

Así pues, se canceló la cumbre en Hungría mientras Trump alegaba que “habría sido una pérdida de tiempo”.

La guerra en Ucrania y las relaciones entre Trump y Putin entran ahora en una nueva fase.

Putin ya ha declarado que el anuncio de sanciones por parte de Estados Unidos fue "un acto inamistoso" y, por lo pronto, no parece haber indicios de que las cargas jurídicas punitivas obliguen a Putin a cambiar su postura y a buscar un acuerdo; en otras palabras, parece estar decidido a encontrar maneras de esquivarlas para seguir financiando su guerra.

Lo trágico para Ucrania y para su líder, el presidente Volodymyr Zelensky, es que la aparente relación amistosa entre Trump y Putin, que alimentaba la esperanza de un acuerdo, continúa siendo todavía un objetivo lejano.

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