jueves 28  de  marzo 2024
OPINIÓN

Todos menos Alemania

No he querido comprar boletos para ir a Rusia a ver los partidos de Perú o Argentina. No he asistido nunca a un mundial. Me da una pereza infinita tomar aviones, cambiar de hoteles, correr de un estadio a otro, gastar fortunas en aquella peregrinación.
Diario las Américas | JAIME BAYLY
Por JAIME BAYLY

Estamos a pocos días de que comience el mundial de fútbol. Espero con impaciencia ese momento. No pienso perderme un solo partido. La cita con el fútbol es sagrada, lo ha sido desde que era niño, no importa si hay que madrugar para no perderse un juego.

No he querido comprar boletos para ir a Rusia a ver los partidos de Perú o Argentina. No he asistido nunca a un mundial. Me da una pereza infinita tomar aviones, cambiar de hoteles, correr de un estadio a otro, gastar fortunas en aquella peregrinación. Es mucho más conveniente verlo por televisión, en un pantalla gigante, a solas. Yo no puedo ver los grandes partidos acompañado de gente vocinglera, eufórica. El ritual del fútbol de alta excelencia me exige verlo solo, en silencio, atento a los detalles.

Por supuesto, uno siempre tiene sus preferencias y sus aversiones, sus favoritos y sus contrarios, sus filias y sus fobias. En ningún partido seré neutral. Siempre estaré deseando que gane uno, a veces el más débil. Mis simpatías y lealtades a los países suelen estar dictadas por mi conocimiento de ellos, por la felicidad que he encontrado con suerte en sus territorios, o por las razones políticas más bajas, subalternas. Si ese país está gobernado por una satrapía desalmada, entonces naturalmente desearé que le vaya mal, fatal, en el mundial.

Por eso estaré haciendo barra por todos los que se enfrenten con Rusia, el anfitrión. El autócrata ruso Putin, zar moderno en un país imperial, sin tradiciones democráticas, tendrá todo bien amañado, supongo, para que su selección avance cuanto pueda. No me sorprendería que los árbitros le diesen una mano. Si no lo hacen, correrán el riesgo de que, tiempo después, un amigo de Putin los invite a tomar el té y vierta sobre la infusión unas gotas invisibles de plutonio. Putin, bien se sabe, es un espía profesional, entrenado en matar, y no le tiembla el pulso cuando ordena envenenar a sus adversarios, sean magnates, periodistas o políticos, estén en Rusia, Ucrania, o el Reino Unido. No he ido a Rusia ni iré mientras ese país esté gobernado por un rufián como Putin. No me importa que sea popular: la historia está repleta de dictadores que en su día gozaron de favor popular, lo que no los hizo menos despreciables. Espero que Rusia se atolle, se empantane en la primera vuelta. Me encantaría que clasificaran Uruguay y Egipto. A Uruguay, cómo no quererlo: es un país noble, civilizado, admirable, gobernado por gente honorable, y su selección ha sido siempre un faro de garra y buen juego. No sé nada de Egipto, salvo que está gobernado por un dictador militar de derechas, el mariscal Al Sisi. Sin embargo, en esa selección juega Salah, que es un genio, y que fue vilmente lesionado por el canalla de Ramos: espero que se recupere y ayude a su equipo a clasificar. Y sería genial si Egipto quedara segundo y España primera en su grupo, porque así se encontrarían en octavos el facineroso de Ramos y el mago lisiado de Salah.

Huelga decir que, a pesar de mi animosidad por Ramos, estoy con España apasionadamente. Lo poco que soy como escritor, las novelas que he publicado, ya quince, los premios literarios que he ganado, tres, todos inmerecidos, se lo debo a España, a sus editores, a sus lectores. España es un paraíso, solo que ellos, los españoles, a veces lo olvidan, se ofuscan y no lo advierten, tal vez porque se comparan con Alemania o Dinamarca, lo que no conviene. Espero que España se redima del pésimo mundial anterior. Me encantaría que pasara primera en su grupo y se midiera luego con Uruguay o Egipto. España contra Uruguay sería una fiesta descomunal, o una lucha épica, o una final anticipada. Como segundo en ese grupo, supongo que pasará Portugal, pero a no subestimar a Irán ni a Marruecos, recuérdese que a la Argentina le costó mucho ganarle a Irán en el mundial pasado, gol de Messi, y los iraníes pudieron empatar. ¿Hará Cristiano Ronaldo un gran mundial? ¿Marcará en el duelo del debut contra España? Ya lo veremos. Pero Portugal es campeón de la Eurocopa y sabe jugar un fútbol vistoso, atildado.

Será muy difícil para Perú superar a Dinamarca y Australia y quedar segundo, pero creo que el equipo de Gareca, ahora con el talismán Guerrero de regreso, habiendo prevalecido la justicia y el sentido común, está en condiciones de tamaña proeza. La clave será ganarles a los daneses en el debut. Pero Dinamarca es un equipo buenísimo, de cuidado, y cuando se ponen a jugar en serio, son de temer: un poco holandeses por la inventiva, un poco alemanes por el orden táctico y la fuerza física. Me encantaría que Perú quedase primero para evitar a la Argentina en octavos, pero estaré más que contento si pasa segundo y hay duelo en octavos contra Messi y sus pícaros conjurados. Solo le pido dos cosas a Perú: que clasifique a octavos y no se despida del mundial siendo goleado. Porque el 78 Argentina nos metió seis y el 82 Polonia nos clavó cinco, y eso dolió mucho. Si hay que caer, que sea con dignidad, en penales, jugando bien, pero sin tirar la toalla. Mi pronóstico, o mis deseos, es que Francia será primero y Perú segundo, aunque, claro, me traiciona el corazón.

Es curioso que a la Argentina le toca siempre Nigeria (ya van cuatro mundiales, este será el quinto), y Nigeria, aunque ha perdido las cuatro veces, la pone a sufrir. Es muy arduo ganarles a los africanos. En el mundial pasado Argentina tuvo que esmerarse al máximo y les ganó apretadamente, dos golazos de Messi. No será fácil. Croacia es un enigma: tiene mejores jugadores que Islandia, y sin embargo espero más de los islandeses. Pienso que en ese grupo pueden clasificar Argentina y Nigeria, o Argentina e Islandia, en ese orden. No subestimo tampoco a los croatas. Recuerdo que en el mundial del 98 Croacia le metió tres goles a Alemania y la mandó a su casa: es la última goleada en mundiales que han recibido los alemanes.

Si bien no soy hincha de Brasil, nunca lo he sido, y es una de mis bestias negras, junto con Alemania, pues mis simpatías por Uruguay y Argentina me predisponen contra ellos, es evidente que llegan al mundial en muy buena forma, favoritos en la estadística. Neymar es talentoso e impredecible, pero su egoísmo en el juego y su tendencia a la floritura, la pose y la alharaca inútil me impacientan sobremanera. Desde luego que Brasil pasará primero. Luego estoy con los ticos, claro. Pero un mundial tan perfecto como el que hicieron hace cuatro años, superando a ingleses, italianos y griegos, no se repite fácilmente. Si tengo que apostar, diría que Serbia pasará segunda: todos los que fueron yugoslavos saben jugar al fútbol con una memoria genética que no han perdido.

Sería genial, morboso, altamente excitante, que Alemania quedara segunda en su grupo, de modo tal que se encontrase con Brasil en octavos, y que entonces los sudamericanos pudieran vengar la espantosa humillación de los siete goles que tuvieron que tragarse en casa, el mundial pasado. Sería glorioso que Brasil le metiese siete a Alemania, o cuatro, o apenas uno, y la despachara de regreso a casa. Todos menos Alemania: esa es mi consiga. ¿Por qué detesto a los alemanes? Porque son la bestia parda de Argentina: la privaron de un campeonato mundial el 90 y el 2014, y la eliminaron el 2006 y el 2010. Amargar cuatro veces a los argentinos es ya demasiado, resulta imperdonable para mí. Ojalá que México o Suecia consiga quedar primero en ese grupo. Estoy con México, claro. Pero los suecos son bravos, dejaron afuera a Italia, algo saben de fútbol. México tiene que superar la maldición del cuarto partido: en octavos de final siempre pierde porque le toca un equipo durísimo, y ojalá que esta vez, si queda primero, se cruce con Serbia, por ejemplo, y siga adelante. Odiaría que Alemania quedara primera y que España quedase de líder igualmente en sus respectivos grupos, porque entonces, mal que me pese, si Argentina pasa también primera, muy probablemente chocará con los españoles en cuartos y con los alemanes en semis, y eso sería un sufrimiento de necesidad casi mortal.

Inglaterra y Bélgica son claros favoritos en su grupo, desde luego. No sé qué les ocurre a los ingleses en los mundiales: suelen prometer mucho y al final defraudan. Tienen una liga altamente competitiva, llevan una selección de estrellas, ya les toca lucirse. El mundial pasado fueron una gran decepción, esta vez creo que la fortuna les acompañará: pasarán primeros y se medirán contra el segundo del grupo de Polonia, que, si me apuran, bien puede ser Colombia o Senegal. Mis simpatías están con los ingleses, sin perjuicio del respeto que les tengo a los belgas, que, en cosas de fútbol, son delicados, finos, artistas, con excepción de Lukaku, una bestia depredadora en el área rival. Bélgica sucumbió en el mundial pasado ante la Argentina, pero fue un partido muy parejo, y si bien Messi falló un mano a mano con Courtois, al final los belgas no empataron de milagro.

Sería lindísimo que en octavos de final el mundial nos agasajara con partidos tan memorables como España contra Uruguay, Argentina versus Perú, Brasil ante Alemania, e Inglaterra frente a Colombia. Sería esperanzador que los rusos naufragaran pronto. Sería muy plausible que los alemanes fracasaran temprano por una vez. Sería genial que Salah triunfase y Ramos saliera en camilla a la enfermería por matón y marrullero. Fíjense: si Perú sale primero en su grupo y evita a la Argentina, podría tocarle Islandia o Nigeria en octavos, y luego el ganador de Portugal y Rusia. ¿Puede Perú ganarle a Islandia o Nigeria, y luego a Portugal o Rusia? Yo digo que sí. ¿Se imaginan una semifinal entre Brasil y Perú, y la otra en Argentina e Inglaterra? La clave para los peruanos será quedar primeros y evitar en la otra zona del tablero a la Argentina, España y Alemania, que, liderando sus grupos, se verán las caras, me temo, antes de la final.

Me arriesgo a vaticinar una final entre Brasil y Argentina. Apuesto a que los argentinos levantarán la copa.

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