Encontrar consistencia en Donald Trump es un reto que pareciera imposible. Sin embargo, en una de las áreas donde el candidato republicano ha sido consistente es en el claro y fuerte mensaje en contra de la comunidad inmigrante, especialmente contra nosotros, los mexicanos. Al anunciar su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos, Trump también inició una cruzada en contra los millones de mexicanos y méxicoamericanos que vivimos en este país; Trump nos acusó de violadores, narcotraficantes y criminales.
Trump ignora la realidad. La mayoría de los mexicanos en los Estados Unidos somos personas buenas, honestas y trabajadoras que amamos a este país. Entre nosotros hay atletas olímpicos, astronautas, servidores públicos, pero también madres y padres que dedican sus vidas a formar una nueva generación.
A más de un año de iniciar sus ataques antiinmigrantes, con la disciplina que rara vez pone en otros temas, vemos con sorpresa reportes de que Trump pudiera dar un giro hacia una postura menos radical. Sin embargo, miembros de su campaña señalaron con rapidez que Trump no ha cambiado su posición, y que seguirá con su plan original de crear una Fuerza de Deportación en contra de los más de 16 millones de indocumentados. Es sumamente preocupante que Trump, quien dice tener un enfoque ‘humanitario’, sea el candidato apoyado por grupos como el Ku Klux Klan y otros grupos racistas. Si algo nos debe de quedar claro a los latinos, es que el enfoque antiinmigrante de Donald Trump no ha cambiado y seguirá siendo el mismo.
Trump propone un cambio en la forma en la que deportaría a los inmigrantes, lo cual no cambia el verdadero asunto de fondo: a Donald Trump no le importa dividir familias deportando a uno o ambos padres dejando hogares fracturados sin el sustento económico necesario. Donald Trump también ha atacado a los jóvenes "soñadores" o dreamers quienes, a pesar de haber obtenido permanencia legal temporal hace cuatro años, bajo la propuesta de Trump, serían deportados y enviados a países que desconocen. Trump también ha declarado que retiraría la ciudadanía americana y deportaría a jóvenes como Karla Ortiz, quienes nacieron en los Estados Unidos, de padres indocumentados.
Hillary Clinton tiene un enfoque muy diferente con respecto al tema de inmigración. Ella tiene muy claro que las familias indocumentadas aportan diariamente a nuestra sociedad y que no merecen vivir en las sombras, con miedo a la deportación. Hillary hará todo lo posible para que el Congreso apruebe una Reforma Migratoria durante los primeros 100 días de su gestión y también creará la primera Oficina federal de Asuntos del Inmigrante en la historia, para asegurar que haya un departamento en la Casa Blanca que administre las políticas de integración y servicios para inmigrantes y refugiados.
La propuesta de Trump, a pesar de que hoy quiera enmascararla, seguirá siendo ejecutar la idea que ha tenido desde el primer día, crear un muro que nos divida físicamente de México y realizar una operación masiva de deportación. No podemos olvidarnos de sus palabras y tenemos que tomarlas en serio; es nuestro deber defender a nuestra comunidad con el voto.