Como se ha hecho costumbre, la dictadura comunista de Cuba presentó ante la Asamblea General de Naciones Unidas su Resolución titulada: “Necesidad de terminar el embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba”.
Actualmente el régimen castrista debe unos 50 mil millones de dólares, aparte de las decenas de miles de millones que le perdonaron, en la década pasada, numerosos países
Como se ha hecho costumbre, la dictadura comunista de Cuba presentó ante la Asamblea General de Naciones Unidas su Resolución titulada: “Necesidad de terminar el embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba”.
El enunciado de la Resolución, en sí mismo, es una completa falsedad: ¿Cómo puede existir un embargo comercial contra el régimen castrista cuando el comercio anual entre los dos países muestra exportaciones a Cuba de automóviles, camiones, generadores eléctricos, whisky, cerveza, sangre (sí, sangre humana), equipos médicos, medicinas, trigo, gallinas, carne de pollo, y un larguísimo etcétera?
¿Cómo puede existir un embargo financiero si por décadas las empresas militares del régimen castrista Fincimex y Orbit S.A. tramitan y procesan los envíos de remesas de Estados Unidos a Cuba en el orden de miles de millones de dólares anuales?
La presentación de esta Resolución está, además, fuera de foro porque la Asamblea General no tiene jurisdicción para debatir asuntos bilaterales. El Embargo de Estados Unidos al régimen castrista es un asunto netamente bilateral entre ambos países.
En cuanto a las modificaciones a la ley del Embargo citadas en el punto 3 de la Resolución, y por supuesto no mencionadas en el texto, están: La autorización del presidente Gerald Ford, en 1975, para que las empresas norteamericanas en terceros países pudieran comerciar con Cuba. La reforma del año 2000, firmada por el presidente Bill Clinton, que autorizó el envío de remesas a Cuba, los viajes de 12 categorías de visitantes (casi turismo) y amplió la variedad de alimentos que se podían exportar a Cuba al incluir todos los productos agrícolas, reses y madera de construcción.
La dialéctica del régimen comunista cubano busca culpar al Embargo comercial como el causante de la pobreza, hambre y escaseces que prevalecen en la isla. Pero es un hecho que el Embargo no prohíbe cultivar la tierra y cosechar vegetales, viandas, frutas y cereales. Tampoco prohíbe criar cerdos, pollos, reses, carneros y chivos. La pesca en los amplios mares alrededor de la isla tampoco está prohibida por el Embargo. Y todos esos alimentos escasean en Cuba.
Es el sistema comunista el responsable del desastre productivo que padece Cuba.
Las causas que provocaron la aprobación de la Ley del Embargo por parte del Congreso de los Estados Unidos están vigentes. En 1960, Fidel Castro ordenó la “nacionalización” de todas las empresas extranjeras en Cuba. Su régimen compensó monetariamente a los empresarios extranjeros menos a los norteamericanos. Esa arbitrariedad convirtió en confiscación las empresas y propiedades de los estadounidenses en Cuba. El valor de las confiscaciones fue de unos $1,900 millones de dólares. Esa deuda continúa sin pagarse.
La única restricción que impone la ley norteamericana a las exportaciones a Cuba es que sean pagadas en efectivo. La medida es justa teniendo en cuenta la deuda de los $1,900 millones más sus correspondientes intereses que el régimen castrista adeuda a ciudadanos estadounidenses. Además, sería tonto que Estados Unidos le venda a crédito al régimen castrista sabiendo que éste no paga ninguna de sus deudas. Desde la década de 1980 el régimen cubano declaró una “moratoria” en el pago de sus deudas externas, alegando que la deuda era “impagable” y abogó en una conferencia en La Habana para que ningún deudor pagara sus deudas.
Actualmente el régimen castrista debe unos 50 mil millones de dólares, aparte de las decenas de miles de millones que le perdonaron, en la década pasada, numerosos países. Solamente Rusia le perdonó $32,500 millones y el Club de París, otros $8,500 millones.
El desastre económico del régimen castrista, que incluye la descapitalización de la isla (destrucción de su infraestructura industrial), es apocalíptico. Un país que era el primer exportador de azúcar del mundo no produce hoy ni para cumplir con la cuota racionada de azúcar de 3 libras por persona al mes. La industria eléctrica es otra muestra de la destrucción comunista. Cuba sufre cortes de electricidad de entre 20 y 22 horas diarias. El transporte está semi colapsado. Los autobuses no tienen neumáticos, baterías ni piezas de repuesto. Hay pueblos y ciudades de la isla prácticamente aislados. Las medicinas escasean tanto que ni los pacientes crónicos las consiguen. Los hospitales son un asco. Salones de cirugía clausurados por antihigiénicos.
La Resolución adecuada a presentar en Naciones Unidas sería la de poner fin al Embargo del Régimen Comunista de Cuba a la vida de los cubanos.
