Nicolás Maduro pretende traspasar el pánico a nuestras vidas. Ese pánico que se ha apoderado de él desde que Estados Unidos inició el operativo militar en el mar Caribe contra el Cártel de los Soles.
Maduro ha terminado apelando a los recursos utilizados por regímenes que ven cerca su caída. Aquellos que como no tienen legitimidad solo les queda el miedo
Nicolás Maduro pretende traspasar el pánico a nuestras vidas. Ese pánico que se ha apoderado de él desde que Estados Unidos inició el operativo militar en el mar Caribe contra el Cártel de los Soles.
La cabeza del régimen dirige un escenario de terror construido para instaurar en nuestras mentes la insoportable certeza de estar siendo vigilado las 24 horas del día, procurando hacernos sentir tan espantosamente invadidos como para que intentemos tratar de silenciar nuestros propios pensamientos.
Su ambiciosa y despreciable aspiración es fracturar la sociedad venezolana, procurando la destrucción de nuestro sistema afectivo.
Maduro trata de convertir el silencio en una acción de salvamento para que cada uno de los ciudadanos termine siendo su propio guardián para mantener la boca cerrada.
De esta manera el régimen no solo quiere controlar todos nuestros movimientos. Pretende paralizarnos sin dejar de avanzar en incomunicarnos.
Todo el plan se profundiza con la reactivación de la herramienta Venapp. Se trata de una versión que modifica el criterio original de la presentada en el 2022 destinada a recibir reportes o denuncias de ciudadanos sobre el funcionamiento de los servicios públicos.
Es oficial que esta App ha sido destinada a la delación con varios renglones en los que el delator puede apuntar contra los disidentes políticos acusándolos de cierre de vías, amenazas, ataques a personas, saqueos y daños al patrimonio público. No se necesita ninguna evidencia para la acusación. El asunto es sapeo puro.
Otra de las categorías de la aplicación es la titulada defensa del país y alteración del orden interno las cuales fueron agregadas también a solicitud de Maduro, y están dirigidas a identificar fake news, es decir la emisión de supuesta información falsa con fines maliciosos, así como la presencia de personas sospechosas en el territorio nacional y el avistamiento de drones.
Esta nueva versión permite además reportes comunitarios de presuntas amenazas contra la paz que, según Maduro, serán procesadas en coordinación con el Sistema Nacional de Defensa Integral de la Fuerza Armada, unidades comunales y bases populares de defensa integral. Todos reportando a los cubanos que mandan en la mente de Maduro porque nadie duda de que esta herramienta es una réplica de los Comités de Defensa de la Revolución Cubana.
Pero el régimen no es invulnerable. Un equipo de hackers, es decir profesionales de la tecnología que en este caso luchan por causas justas, lograron derribar la herramienta VenAPP que ahora solo se mantiene activa a través de la página Web. Lo que significa, según los hackers identificados en la plataforma X bajo el nombre @KuroRyuu, que la capacidad de la herramienta Venapp ha sido reducida al 30 por ciento, por una razón fundamental: el 70 por ciento de los usuarios que utiliza la aplicación desde el teléfono ahora no puede hacerlo porque está inhabilitada.
También es importante destacar que la herramienta Venapp permite registrar las direcciones IP, es decir el rango estimado para localizar a una persona. Esto significa que cada vez que alguien se conecta a la aplicación, queda validada su identificación como usuario y su contraseña, y ellos, es decir los del régimen, almacenan la ubicación de quien se comunica, saben desde dónde lo hace, con su teléfono y la dirección IP que es la huella.
Este dato es fundamental para los delatores que deberían saber que su sapeo quedará registrado no solo para el régimen sino también para la historia cuando sus nombres serán conocidos; tarde o temprano.
La delación no ha sido asunto nuevo. Recordemos que Hugo Chávez ante el primer atisbo opositor activó diversos sistemas de delación aplicados en paralelo con fuerzas de choque que en el presente tienen su réplica más sanguinaria.
Han sido años en los que el pueblo venezolano ha venido soportado las agresiones.
Maduro prolongó ese sistema sobre una impopularidad que nació desde el primer día de su juramentación. Y desde entonces equipos sanguinarios con patente hasta para asesinar han ido sofisticando sus acciones extendidas hasta menores de edad y ancianos.
La caída del apoyo interno a Maduro ha sido inversamente proporcional a su implacable ejecución para aniquilar libertades. Para eso no ha escatimado en recursos desde su derrota en la elección del 28 de julio del año pasado frente a Edmundo González Urrutia cuando la herramienta Venapp, CC200 y Telegram, tuvieron información procesada por la Policía Nacional Bolivariana para recibir denuncias de fakes news y focos violentos. La cifra de detenidos, secuestrados y torturados se multiplicó.
Maduro ha terminado apelando a los recursos utilizados por regímenes que ven cerca su caída. Aquellos que como no tienen legitimidad solo les queda el miedo.
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