jueves 21  de  marzo 2024
BRASIL

Rousseff ante una economía estancada y un Congreso fracturado

Sao Paulo.- La elección ocurrió con un escándalo de corrupción de la petrolera como telón de fondo. Un hombre condenado por lavado de dinero denunció que el Partido de los Trabajadores se benefició de un esquema de sobornos a cambio de contratos y que Rousseff tenía conocimiento del caso. 

Sao Paulo.- La presidenta brasileña Dilma Rousseff arroja besos a sus partidarios mientras festeja su reelección en un hotel de Brasilia. (Foto AP)

AP

 Reelecta como presidenta de Brasil Dilma Rousseff enfrenta entre sus mayores desafíos una economía estancada y un Congreso fragmentado.

La estrecha victoria del Partido de los Trabajadores sacó a relucir las divisiones en un país que se destacó en la última década por rescatar a millones de la pobreza y ampliar la clase media, pero que en los últimos cuatro años ha disminuido su crecimiento.

En el desenlace de una de las contiendas más negativas y candentes en la historia reciente del país, Rousseff derrotó el domingo a su adversario Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia, al obtener 51,6% de los votos, o unos 3,5 millones sufragios de ventaja.

Analistas dijeron que haber conseguido el triunfo de una forma tan estrecha daña políticamente a Brasil en momentos en que busca reactivar su economía y controlar la inflación sin aumentar los impuestos.

Ya que no está claro hasta qué punto Rousseff planea conciliar diferencias con sus adversarios, los expertos también señalaron que presagian un segundo mandato débil en el Congreso cuando la mandataria espera aprobar reformas que cambiarían el financiamiento de las campañas y castigarían con más fuerza los actos de corrupción, unas de las exigencias de millones de brasileños que salieron a protestar a las calles en 2013.

Desilusionados

"Que no haya ilusión. La elección no sumó, dividió", escribió el analista político Carlos Melo en el periódico O Estado de S. Paulo. "Las expectativas con respecto a su nuevo mandato son defensivas: proteger el empleo, la inclusión, el partido, defender el gobierno. Tendrá la desconfianza de los sectores económicos", agregó.

En una entrevista en el horario estelar con la red televisiva Record, Rousseff resumió en una palabra lo que definirá su segundo mandato: diálogo.

"A partir de ahora quiero que el clima sea de construcción de puentes entre nosotros y no de buscar diferencias", dijo Rousseff en la entrevista. "Brasil va a estar mejor de lo que está hoy y haré todo lo posible para eso ocurra".

Es una promesa difícil de cumplir, según Paulo Sotero, director del Instituto Brasil del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson.

"El gobierno tendrá menos capacidad para entregar a las personas lo que están pidiendo en términos de servicios públicos", dijo Sotero. "La pelea política y los problemas fiscales pintan un panorama de un gobierno que tendrá menos para invertir".

Sotero agregó que existe el temor de que la insatisfacción social vista en la ola de protestas que aglutinaron a millones en 2013 reaparezca en un escenario económico incierto. El presidente del Partido de los Trabajadores, Rui Falcao, dijo el lunes que los movimientos sociales se integrarían al diálogo para aprobar una reforma política, lo que llamó la prioridad número uno del segundo mandato.

Uno de los cambios más importantes que Rousseff anticipó desde su campaña es la decisión de sustituir al ministro de Hacienda Guido Mantega, quien es fuertemente criticado por lo que algunos llaman una mala gestión fiscal y por el control sobre los precios de energía y petróleo. Falcao dijo que el nuevo candidato no tiene que ser miembro de su partido, pero sí "leal al programa de gobierno" de Rousseff.

Crisis económica

La inflación alcanzó el límite máximo en septiembre al llegar a un 6,5% anual y analistas anticipan que la tasa no se desacelerará.

La economía de Brasil, además, se contrajo la primera mitad del año, mientras disminuyó la demanda de China por productos brasileños. Algunos dicen que el potencial de los enormes hallazgos de petróleo en alta mar en los últimos años no ha sido aprovechado por la petrolera estatal Petrobras por fijar los precios de los hidrocarburos.

La elección ocurrió con un escándalo de corrupción de la petrolera como telón de fondo. Un hombre condenado por lavado de dinero denunció que el Partido de los Trabajadores se benefició de un esquema de sobornos a cambio de contratos y que Rousseff tenía conocimiento del caso. La presidenta niega haber conocido de los sobornos y la revista que reveló el testimonio del involucrado dice que no tiene pruebas.

Aun así, permea la incertidumbre por el escenario económico, los casos de corrupción y los pedidos de la clase media de mejorar servicios públicos a cambio de los impuestos altos que están forzados a pagar.

Rousseff promete retomar el ritmo de crecimiento que asombró al mundo durante el período de su predecesor Luiz Inácio "Lula" da Silva, quien concluyó su mandato en 2010 con crecimiento anual del Producto Interno Bruto de 7,5%. Además de impulsar la economía, prometió la aprobación de una reforma política y cambios en la ley para castigar los actos de corrupción.

No será fácil, según Ricardo Sennes, experto en Brasil del Centro de América Latina Adrienne Arsht. El académico resaltó que Rousseff tiene poco más de la mitad de base de apoyo en la Cámara de Diputados y un poco menos de 60% en el Senado. Tendrá que lograr consensos en un gobierno con 28 partidos, cuando actualmente son 22 los que tienen representación. El año pasado, Rousseff instó al Congreso a convocar un referendo sobre esas reformas pero los legisladores se negaron.

"El Congreso ya fragmentado será sustituido por una nueva legislatura aún más fragmentada políticamente", señaló Sennes. "Se verá obligada a participar en el intercambio político de puestos ministeriales y ayudas de gobierno para garantizar el apoyo de los partidos pequeños".

La contienda es diferente

La lucha entre los partidos políticos no es como en países vecinos como Venezuela o Argentina, ya que en Brasil el presidente puede formar coaliciones en torno a proyectos específicos para evitar que se estanquen.

Falcao rechazó que la división en el Congreso fuera a obstaculizar esfuerzos de la presidenta.

"Es natural... que el gobierno dialogue permanente con la oposición y es natural que la oposición entre en conflicto", expresó Falcao. "Ese diálogo va a estar más presente ahora".

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