CARACAS.- LOLYBEL NEGRÍN PANTOJA/ DLA
Especial
Podría ser el clima, su parecido a las ciudades europeas, la seguridad o la posibilidad de legalizar su estancia en esos países fácilmente, no hay una sola causa… pero lo cierto es cada día más venezolanos llegan a Argentina, Chile y Uruguay para empezar una nueva vida como inmigrantes
CARACAS.- LOLYBEL NEGRÍN PANTOJA/ DLA
Especial
Al principio de la ola migratoria que ha sacudido a Venezuela durante el período del Gobierno chavista, los que se iban eran jóvenes en su mayoría, universitarios, que emigraban a Estados Unidos o se iban a España y Colombia, porque sus antepasados tenían esas raíces; ahora los migrantes, universitarios o no, están mirando hacia el sur y los nuevos destinos se ubican en Argentina, Chile y Uruguay, aunque también Ecuador y Perú están recibiendo en su suelo a la nueva diáspora latinoamericana.
1,5 millones de venezolanos se han ido de Venezuela, el 88% de ellos lo ha hecho en los últimos 15 años y muchos de ellos han encontrado en los países del sur de Sudamérica la tierra prometida.
Según una investigación realizada por el diario El Universal de Venezuela, directamente con la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) de Argentina, del 2004 al 2015 se han establecido 15.125 venezolanos en este país. En 2014, 3.757 venezolanos han hecho del país cuna del tango su nuevo hogar, en comparación con los 2.415 que lo hicieron en 2013.
En Chile la situación es muy parecida al caso antes nombrado. El último dato estadístico del que se dispone en el departamento de Extranjería y Migración de Chile, revela que en 2013 las autoridades migratorias entregaron 1.463 visas de residencia definitiva y 1.217 de residencia temporal a venezolanos.
Un artículo publicado por el diario El País de Uruguay refleja que 60 venezolanos se establecen mensualmente en Uruguay. Según datos de la Dirección Nacional de Migraciones, de septiembre de 2014 a febrero de 2015 un promedio de 60 venezolanos por mes solicitó residencia permanente en ese país, en años anteriores el promedio era de 36 venezolanos por año, es decir que la cifra se desbordó en los últimos seis meses.
Tierra de ríos y volcanes
Fernando Mendoza, editor de vídeo y músico, se fue a Chile en 2012 a estudiar, para obtener una licenciatura, se fue con su novia y se quedó. Su decisión era de esperarse pues en Venezuela la inseguridad le mostró la peor cara, “en menos de 2 años pase a estar encarcelado en mi casa, a mi papá lo atracaron con intento de secuestro, a mi hermano le robaron el carro a las 7 de la noche en el estacionamiento del Sambil de Margarita, a mí me atracaron a las 9 a.m. en Sabana Grande y me robaron todos mis equipos fotográficos”, afirmó.
Fernando, además de la inseguridad, sentía que el país no le permitía crecer, “no veía que en algún futuro a mediano plazo pudiera optar por tener mi propia casa, a pesar de que mi novia y yo teníamos buenos trabajos en agencias de publicidad grandes”.
“La razón principal por la que nos vinimos a Chile es que es un país en pleno desarrollo, tiene muchas oportunidades de inversión y una economía relativamente estable, el tema de los papeles no es tan complicado como pudiera ser en Europa o Estados Unidos”, dijo Fernando.
La Europa de América
José Luis Bustillos es publicista, en los últimos años ha probado varios proyectos de trabajo y comenta “cada vez que pensé que iba por el camino adecuado para volverme millonario o por lo menos estar en una situación acomodada, pasaba algo en el país, algo que hacía que todos mis sueños se desmoronaran”. Su último proyecto antes de salir a Argentina, en marzo de 2015, fue una revista que editó durante dos años en Venezuela, “pero de una semana para otra la inflación se comió la inversión con un 135% de aumento de la imprenta, creo que esa fue la mayor razón que me hizo decidir irme del país”, aseguró.
A pesar de todas las críticas y todo lo que hablan de Argentina y su estructura política de izquierda nunca se quedó atrás en los avances tecnológicos, es una ciudad pujante, con gente amable, bastante más segura que Venezuela, con muchas ganas de surgir”, dice José Luis visiblemente emocionado por su recién comenzada aventura.
Tanto Fernando como José Luis coinciden en que no piensan retornar a Venezuela.