martes 18  de  febrero 2025
MUNDO

Afganistán: la esperanza frente a la realidad

El país asiático, golpeado por varias guerras sucesivas, vive la cruda realidad de un futuro incierto y tenebroso en manos de fundamentalistas
Diario las Américas | JESÚS HERNÁNDEZ
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Varias protestas que buscaban pedir ciertas libertades fueron desautorizadas en Kabul, tras ser prohibidas por el nuevo gobierno de los talibanes, que intenta asentar su régimen fundamentalista, ante el recelo de los países occidentales.

Esta semana, talibanes armados dispersaron concentraciones de cientos de personas en varias ciudades del país, en las que murieron dos personas por disparos.

Para poner fin a las movilizaciones, el nuevo gobierno talibán ordenó que cualquier manifestación tiene que estar autorizada por el Ministerio de Justicia y que "por el momento ninguna lo está”.

Al otro día, las calles de Kabul amanecieron con más soldados talibanes armados, incluyendo fuerzas especiales con equipos militares y puestos de control en las arterias más importantes, reportó la agencia de noticias AFP.

Legitimidad

Entretanto, los talibanes anunciaron su gobierno de transición formado por miembros ultraconservadores, algunos de los cuales gobernaron durante el régimen fundamentalista y brutal de los años 1990.

Varios de los ministros figuran en las listas de sanciones de la ONU y no hay ninguna mujer en el gabinete.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió al nuevo gobierno talibán que debe "ganarse" su legitimidad ante la comunidad internacional, tras el anuncio de este gabinete que incluye miembros buscados por Washington.

En una reunión virtual en Alemania con los ministros de 20 países, Blinken explicó que el encuentro se centró en cómo hacer que los talibanes respeten "sus compromisos y obligaciones" adquiridos en el acuerdo previo gestionado por el Gobierno de Donald Trump.

En otras palabras, Blinken mencionó: "Dejar que la gente viaje libremente para respetar sus derechos fundamentales, incluidas las mujeres y las minorías, velar para que Afganistán no sea utilizado como base para ataques terroristas, no ejercer represalias contra aquellos que eligen quedarse en Afganistán".

Una de las cuestiones que más preocupa a nivel internacional es la evacuación de extranjeros y afganos en situación de riesgo, que no pudieron salir del país cuando concluyó la retirada de las últimas tropas estadounidenses a finales de agosto.

Un avión por primera vez en varios días, salió de Kabul con unos 200 extranjeros, entre ellos estadounidenses.

Promesas de apertura

A pesar de que los talibanes habían prometido que incluirían a miembros de otros grupos en el gobierno, la realidad es que los puestos clave anunciados están en manos de fundamentalistas.

Los talibanes también han reinstaurado el temido ministerio de la Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, que durante el anterior régimen velaba para que la población respetara su estricta interpretación de la ley islámica.

Hace unos días, el expresidente Ashraf Ghani, cuya huida el 15 de agosto abrió las puertas de Kabul y del poder a los talibanes, pidió disculpas al pueblo afgano por no haber sabido ofrecerle un mejor futuro.

Este nuevo gobierno se enfrenta a la difícil tarea de relanzar la moribunda economía del país y lidiar con los complejos problemas de seguridad, incluida la rama local del grupo Estado Islámico, rival de los talibanes y que está detrás de sangrientos atentados.

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