sábado 23  de  marzo 2024
GOBIERNO

Acuerdo de paz en Colombia cumple primer año de su firma

Las negociaciones se reabrieron entonces para acoger propuestas de los sectores políticos que votaron por el "No", tras lo cual un segundo acuerdo fue firmado el 24 de noviembre. Esta vez el Gobierno no lo sometió al escrutinio popular, sino que dejó su ratificación en manos del Congreso

BOGOTÁ.- El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo varias veces que la implementación del acuerdo de paz con las FARC sería más difícil que la misma negociación con ese grupo. Y el vaticinio se cumplió, pues en el primer aniversario de la firma del pacto la situación está plagada de dificultades.

Los nubarrones que amenazan con una tormenta llevaron al máximo líder del otrora grupo guerrillero, Rodrigo Londoño, a enviar la semana pasada una carta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para decirle que hay una "encendida alarma" por la forma en que el Estado colombiano está actuando.

La firma del acuerdo sufrió grandes tropiezos desde un comienzo, pues un pacto suscrito en septiembre de 2016, tras cuatro años de negociaciones en La Habana, naufragó al no ser avalado en un plebiscito efectuado en octubre.

Las negociaciones se reabrieron entonces para acoger propuestas de los sectores políticos que votaron por el "No", tras lo cual un segundo acuerdo fue firmado el 24 de noviembre. Esta vez el Gobierno no lo sometió al escrutinio popular, sino que dejó su ratificación en manos del Congreso.

Pero las dificultades no terminaron y, por el contrario, desde entonces crecen como espuma por situaciones atribuibles a instituciones estatales.

Por ejemplo, los cerca de 7.000 miembros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) tenían plazo hasta el 31 de diciembre de 2016 para estar concentrados en campamentos, pero solo lo pudieron hacer en febrero porque el Gobierno incumplió con las obras de acondicionamiento de esos lugares.

Esos campamentos se llamaron Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y ya dejaron de existir, pues ahora se les llama Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). Pero muchas de las ZVTN se quedaron definitivamente sin concluir.

Las FARC terminaron de entregar sus armas a la ONU en agosto y el organismo internacional las extrajo de los campamentos para construir con ellas monumentos a la paz que se levantarán en La Habana, en Nueva York y en algún lugar de Colombia.

Un mes después, el grupo que se levantó en armas contra el Estado en 1964 creó el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, que conserva las siglas de la antigua guerrilla y mediante el cual está dando sus primeros pasos en la política legal.

No obstante, las FARC acusan al Gobierno de no cumplir compromisos como la concesión de indultos y amnistías para los miembros de bajo rango de la organización, así como acuerdos relativos a las medidas de seguridad para los ex guerrilleros y sus familias.

Según las FARC, desde que se firmó el acuerdo de paz han sido asesinados 32 ex guerrilleros y 12 familiares demandos medios del grupo.

Además, las FARC han expresado preocupación por cambios hechos en asuntos como la Jurisdicción Especial para laPaz (JEP), un sistema de justicia transicional al que se le considera uno de los más importantes del acuerdo de paz.

La JEP pretende juzgar a los miembros de las FARC, a los agentes estatales y a particulares que se vieron involucrados en el conflicto por ejemplo con la financiación de grupos armados.

Pero las FARC consideran que algunos cambios hechos por el Congreso durante el trámite de reglamentación de la JEP desdibujan el acuerdo porque deja exclusivamente a los ex guerrilleros en manos de ese tribunal especial.

El partido de la FARC se prepara para participar en las elecciones legislativas y presidenciales del próximo año en medio de una polémica porque muchos colombianos consideran que sus líderes no deberían hacerlo sin antes haber sido juzgados.

Santos, que en diciembre de 2016 recibió el Premio Nobel de la Paz y está a ocho meses de concluir su Gobierno, critica a quienes así piensan con el argumento de que uno de los objetivos de la negociación era que las FARC renunciaran a las armas para integrarse a la democracia.

Los ex guerrilleros tienen asegurados como mínimo 10 escaños en el Congreso que se elegirá en marzo de 2018 y para las elecciones presidenciales de mayo del mismo año tendrá a Londoño como su candidato. Las urnas medirán elapoyo o rechazo a los miembros de un grupo que hizo la guerra durante 52 años.

FUENTE: dpa

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