jueves 28  de  marzo 2024
CUBA

Ante la inseguridad, La Habana parece una cárcel urbana

"Si te roban en tu casa, no aparece la Policía, pero si gritas contra el gobierno, viene una caravana a detenerte como si fueras un terrorista", alega un ciudadano
Diario las Américas | IVÁN GARCÍA
Por IVÁN GARCÍA

ESPECIAL
@DesdeLaHabana

LA HABANA. - La capital de Cuba, La Habana, se ve diferente desde el noveno piso de un apartamento en la barriada del Vedado. No se perciben las fachadas de las viviendas ruinosas, la basura tirada en la vía pública, ni el repugnante olor de las aguas albañales que corre por las calles. La perspectiva es otra.

Se divisa el embate de las olas del océano Atlántico contra los arrecifes del Malecón, el cielo estrellado y la brisa fresca amortigua el calor. La noche parecía perfecta. Al menos eso pensaba el matrimonio de Sergio y Marianela.

Sentados en el balcón de su casa, mientras escuchaban un disco del brasileño Roberto Carlos, descorcharon una botella de vino tinto para celebrar sus bodas de plata. Pasada las diez, decidieron ir a un bar privado de la zona. Cuando caminaban por una calle oscura, se les acercaron tres tipos atléticos, rostros cubiertos con pañuelos y los conminaron a entrar a un pasillo.

Les robaron el dinero, los dos celulares y las llaves del auto parqueado en el garaje del edificio Uno de ellos, cuenta Sergio, “tenía un cuchillo del que usan los carniceros. Los otros dos llevaban revólver. Antes de subir al apartamento, entramos al garaje y vimos que ya no estaba el carro. No fue un robo casual, estaba planificado. Probablemente son vecinos del barrio. Hice la denuncia hace ya más de un mes. Y nada. Dice el instructor policial que es una banda que opera por la zona y se dedican a robar motos eléctricas y automóviles”.

A Sheila, estudiante universitaria, hace mes y medio le despojaron de un iPhone 13 en un ómnibus urbano. “Era un regalo de mi hermano que vive en Miami. Fue en un P-6 lleno de gente. Estaba escuchando música con los audífonos, cuando de pronto un tipo me hala la bolsa donde tenía el móvil y aprovechando que la guagua estaba en una parada salió corriendo con el teléfono. Todo fue en cuestión de segundos. Empecé a gritar, pero ya el ladrón había desaparecido. Fui a ETECSA para que pusieran el teléfono en la lista negra e hice la denuncia en la policía. En la unidad me dijeron que aparece uno de cada veinte celulares que se roban. Es una plaga de asaltos lo que hay en La Habana. Ya no se puede salir a la calle”.

Un ex instructor del DTI (Departamento Técnico de Investigaciones), reveló a DIARIO LAS AMÉRICAS, que “ha disminuido dramáticamente los casos donde se atrapa al agresor. La crisis económica también afecta a los órganos de investigación policial. No hay reactivos para tomar huellas en la escena del robo y las cámaras de vigilancia, excepto en las zonas priorizadas donde viven diplomáticos y altos funcionarios del gobierno, por lo general están rotas o no funcionan. Pero el problema más grave, además de la escasez de recursos, es la falta de instructores capacitados. Los mejores se han jubilado o se trasladan a sectores privados donde pagan mejores salarios. El nivel profesional de la mayoría de los investigadores en la actualidad es muy bajo. Se prioriza la técnica en los casos más relevantes de crímenes o delitos contra la Seguridad del Estado”.

La Policía nula

Hace tres días, a Leonel, residente en Víbora Park, barriada del municipio Arroyo Naranjo, al sur de La Habana, le robaron el compresor del split de aire acondicionado que tenía puesto en la azotea de su edificio. "Con una segueta me picaron los barrotes y cargaron con el equipo a pesar de que estaba funcionando. Llamé a la policía y nunca vinieron. Los ladrones tienen total impunidad. Los ciudadanos estamos indefensos. La policía, o no tiene ganas de trabajar, o muchas veces están más ocupados en hacer dinero con sus corruptelas que en frenar la ola de robos y asaltos existentes en el país. Lo que más me jode es que te roban en tu casa y no aparece la patrulla, pero si gritas contra el gobierno, viene una caravana de patrulleros a detenerte como si fueras un terrorista. Cuba lo que necesita es un tipo como Bukele, el presidente de El Salvador”, opina.

Violencia en alza

La escalada de violencia afecta a toda la isla, desde Pinar del Río a Guantánamo, incluida la Isla de la Juventud. A regañadientes, la prensa estatal informa los casos más deleznables y por lo regular, después que han tenido repercusión en las redes sociales.

Onilio, agricultor de San Juan y Martínez, Pinar del Río, provincia a 175 kilómetros al oeste de la capital, señala que “las autoridades tienen que hacer algo para detener esta plaga de robos, asaltos y asesinatos. Lo mismo te roban la cosecha del tabaco, que te roban los animales. Si le plantas cara, se te cuelan en la casa y cargan con todo. Y tienes suerte si no te dan varios machetazos y te matan. Hay regiones rurales donde los bandoleros tienen intimidados a los guajiros. Todo el mundo, incluyendo la policía, sabe quiénes son. Pero nadie hace nada”.

Campesinos de diferentes localidades del país, armados con viejas escopetas de perdigones, se han organizado para cuidar sus cultivos, animales y propiedades. Hilario, dueño de una finca en Villa Clara, a 280 kilómetros al este de La Habana, indica que "ante la pasividad policial y de las autoridades, que no toman medidas para frenar el robo y sacrificio de animales, nos hemos unido en defensa de nuestros bienes. Ahora, además de trabajar doce horas la tierra, tenemos que hacer de vigilantes nocturnos. Y las leyes no nos amparan. Si matas en defensa propia a un delincuente que te va a robar en la finca, vas preso”.

Los hurtos de motos eléctricas, autos, el asalto a mujeres para quitarles sus prendas y el hurto de teléfonos móviles se han multiplicado considerablemente. “No se publican datos en la prensa, pero te puedo asegurar que cada año aumentan los robos, asaltos y asesinatos. Me retiré en 2020, y solo en La Habana, la violencia había crecido en un 40 por ciento en comparación con 2015”, explica el exinstructor policial.

Feminicidios

En los primeros cinco meses de 2023 se han documentado 32 feminicidios. El último ocurrió el 29 de mayo en el poblado matancero de Guanábana, cuando Anay Pérez, de 21 años, fue degollada presuntamente por su novio.

Un caso que conmocionó a la sociedad cubana fue el brutal asesinato a machetazos, también en la provincia Matanzas, de un matrimonio y su hijo niño de ocho años, el 19 de mayo. Medios oficiales publicaron una escueta nota cuando detuvieron al supuesto asesino Víctor Luis Hozman Reyes. Casi todos los comentarios en el sitio estatal Cubadebate pedían pena capital para el homicida. Un grupo de Facebook, "Justicia para la familia de Matanzas y pena de muerte para el asesino", tenía más de 80 miembros. Su objetivo es que el criminal reciba la máxima condena.

En los municipios Diez de Octubre, Centro Habana y Arroyo Naranjo se han dado casos de ciudadanos que han atrapado a los ladrones, y si las fuerzas del orden demoran en llegar, la gente puede llegar a lincharlos.

“Tengo un hijo al que le dieron una puñalada, por poco lo matan, para robarle su celular. Pero al ladrón que el otro día atrapamos, que había forzado la puerta de una casa donde viven dos ancianas, si la policía no nos lo quita, a ese cabrón lo hubiéramos matado a golpes. Cuando eso ocurra, los rateros se lo van a pensar dos veces. Que le roben al Estado, que es el que nos tienen jamando tremenda soga”, acota un vecino de Párraga, populosa barriada al sur de la ciudad.

La Habana cada vez más parece una cárcel urbana. El 95 por ciento de las viviendas están protegidas con rejas y muros que intentan impedir los robos. Las familias más boyantes compran alarmas, cámaras de vigilancia o tiene perros enormes que cuidan sus propiedades. Otros, en el mercado negro han comprado armas de fuego. Si la policía no hace su trabajo, los ciudadanos se toman la justicia por sus manos.

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