MIAMI. - En unas cuestionadas elecciones, que carecieron de reconocimiento internacional, Nicolás Maduro en Venezuela se declaró reelegido en 2018 en Venezuela por otros seis años. Daniel Ortega optó por la misma vía, tras instrumentar modificaciones a la carta magna en Nicaragua para perpetuarse en el poder; en el caso de Cuba, Miguel Díaz-Canel ascendió a la cúpula gobernante por la vía de la sucesión, designado por Raúl Castro. Ahora el candidato presidencial de la izquierda en Colombia, Gustavo Petro, asoma la posibilidad de aplicar métodos similares en esa nación, en caso de que resultara electo.
El tema ha despertado preocupación en algunos sectores del país cafetero por cuanto Petro tiene filiación ideológica con la misma corriente política a la que pertenecen Maduro, Ortega y Díaz-Canel, cuyos regímenes han reformado constituciones y leyes, con la necesaria cooptación de los sistemas electorales para mantenerse en vigor, haciendo uso de prácticas propias de los sistemas democráticos, como por ejemplo, convocar elecciones, aunque luego resulten manipuladas.
Según Petro, cuatro años no serían suficientes para ejecutar “todas” sus propuestas de gobierno, en caso de ganar unas elecciones cada vez más reñidas frente al candidato Federico ‘Fico’ Gutiérrez, lo que generó un clima de controversia en torno a si tiene intenciones de impulsar una posible reelección y deseos de perpetuarse en el poder.
Reelección y reacciones
Uno de los primeros en reaccionar ante las palabras del exmilitante del M-19 y exalcalde de Bogotá fue precisamente ‘Fico’ Gutiérrez, quien dijo en su cuenta de Twitter: “Yo sí les garantizo a los colombianos que nuestro gobierno será de 4 años como lo dicta la Constitución”.
En 2015, con 90 votos a favor y 10 en contra, la Cámara de Representantes aprobó la eliminación de la reelección presidencial de la Constitución Política del país, tras lo que quedó establecido que “no podrá ser elegido presidente el ciudadano que a cualquier título hubiese ejercido la presidencia”.
De tal manera, la reelección presidencial sólo podrá darse a través de un referendo o una Asamblea Constituyente, tal como lo contempla la llamada Reforma de Equilibrio de Poderes que enmendó el artículo 197 de la Constitución.
Las voces de personalidades de la política colombiana se multiplicaron frente al ‘dardo’ lanzado por Petro. La senadora Angélica Lozano dijo que “la reelección presidencial no volverá a Colombia en décadas”. Incluso el senador Alexánder López, cercano a Petro, descartó de plano esa posibilidad y sostuvo que, en caso de ganar, el izquierdista no va a “atornillarse en el poder”.
Pero ¿qué fue lo que dijo Petro para disparar las alarmas en Colombia? “Algunos me dicen, eso no puede hacerse solo en cuatro años, ¿quiere usted reelegirse? Les acepto que no se puede mucho de estos objetivos solo en cuatro años, pero comenzamos poniendo los pilares fundamentales de la transición económica, social, energética, de la construcción de una democracia multicolor”, afirmó.
La lluvia de críticas no se hizo esperar. Por tanto, el candidato del Pacto Histórico tuvo que escribir en Twitter que no tiene intenciones de buscar la reelección, si logra llegar a la Casa de Nariño, y que “realmente lo que digo es absurdamente malinterpretado”.
“Nunca he hablado de hacerme reelegir, sino de calificar mi mandato de cuatro años como la construcción de la transición hacia la economía productiva y la sociedad del conocimiento”, indicó Petro.
Contexto regional
Las alarmas que siguen sonando con estridencia en Colombia rebasan con creces las fronteras del país sudamericano y llevan a los analistas políticos a poner de relieve los fenómenos que han servido de cimientos a dictaduras y gobiernos totalitarios en el continente.
Al igual que Fidel Castro, en su momento, y otros gobernantes dictatoriales, Ortega en Nicaragua es de esas figuras que sigue atado al poder y se niega a salir. Fue quien gobernó a su país desde 1985 hasta 1990. Luego, desde la oposición, en 2004 logró reformar la Constitución y reducir el porcentaje de votos para ser electo, obteniendo su retorno al poder en el año 2007.
Hugo Chávez Frías llegó al Palacio de Miraflores en Venezuela el 2 de febrero de 1999 y gobernó con mano dura hasta su fallecimiento “oficial” en 2013. Desde sus primeros días en el cargo impulsó una nueva Constitución, debido a que el artículo 185 de la carta política de 1961 le impedía volver a desempeñar funciones de gobierno dentro de los diez años siguientes a la terminación de su mandato.
Más tarde, con Nicolás Maduro ya en el poder, el régimen chavista convocó una Asamblea Constituyente para restarle poder a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, mediante una nueva Constitución, bajo el pretexto de “contener la escalada de violencia política, mediante el reconocimiento político mutuo y de una reorganización del Estado”.
Luego de impedir el referéndum revocatorio de 2016 y reelegirse de manera fraudulenta en las elecciones presidenciales de 2018, Maduro es visto como el responsable de la peor crisis institucional, con una inflación que crece a diario, una migración que no se detiene y una crisis económica inimaginable para los venezolanos que vivieron tiempos de abundancia antes del chavismo.
¿Sí o no?
Malinterpretadas o no las palabras de Petro, no es la primera vez que la campaña del candidato cercano a la línea del ‘socialismo del siglo XXI’ deja caer en la arena política la posibilidad de una extensión en el tiempo para poder cumplir con el programa de gobierno que propone a los colombianos.
Días antes, Francia Márquez, su fórmula vicepresidencial, aseguró que “este proyecto del cambio es un proyecto a largo plazo”.
Según la líder afrodescendiente, hay que hacer “todos los esfuerzos necesarios para construir un gobierno desde abajo, un gobierno del pueblo, un gobierno de manera colectiva, un gobierno que se descentralice no solo en términos físicos sino en términos de su proyección”.
De cualquier forma, si Gustavo Petro quisiera reelegirse, en caso de que gane la presidencia, lo cual cada día parece menos probable, tendría que crear las bases necesarias para sacar adelante un referendo que permita modificar la Constitución o lograr los apoyos para convocar una Asamblea Constituyente.
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@danielcastrope