MIAMI. - Al cumplirse un mes de gobierno de Gustavo Petro en Colombia, la senadora María Fernanda Cabal afirmó que el presidente de su país tiene intenciones de convertirse en “líder de Latinoamérica”, como en su momento lo pretendieron Fidel Castro, Hugo Chávez y otros representantes de similar ideología a la del titular colombiano.
Cabal, miembro del bloque opositor a la gestión de Petro, analizó en una entrevista exclusiva para DIARIO LAS AMÉRICAS los primeros pasos del mandatario de la nación sudamericana y llamó la atención sobre la posibilidad de que Colombia termine convertida en una dictadura, “si los colombianos lo permitimos”.
La legisladora de derecha estimó que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela podría ser contraproducente para su país. “Esta es una fórmula que, creo, venía pactada desde antes de las elecciones”, sostuvo Cabal, para quien la reapertura de la frontera binacional hace “más vulnerables a los colombianos” frente a diversas fuerzas regionales y extranjeras que operan en la zona.
- ¿Qué análisis tiene usted de los primeros días de gobierno del presidente Gustavo Petro?
Los anuncios de Petro los consideramos demasiado rápidos en un corto tiempo. Pensamos que iba a ser más pausado y no es así. Empezó a tomar decisiones a toda velocidad, decisiones que tienen una carga ideológica y, por otro lado, un efecto inmediato sobre la seguridad del Estado colombiano para los ciudadanos. Y a la vez, hizo tantos anuncios que generaron posiciones en contrario, incluso entre personas que votaron por él. Una vez se anunció el resultado electoral, Petro empezó a pronunciar frases que indicaban lo que iba a hacer. Una de ellas, acabar la Procuraduría General de la Nación, sobre la que tenemos reparos. Es una institución que nace de la misma constitución política colombiana, distinta a todo, que disciplina a funcionarios públicos, pero que a la vez sirve de garante supuestamente de los derechos humanos. Decir que la termina de tajo, que la va a suscribir como un brazo anticorrupción de la Fiscalía, no era otra cosa que buscarle puesto a Iván Velásquez, quien había anunciado que lo iba acompañar. Después lo nombra en el Ministerio de Defensa, una cartera de la que el señor Velásquez no tiene ni idea. Segundo, cuando su ministra de Salud dice que va a acabar con las Entidades Prestadoras de Salud (EPS), uno tiene muchos reparos con el servicio de salud de Colombia, pero es uno de los más eficientes del mundo. Hay unas empresas multimillonarias que venían a ser valoradas para una inversión extranjera gigante. Todo eso se truncó y le tocó callar a su ministra de Salud y decirle ‘espérese para la reforma el otro año’. Después, la ministra de Minas, como también lo dijo el mismo Petro, dice que hay que parar la exploración de petróleo, carbón y gas. A ningún país del mundo, y menos ahora con la guerra en Ucrania, se le puede ocurrir poner en riesgo su seguridad energética, una barbaridad que empezó a dar al traste con el valor de las acciones de Ecopetrol, que perdió por lo menos 15 billones de pesos por esa afirmación torpe, porque ahora observamos un fundamentalismo ambientalista, la nueva religión del Estado. También dijo hay que sacar a la Policía del Ministerio de Defensa y pasarla al Ministerio del Interior. La Policía de Colombia, con sus defectos en un país inundado de coca, es una de las más eficaces del mundo en la lucha contra la criminalidad múltiple. Después termina ‘mochando’ [despidiendo] a 60 generales de ejército y de policía, todos con el mismo récord de haber tenido alguna experiencia en inteligencia, algo que parece ideado por el G2 cubano. Parece que [Petro] estuviera tentado a destruir la fuerza pública, a destruir la moral, a desconocer la antigüedad y la jerarquía de los altos oficiales. La sobredosis es que viene con una reforma tributaria, que no se necesita, porque este personaje va a recaudar en regalías 15 billones de pesos, tres millones más que el año pasado, por cuenta del petróleo, que no le gusta, además de la eficiencia en el recaudo de los impuestos. Pero como los comunistas no entienden de economía, así la estudien, y se parecen a los teóricos económicos que en su vida han generado riqueza, pero te dicen lo que hay que hacer con sus teorías que terminan acabando los países, este señor [Petro], en vez de estimular la generación de riqueza para que haya más empleo y tributación, va a reventar la columna vertebral del sistema económico colombiano con una reforma que es impagable, generando una doble tributación para empresas y dueños de empresas y unos impuestos al patrimonio absurdos, que van a terminar congelando el intercambio comercial de inmuebles.
-Todos estos cambios que usted considera muy rápidos, a solo un mes de gobierno, ¿hacia dónde apuntan?
Él no va a poder cumplir con una cantidad de promesas que son mentirosas porque sencillamente no le alcanzará el tiempo. Ya salió el ministro de Educación diciendo que no podía dar tantas becas. Asimismo, la gente se quedó esperando el ‘ingreso solidario’ [programa económico para responder a los efectos sociales de la pandemia en los hogares colombianos]. Estamos montados en el mundo entero sobre unas dádivas, convirtiendo al individuo en un incapaz, como si la gente no supiera valerse por sí misma. Hay que dar las herramientas del crédito, las vías de crecimiento, el acceso a la educación, pero no regalarle todo a la gente como si se tratara de un pájaro en una jaula. Vemos mucha promesa que le llegó al corazón al ingenuo, que creyó que Petro le va a dar casa, y eso no lo va a poder cumplir. En lo que sí va a toda velocidad es en la desarticulación de la fuerza pública y eso es muy peligroso porque realmente cree que mucha de esa fuerza pública es corrupta. En parte, hay corrupción, siempre va a haber corrupción, sobre todo cuando hay narcotráfico en los estamentos del Estado. Él está convencido, y es parte de su ‘izquierdopatía’, que va a poder hacer la paz total. Él cree que, no extraditando, no fumigando, no bombardeando porque hay menores, va a lograr esa meta y creo que lo va a rebasar el narcotráfico y vamos a terminar con un país desmembrado territorialmente.
-Petro ha restablecido las relaciones con Venezuela. ¿Cómo analiza usted ese paso dado por el Gobierno colombiano?
La izquierda no pide permiso, la derecha vive cobarde con cada nombramiento. Uno tiene que aprender que ellos gobiernan con los suyos. Esta es una fórmula que, creo, venía pactada desde antes de las elecciones y que, así como va a incentivar algunos negocios que venían bloqueados, también va a servir para el blanqueamiento de dineros ilícitos, en una serie de operaciones aparentemente lícitas. Eso ocurría, pero no con el fenómeno de hoy, donde Venezuela es un narcoestado, con una frontera donde confluye todo tipo de criminalidad. Venezuela es una cueva de piratas, con el ELN, la Nueva Marquetalia, el Frente 30 de Gentil Duarte, que fue dado de baja; está Irán, Rusia; es una cosa de locos. Esa frontera, con un intercambio aparentemente legal, va a ser mucho más vulnerable para los colombianos. Recordemos que en la frontera también hay radares rusos para la aviación no tripulada. Hay antenas para interceptación de comunicaciones. Esto lo sabe el Ejército y la Policía de Colombia. Además, a Panamá ya le pusieron el ojo. Allí empezaron ya unas protestas. Esto sí tendrá que verlo Estados Unidos, que ha sido tan timorato y tan complaciente con Maduro en este gobierno.
-En Latinoamérica vemos a una serie de líderes de la izquierda de alguna manera desgastados, con muy escaso éxito en sus gestiones gubernamentales. ¿Cómo podemos situar al presidente Petro en ese contexto?
La misión de Petro es convertirse en el líder de Latinoamérica. Apuesto porque Lula [Luiz Inácio Lula da Silva] no gane [en Brasil]. Lula ya es un hombre mayor, algunas veces se pierde en los discursos. Él [Petro] quiere ser el líder y quiere marcar la pauta.
- ¿Hay que vislumbrar, como se dijo tantas veces durante el periodo electoral, que Colombia se podría convertir en otra dictadura en el contexto regional?
Es muy probable que eso suceda, si los colombianos lo permitimos. Aquí hay varios escenarios. Primero, jamás hubiera llegado al poder un socialista en Colombia sin el apoyo del establecimiento corrupto. Si no es por Juan Manuel Santos y sus aliados internos y externos, no llega. De hecho, no fue claro el resultado electoral en segunda vuelta, igual a como sucedió con Juan Manuel Santos en su campaña por la reelección contra Óscar Iván Zuluaga. Dos, el narcotráfico desbordado acabó con América Latina y Colombia. Así lo haya apoyado en su campaña el narcotráfico con distintas ideologías, eso se le va a salir de las manos.
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