domingo 24  de  marzo 2024
Cambio de moneda

Cuba: Día Cero podría arrancar el 1ro de diciembre

La incertidumbre se apodera de la población ante la inminencia de la llamada reforma monetaria que traerá consigo la desaparición del peso cubano convertible y una sobrevaloración del dólar que ya se avizora 
Diario las Américas | IVÁN GARCÍA
Por IVÁN GARCÍA

Especial

@DesdeLaHabana

La Habana.- Desde el sábado en la tarde Wilfredo Garrido, 56 años, quien pedalea durante doce horas un bicitaxis por las angostas calles de La Habana Vieja, comenzó a remendar el techo de su ruinosa habitación ubicada en una cuartería del populoso barrio de Colón en el corazón de la ciudad.

Un litro de ron barato, para animarse, algunos clavos reciclados y trozos de chapas metálicas fueron utilizados como parches para sellar las filtraciones que pudiera provocar las lluvias acompañantes de la tormenta tropical Eta.

Sus dos hijos y algunos vecinos le ayudaban en la reparación o daban consejos. Desde un equipo de audio retumbaba la voz ronca del Micha, reguetonero de La Habana profunda que ahora radica en Miami.

“Todos los años, por esta época de ciclones, siempre es igual, buscar pedazos de tejas o manta impermeabilizante para reparar el techo. Además de comprar velas, pan o enlatados para comer. Porque lo que sí es seguro que al paso de un huracán o una tormenta, el gobierno quita la electricidad”, dice Maritza, esposa de Wilfredo, mientras pela plátanos verde, boniatos y algunos ñames para preparar una caldosa.

Wilfredo añade: “este 2020 ha sido un año maldito. Pandemia, crisis económica y no hay manera de empatarse con un dólar. Las tiendas por chavitos [peso cubano convertible] están pelá. Nadie está vendiendo velas. Tuve que dispararme una cola larguísima para comprar el pan. Y los ahumados ni se diga. Una libra de jamón ronda los noventa o cien pesos. Todavía no han aumentado los salarios y ya los precios se han disparado. Lo único que se puede comprar a precio módico, veinte pesos el litro, es el ron maluchero que venden en algunas bodegas”.

Aunque La Habana no será de las provincias más afectadas por el paso de la tormenta Eta, las lluvias que pueden ser intensas suelen ocasionar derrumbes en una ciudad donde el cuarenta por ciento de las viviendas presenta un estado constructivo de regular a pésimo.

“Es raro que en una lluvia de mediana intensidad no provoque derrumbes en La Habana. En los municipios Cerro, Habana Vieja y Centro Habana hay alrededor de 5.000 edificaciones consideradas inhabitables. Hace más de treinta años el Estado no rehabilita los edificios de la ciudad. Muchos de ellos tienen más de cien años de construidos. Los recursos se utilizan para remodelar el sector turístico de La Habana Vieja o construir hoteles de lujo”, apunta Óscar, arquitecto, quien trabajó durante cinco años en la firma Habaguanex.

Para el matrimonio de Gladys y Josué la preocupación es otra. Con esfuerzo personal han podido reparar su casa ubicada en un antiguo garaje del Vedado habanero.

“Cada vez que hay penetraciones del mar tenemos que recoger los muebles, refrigerador y hasta la cama con sus colchones para guardarlo en un lugar seguro. Nosotros residimos a una cuadra del malecón y el agua llega a superar el metro de altura”, expresa Josué y muestra una antigua marca en la pared, “hace dos años las aguas subieron un metro y treinta centímetros”.

Según José Rubiera, meteorólogo nacional, es probable que la tormenta tropical no provoque grandes penetraciones del mar. Aunque Rubiera indicó que en algunas zonas del Vedado el agua de mar pudiera penetrar hasta doscientos metros.

Pero el tema del momento de la mayoría de los habaneros no es precisamente la tormenta tropical Eta. En las colas de banco, mercados y tiendas, se rumora que el próximo primero de diciembre arrancaría la reunificación monetaria y la reforma salarial.

Bueno, reunificación no es la palabra exacta. Pues el dólar se mantiene como la moneda con mayor poder adquisitivo. Con divisas se pueden comprar electrodomésticos, muebles y alimentos que no se ofertan en el mercado de los devaluados pesos convertibles o CUP.

Una funcionaria contable de una empresa cuenta a DIARIO LAS AMÉRICAS que “si no sucede nada extraordinario, el primero de diciembre comenzaría el llamado Día Cero. Aun no hemos recibido la confirmación por parte de las autoridades. Pero ya el personal financiero y administrativo se adiestró en todos los protocolos. Lo más razonable es iniciar la nueva contabilidad desde el mes de enero de 2021. Hay otras pistas. Las empresas que compran insumos en entidades locales, no han podido facturar esperando los nuevos precios. Y no debe dilatarse, pues son insumos como la harina de trigo y otras materias primas que son básicas en la elaboración de alimentos de primera necesidad”, opina la funcionaria y añade:

“Ese mismo primero diciembre. Según los protocolos, se les dará un adelanto a los trabajadores para que pueden afrontar la subida de precios. Por ejemplo en mi empresa cobran los día diez de cada mes. El primero se les adelanta 1.000 o 2.000 pesos [moneda nacional], según su escala salarial. Los profesionales ganarían mejores salarios. Y, como ya se ha dicho, las empresas exportadoras o altamente productivas pueden ganar varias veces su salario. No hay tope”, concluye.

Un contable de ETECSA, la empresa que tiene el monopolio de las comunicaciones en Cuba, asegura que el “primero de diciembre comenzaría a aplicarse el ordenamiento salarial. Según me han dicho, un ingeniero de la empresa devengaría un salario entre 8.000 y 10.000 pesos [moneda nacional]. Y las utilidades se cobrarían cada tres meses”.

Como anunció un trabajador bancario a DDC, llamémosle Camila, gerente de un banco Metropolitano, “están entrando grandes volúmenes de billetes de alta denominación a nuestras bóvedas. Y el pago de los jubilados de diciembre está en stand by. Eso me hace suponer que el primero de diciembre empieza el ordenamiento”.

La tasa cambiaria exacta del peso contra el dólar parece ser el secreto mejor guardado. Pero siempre hay filtraciones. Un funcionario del ministerio de economía, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS que “la tasa cambiaria en la que se trabaja será fija. Y todo parece indicar que sería de un dólar por 28 pesos. Eso pudiera cambiar. Oscilará entre veintidós y esa cifra pues el gobierno no quiere arrancar el ordenamiento monetario con una devaluación tan marcada del peso porque incidiría en una vertiginosa inflación. Aunque en un principio, por falta de liquidez, los bancos y las casas d cambio (CADECA) no venderán divisas a la población. Eso obliga a muchas personas a comprar divisas en el mercado negro. Donde un dólar ahora mismo se cotiza entre 36 y 40 pesos”, afirma.

Después de remendar el techo de su precaria habitación, para prevenir las goteras que pudieran provocar las lluvias que acompañan a la tormenta tropical Eta, Wilfredo y su familia conversan sobre los pros y contras del inminente ordenamiento salarial.

“Puede que un viaje en bicitaxis valga cincuenta pesos. El doble que ahora. Pero no se hace nada si una guayaba te la venden a veinte pesos y un limón a treinta. Además un refrigerador seguirá costando en las tiendas por divisas 20.000 o 50.000 pesos. Inalcanzable para el trabajador promedio. Lo que el gobierno debiera hacer es comenzar a vender a plazos. Es la única forma que los cubanos podamos prosperar un poco”, dice, Wilfredo mientras se empina un pozuelo de caldosa con vegetales.

Para la mayoría de los cubanos, una reforma monetaria no tiene sentido si no viene respaldada con una variada oferta de mercancías y servicios. Esa es la clave para que no se dispare una inflación descontrolada.

Pero los estantes vacíos de los mercados estatales anuncian que hay poco para vender. Incluso teniendo dólares.

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