El sistema cubano de educación asume el desafío de recibir en las aulas a más de 1.700.000 estudiantes, mientras que persiste el déficit de docentes sobre todo en la capital y críticas ciudadanas por la calidad perdida de las clases, destaca un reporte de Inter Press Service (IPS Cuba).
La matrícula para el periodo lectivo 2016-2017 es la menor desde 2011-2012, cuando se registraron 2.193.312 educandos, lo que confirma el impacto de la baja natalidad y tendencia al decrecimiento y envejecimiento de una población de 11,2 millones de habitantes.
Según cifras oficiales, la fuerza docente solo completa el 94,2% de las plazas, al tiempo que entre 11.000 y 13.000 maestros prefieren mantenerse inactivos y no pararse frente a un aula, por diversas razones.
Para suplir esta carencia se llevaron más de 2.800 profesionales desde otros territorios hacia las provincias más afectadas por la falta de educadores: Ciego de Ávila, Matanzas, Artemisa, Mayabeque y La Habana, estas tres últimas todavía con un déficit de 585 plazas.
Al mismo tiempo, el Gobierno mantiene una estrategia de lograr la reincorporación de jubilados, la contratación de otros profesionales y recurrir al respaldo de jóvenes universitarios para dar clases.
La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, reconoció en una reciente comparecencia televisiva el sostenido éxodo de educadores hacia otros sectores.
Aunque la funcionaria evitó mencionar las causas y cifras exactas, muchos profesores se quejan por los bajos salarios y la ausencia de estímulos, unido a la sobrecarga de trabajo y la falta de recursos para impartir la docencia.
De acuerdo con el reporte de IPS Cuba, la Comisión Económica para América Latina y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura reconocen las altas tasas de inversión que colocan a Cuba como una referencia mundial en educación.
El año pasado, un informe del Banco Mundial ubicó a la Isla como el país del mundo que más invirtió en el sistema educativo de 2009 a 2013, al destinar al sector el 12,9% de su Producto Interno Bruto.
Otro informe de la entidad, publicado en 2014, consideró que la nación disponía del mejor sistema educativo de América Latina y del Caribe.
Sin embargo, muchos señalan no pocas fisuras en el sistema educacional relacionadas con los bajos rendimientos académicos, el abandono de maestros de su profesión, el aumento de profesores particulares y hasta la ocurrencia de fraudes académicos para acceder a la educación superior.
Muchos achacan esta situación a la utilización de maestros emergentes a partir de 2001, que eran jóvenes formados a contrarreloj para suplir el déficit que persiste desde entonces.
No pocos aducen que como consecuencia de la mala implementación de esta política cayó notablemente el rendimiento académico y se desvalorizó la reputación del maestro y su rol social.
En los últimos años afloraron los maestros particulares, quienes suplen los déficits de contenidos en los centros docentes. El repaso privado fue autorizado en 2010 como trabajo privado, aunque está vedado para docentes activos en el sistema público, recuerda el medio.
Algunos emprendedores han transformado habitaciones de sus casas en aulas y otros prestan servicios a domicilio. Las tarifas fluctúan entre 10 y 50 pesos cubanos (40 centavos de dólar y dos dólares) por clase, fenómeno que ha abierto las puertas a una diferenciación social porque no todas las familias pueden pagar el servicio.
En mayo trascendió que en la central provincia de Sancti Spíritus desaprobaron el examen de ingreso de Matemáticas a la Educación Superior 495 alumnos, que representaron 34% de la matrícula.
De igual forma, ocho personas resultaron detenidas por el caso de robo y venta del examen de Matemáticas para el ingreso a la universidad en 2014, hecho que se suma a continuas denuncias en redes sociales sobre un incremento de los actos de fraude académico, concluye IPS.