"Cuba me decepcionó", así titula un medio ruso la crónica de viajes de uno de sus redactores que visitó la Isla y no recurrió a los lugares comunes ni a las medias tintas para narrar su impresión: "Un viaje a Cuba a menudo se asocia con la imagen de un paraíso: playas blancas como la nieve, mar azul, el legendario ron cubano. Sin embargo, la realidad para muchos turistas está lejos de ser optimista, especialmente para aquellos que están acostumbrados a los estándares europeos de recreación".
El medio Prodzor, en su sección "Trotamundos", enumera las razones del autor por las que nunca regresaría a Cuba: "El problema no está en la falta de flujo turístico, sino en el bajo nivel de servicio y las condiciones específicas, que pueden repeler incluso a los huéspedes más modestos", reseña el portal Diario de Cuba.
Pese a que numerosos textos sobre el tema que aparecen en la prensa rusa sostienen pese a todo la fascinación por un destino exótico que aún pende del imaginario soviético sobre la presunta "Isla de la libertad", la crónica afirma: "Parece que las autoridades locales y los residentes no tienen la capacidad o no quieren mejorar la calidad de los servicios, a pesar del potencial de la industria del turismo".
Un primer asunto que enfatiza el autor es la dudosa clase del servicio hotelero: "Las 'cinco estrellas' declaradas en los hoteles cubanos suelen ser engañosas. Los turistas que esperan lujo se enfrentan a habitaciones que requieren reparaciones, electrodomésticos que no funcionan, mala calidad de limpieza y comida insípida. A menudo no hay cama y toallas limpias".
"Incluso después de las quejas, cuando se proporcionan las cosas necesarias, no hay una impresión agradable de la llegada, y no tiene sentido esperar las disculpas del personal. La limpieza de calidad, por regla general, solo es posible gracias a las propinas", añade.
Fuera de los hoteles la impresión es demoledora, reconoce Prodzor. "Cuba da la impresión de ser un país en proceso de recuperación de una devastación. Fuera de las áreas cercadas de los hoteles, la vida parece aburrida: las tiendas están vacías y los lugareños enfrentan escasez de productos. Caminar por las ciudades cubanas no es un placer, es mejor no salir del hotel".
"En Cuba es importante tener mucho cuidado. Se recomienda llevar un extenso botiquín de primeros auxilios, que incluya: protector solar, medicamentos antiintoxicantes (la cocina local es específica, el agua no está limpia), remedios para picaduras de insectos y antihistamínicos", enumera.
La comida es un tema que aparece en la mayoría de las crónicas de viaje de rusos en Cuba. Dice Prodzor: "Los amantes de la buena comida se sentirán decepcionados en Cuba. La base de la dieta es el cerdo, el pollo, los frijoles, el arroz y el maíz, que se sirven de manera sencilla, sin adornos culinarios. Los platos están abundantemente sazonados con especias y sal, lo que no siempre corresponde a las preferencias de los turistas. Encontrar un lugar con comida deliciosa es difícil. Las únicas excepciones son los buenos mariscos y los mangos locales".
"Hay pocos centros comerciales en Cuba con una buena selección de productos. Incluso los comercios de souvenirs son poco abundantes y los supermercados sufren escasez. Los principales recuerdos son los cigarros y el ron, que se venden en todas partes. El resto tendrá que ser cazado. El surtido en las tiendas de comestibles es extremadamente escaso, a menudo solo se presentan productos de una marca. Por esta razón, muchos turistas prefieren los hoteles todo incluido, ya que la autococción puede ser un problema debido a la falta de productos".
En cuanto a los cubanos, el autor de la crónica no puede ser más enfático: "Los lugareños perciben a los turistas exclusivamente como una fuente de ingresos. Los intentos de imponerte bienes o servicios, el engaño y los precios excesivos son comunes".
Un guía cubano con más de 15 años de experiencia citado en el texto "recomienda posponer la compra de recuerdos hasta los últimos días de su estadía, cuando la emoción inicial disminuye".
Y, más que un consejo, añade una advertencia: "Los cubanos que trabajan en el sector turístico a menudo se fijan el objetivo de obtener la mayor cantidad de dinero de un visitante".
El panorama antes descrito lleva al autor del texto en "Trotamundos" a concluir: "Nunca volveré a ir allí".
La dureza de la valoración hizo a Prodzor cerrar la crónica advirtiendo que "las dificultades y decepciones descritas, aunque subjetivas, reflejan la experiencia de muchos turistas".
Y concluye señalando: "A la hora de planificar un viaje a Cuba, es importante tener en cuenta estos aspectos para evitar sorpresas desagradables".
FUENTE: Con información de Martí Noticias