Guerrilleros navegan un río entre Colombia y Venezuela.
AP/ FERNANDO VERGARA/ARCHIVOMIAMI.- Otro grupo de exguerrilleros desmovilizados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) podría estudiar medicina en Cuba, bajo el ‘modelo revolucionario’, gracias al otorgamiento de becas facilitadas por el régimen de La Habana.
La noticia, aunque no es nueva, hizo saltar las alarmas por su contenido y porque demuestra la conexión existente entre Colombia y Cuba, a través del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC en 2016, en la capital de la Mayor de las Antillas.
La senadora María Fernanda Cabal, una de las voces más fuertes del Partido Centro Democrático, que lidera el expresidente Álvaro Uribe Vélez, lanzó una serie de críticas en contra de ese programa que permite enviar a 200 excombatientes, que podrían convertirse en médicos tras siete años de estudios en la nación insular.
Cabal fue enfática al señalar que la pretensión de Cuba es “tener reclutados” a quienes fueron actores activos en la guerra, “violando los derechos humanos y realizando toda clase de conductas que terminaron generando unos niveles de violencia insospechados en este país”.
La convocatoria
El documento que soporta la convocatoria, conocido en exclusiva por DIARIO LAS AMÉRICAS, señala que las becas están disponibles para “militantes exguerrilleros, exguerrilleras, exmilicianos y exmilicianas de las FARC-EP”, como también para “hijos e hijas de quienes militaron en las filas de la guerrilla”.
A la senadora Cabal llama la atención que, como está estipulado en el concurso, “a excepción de los exmilitantes de FARC-EP, todos [los exguerrilleros que deseen estudiar medicina] deben enviar carta de recomendación de la organización o comunidad a la que pertenecen”.
Sobre este aspecto, la legisladora opinó que “esto de las becas es otro artificio o combinación de formas de lucha de la que el régimen tenebroso de Cuba es autor”, y apuntilló que “no van a formar a ningún médico”, sino a personas bajo “la doctrina comunista”, que es “la religión del Estado comunista”.
Entretanto, en el capítulo de los “Términos Generales” de la convocatoria puede leerse: “La formación se da con énfasis en un(a) profesional en medicina al servicio de la comunidad y no en lógica mercantil con el único objetivo de hacer dinero”. También se especifica que el aspirante a la beca debe ser una “persona ejemplar”.
Para Cabal, los beneficiarios del programa becario cubano “desmembraron familias, desplazaron poblaciones vulnerables, robaron niños de los brazos de mujeres campesinas para volverlos instrumentos de guerra, son depredadores y espíritus inmundos que ahora les van a dar un premio para que se vuelvan más bárbaros, pero ahora con la excusa de que están desarmados”.
Desde 2017 el régimen cubano otorga esas becas como un aporte a la implementación del acuerdo de paz suscrito entre el gobierno colombiano y las FARC, en noviembre de 2016, que permitió la desmovilización de alrededor de 7.000 guerrilleros.
En total son 1.000 becas las que anunció en su momento la dictadura castrista.
“Un dulce envenenado”
Desde la perspectiva de la senadora Cabal, lo único que busca el régimen de La Habana es "aparentar que es benefactor de excombatientes", pero —a su juicio— "sabemos que este regalo de las becas es un dulce envenenado".
Más a fondo, la líder política aseguró que no cree “en ningún gesto de buena voluntad que venga de Cuba”.
Añadió que el Gobierno colombiano debería abstenerse de recibir “este tipo de regalos”, por lo que advirtió que con ese programa de becas Colombia termina “sometida”, por no adoptar “decisiones de gobierno”.
Otro aspecto que remarca la convocatoria es el respeto a la “soberanía cubana” y “adquirir el compromiso real de no generar ni participar en actividades contrarrevolucionarias”, como le llaman a cualquier acto en contra del régimen cubano.
Recordó que “Cuba ha sido el gran promotor de las guerrillas en América Latina”, que durante “muchísimos años entrenó ejércitos” en el continente y que el expresidente colombiano Julio César Turbay Ayala (1978-1982), “se atrevió a romper relaciones con Cuba”.
Asimismo, remarcó que el régimen cubano daba entrenamiento al grupo terrorista M-19, “que después incendió el Palacio de Justicia y quemaron vivos a los magistrados dentro del edificio”.
De otro lado, Cabal llamó al presidente colombiano Iván Duque a romper relaciones diplomáticas con la dictadura cubana por mantener como refugiados en la isla a Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, e Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán, máximos cabecillas de la guerrilla del ELN.
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