MANAGUA — Daniel Ortega cumplió 80 años de edad, en medio de rumores sobre su precario estado de salud que oculta como un secreto de Estado, y estaría preparando la transferencia de poder a su esposa, la llamada "copresidenta" de Nicaragua, Rosario Murillo, de 74 años, quien asume el rol de su marido casi en su totalidad ante las prolongadas ausencias del exguerrillero sandinista.
Antiguos aliados han filtrado que padece lupus, problemas renales y cardíacos, padecimientos crónicos e incurables. Desde que retornó al poder, Ortega desaparece durante prolongados periodos sin dar ninguna explicación pese a que ocupa la máxima magistratura. Esa situación ha generado rumores hasta de su supuesta muerte, pero luego aparece; en ocasiones su deterioro físico es evidente. Pero el tiempo avanza, las ausencias son cada vez más prolongadas y el deterioro es cada vez más evidente.
Las pocas apariciones de Daniel Ortega son nocturnas; la mayoría de las actividades oficiales se hacen por la noche, incluso los desfiles militares en los aniversarios del Ejército y de la Policía Nacional que dirige su consuegro Francisco "Paco" Díaz. Según la medicina, la mayoría de los pacientes con lupus son sensibles al sol. Los rayos ultravioletas pueden activar o empeorar la actividad de lupus en la piel y en otros órganos. La exposición solar puede ocasionar cansancio, dolor en las articulaciones, inflamación, fiebre o caída del cabello.
El dictador sandinista lleva 46 años directamente interviniendo en la política de Nicaragua y viviendo del erario; ha gobernado a través de dos dictaduras (1979 a 1990) y la segunda (2006 a la fecha). La segunda dictadura de Ortega es una copia fiel del primer régimen en cuanto a los crímenes y la ola represiva. La diferencia radica en la ausencia de un sector del sandinismo que gobernó con Ortega en la década de los años 1980, que ahora son disidentes del caudillo sandinista y único candidato con quien mantienen pugnas por poder.
Ortega, quien no tiene estudios universitarios tras abandonar la carrera de derecho para convertirse en guerrillero, asaltar bancos y asesinar a quienes consideraba enemigos políticos, cumplió los 80 años el pasado 11 de noviembre, marcando casi tres décadas en el poder, convirtiéndose en uno de los gobernantes más viejos del continente, que ha causado exilio desde 1979 a la fecha, confiscaciones y crímenes, un azote que hoy también afecta a sus antiguos aliados, quienes antes cometieron esos mismos crímenes junto a él, provocando el exilio de miles de nicaragüenses acusados de ser "somocistas" o "contrareevolucionarios".
Salud en declive
En recientes actos públicos, Ortega aparece con dificultades para caminar y semblante pálido. Según el médico exiliado Richard Sáenz, quien atendía a la familia presidencial, padece lupus e insuficiencia renal.
“Ortega en sus últimas apariciones públicas es notorio por su edad, naturalmente, y por su aspecto, que ha tenido un deterioro”, dijo el académico Uriel Pineda a AFP.
“Hay un esfuerzo claro, evidente de Rosario Murillo por estar lista para que el día que la salud de Ortega se deteriore o fallezca”, sostiene, por su lado, Juan Pappier, de Human Rights Watch.
Mando militar
Al convertirse en copresidenta, Murillo pasó a tener mando militar. Recientemente, en el acto de aniversario del Ejército, entregó por primera vez los galones de ascenso a los oficiales.
En la ceremonia, Ortega buscó justificar el ascenso a la cima de su esposa: “Las mujeres se han incorporado en todos los campos”. El caudillo sandinista reformó la Constitución para crear la "copresidencia" para beneficiar a su esposa, con quien mantendría un pacto por apoyarlo tras las acusaciones de violación y abuso sexual de su hijastra Zoilamérica Ortega Murillo en 1998.
La transición “a lo mejor se aceleró porque en este mes precisamente va a cumplir un año de muerto Humberto Ortega”, hermano de Daniel y excomandante del Ejército, dijo Gonzalo Carrión, activista de derechos humanos exiliado.
Humberto Ortega, acusado de crímenes de lesa humanidad durante el primer régimen sandinista, fue puesto en arresto domiciliario tras declarar a un medio extranjero, en mayo de 2024, que consideraba “muy difícil” que la esposa e hijos de su hermano Daniel lograran mantenerse en el poder si este moría.
El ejército, bajo el mando del general Julio César Avilés, es señalado de participar en la represión de las protestas de 2018 y de sostener la actual dictadura sandinista de Ortega y Murillo.
Empresa familiar
Murillo comenzó a ganar influencia desde que Ortega volvió al poder en 2007: fue vocera del gobierno, vicepresidenta y ahora copresidenta.
La "copresidente", conocida popularmente como la "chamuca" por sus prácticas de ocultismo, incrementó su poder con sucesos que debilitaron a su marido, entre ellos la acusación Zoilamérica, la hija mayor de Rosario Murillo, con su primer esposo Jorge Narváez Parajón.
También con las protestas opositoras de 2018, reprimidas con un saldo de 365 muertos, de acuerdo con informes de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos.
Salvo Zoilamérica, todos los hijos de la pareja tienen cargos en el gobierno o en empresas estatales. El más prominente es Laureano, encargado de los lazos con Rusia y China, dos aliados clave.
“Lamentablemente, Nicaragua es la versión de Corea del Norte del hemisferio occidental”, aseguró Pappier.
Nicaragua tendrá elecciones presidenciales en 2026, sin partidos de oposición que disolvió e impide la organización de grupos opositores en Nicaragua. La pregunta es quién sustituirá a Ortega, una interrogante cada vez más presente ante el deterioro de la salud del dictador sandinista. Se especula que será su esposa, pero por su avanzada edad se cree que podría ser Laureano Ortega Murillo, el hijo de gustos de lujo del matrimonio presidencial.
FUENTE: Con datos de AFP