viernes 14  de  noviembre 2025
CUBA

Fotografía en redes de ministro cubano destituido y enjuiciado desata polémica

No se ha confirmado si la fotografía al exministro Alejandro Gil habría sido tomada durante la audiencia judicial o si se trata de una imagen generada por Inteligencia Artificial (IA)

Diario las Américas | Carlos Armando Cabrera
Por Carlos Armando Cabrera

MIAMI -- En redes sociales circula una imagen que supuestamente muestra a Alejandro Gil Fernández, exministro de Economía y Planificación de Cuba, destituido y procesado bajo cargos de espionaje, tras la polémica que rodea su juicio.

En la foto —no verificada por fuentes oficiales— se aprecia a Gil visiblemente más delgado, con pérdida de cabello y un evidente deterioro físico, muy distinto de la figura sólida y desafiante que proyectó durante años en los espacios oficiales de la política económica cubana.

El impacto de la foto, real o manipulada por IA, ha sido inmediato. Analistas recuerdan que desde el inicio del proceso parece que Gil está siendo utilizado como chivo expiatorio, una pieza sacrificable para enviar un mensaje “ejemplarizante”, mientras los cargos más altos dentro de la estructura de gobierno permanecen intocables.

Sin embargo, tampoco se puede ignorar el daño que las medidas impulsadas por el exdirigente provocaron en la vida de los cubanos: la llamada “Tarea Ordenamiento”, el descontrol de precios, la pérdida de valor adquisitivo y la crisis económica que sigue golpeando a las familias en toda la isla. Esto plantea una pregunta central: ¿por qué solo él carga con toda la responsabilidad si otros con igual nivel o más de culpabilidad permanecen impunes?

La opacidad del proceso y el silencio de la prensa oficial refuerzan la percepción de que este juicio responde menos a la justicia y más a un cálculo político, en el que la cúpula decide a quién sacrificar y a quién proteger para mantener el control a base de la fuerza.

Además, el procedimiento legal parece formar parte de un circo mediático que busca distraer al pueblo, que enfrenta apagones interminables y crisis crecientes. En el oriente del país, la situación es aún más crítica: los daños causados por el huracán Melissa siguen sin ser contabilizados y miles de familias viven en condiciones de indigencia, sin recursos ni atención. En este contexto, la exposición pública del caso de Gil funciona como una cortina de humo que desvía la atención de problemas mucho más urgentes.

Independientemente de la veracidad de la foto, Alejandro Gil enfrenta ahora una condena que definirá su destino. Pero incluso si su imagen —real o procesada con IA— refleja un momento de vulnerabilidad, podría tener un último gesto de utilidad histórica: revelar ante la opinión pública internacional a quienes realmente controlan la cúpula y mantienen a Cuba bajo miedo, represión y miseria.

Quizá ya no tenga salvación, pero aún podría, desde su significado negativo, dejar un legado como en su momento lo dejaron los procesados y sacrificados en las causas 1 y 2 de finales de los 1980, cuando un proceso de purga culminó con el fusilamiento de varias figuras emblemáticas de la nomenclatura del poder cubano.

La enseñanza final de este proceso contra Gil Fernández es la condición descartable o desechable inherente a todo aquel que en algún momento resulta elegido para formar parte de esa cúpula que controla Cuba.

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