CARACAS.- La avenida Francisco Fajardo, la principal vía rápida de Caracas, rebautizada por el "chavismo" Autopista Grande Cacique Guaicaipuro, quiere mostrar una cara del país sudamericano que no se compagina con la realidad de su economía.
CARACAS.- La avenida Francisco Fajardo, la principal vía rápida de Caracas, rebautizada por el "chavismo" Autopista Grande Cacique Guaicaipuro, quiere mostrar una cara del país sudamericano que no se compagina con la realidad de su economía.
En los últimos años, esta artería vial que conecta a la capital de Venezuela de oeste a este, fue un espejo del sistema político y económico que gobierna al país desde 1999. Las vallas publicitarias que en los años 70, 80 y 90 del siglo pasado promocionaban los productos y servicios de decenas de empresas en la pujante Venezuela petrolera, pasaron a tener a partir de los años 2000 un rostro marcado por la ideología "chavista" con imágenes del fallecido Hugo Chávez, entre otros símbolos de la llamada "revolución bolivariana".
Pero para sorpresa de muchos, ese rostro ha dejado de ser. Actualmente, al transitar por la moderna autopista saltan a la vista los anuncios de costosos restaurantes y tiendas, marcas de ropa, vehículos, productos de belleza, y conciertos.
La apertura ofrecida por el régimen de Nicolás Maduro al sector comercio desde principios de 2022 vino acompañada por una frase que el "chavismo" ha querido imponer: "Venezuela se arregló". Desde las filas del régimen se vende la idea de que el país se está recuperando después de casi 10 años de una crisis económica sin precedentes en su historia, producto de las malas políticas del mismo régimen, que hizo caer el PIB entre 2014 y 2021 en un 70 %, según las estimaciones más conservadoras.
Pero el nuevo rostro de la antigua Autopista Francisco Fajardo es una fachada que enmascara la realidad de Venezuela: la economía del otrora país petrolero está muy lejos de tener los niveles de 2013, el año antes del colapso, y menos aún, de 1998, el año en que Hugo Chávez llegó al poder.
La realidad es que la actual economía de Venezuela es de tamaño ínfimo y está centrada en el comercio con base a importaciones, y donde sectores clave para el crecimiento como la manufactura o la construcción tienen muy poca participación.
En su discurso de memoria y cuenta ante la Asamblea Nacinal fraudulenta a principios de enero, el dictador Maduro afirmó que Venezuela está viviendo un momento de "diversificación de la economía" que no se había visto en años. Sin embargo, lo que se está registrando es una economía de importación para el sector comercio, al tiempo que la industria adquiere poca materia prima para procesar y usa una pequeña parte de su capacidad instalada, explicó el portal Runrunes.es.
En 2022, las importaciones del sector privado alcanzaron los $9.000 millones, la tercera parte de lo que fue en 2013, de las cuales el 70 % estuvieron destinadas al comercio. En contraparte, la compra de materia prima, por parte de la industria, solo tiene un peso de 20,8 % de las importaciones, en tanto que la de maquinaria y equipos solo representa el 9 % de las importaciones al año.
El sector manufacturero venezolano se ve afectado actualmente por la competencia de los productos importados, los elevados impuestos y el poco uso de la capacidad instalada.
“Estamos utilizando 38% de la capacidad instalada, esto nos resta competitividad, nos hace más costosos porque los gastos fijos se distribuyen en poca producción. Colombia y Brasil, por ejemplo trabajan a 80-82% de su capacidad instalada”, explicó Luigi Pisella, presidente de Conindustria (Confederación Venezolana de Industriales).
Analistas económicos afirman que la fragilidad es lo que caracteriza actualmente a la economía de Venezuela, mientras no se apliquen reformas estructurales que den un giro de lo que se ha venido haciendo durante los últimos 20 años.
Luego de la era de las expropiaciones llevadas a cabo por Chávez y con la caída de la producción petrolera, el régimen se dio cuenta de que era necesario dinamizar la maquinaria pública.
"Para estimular el consumo, es necesario que los trabajadores tengan un salario digno. El salario mínimo venezolano es el peor de todo el hemisferio, incluido Haití. Los empresarios apuestan por una recuperación que sea sostenible, pero no todos tienen salario", afirmó el economista Jairo Bracho.
La inflación en Venezuela sigue registrando cifras astronómicas. De acuerdo al Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un ente privado e independiente, en diciembre de 2022 el alza de los precios fue de 37,2 % mientras que el indicador anualizado marcó un aumento de 305 %.
"La ropa es cara, la comida es cara. Mi salario no alcanza para mantenerme y estoy buscando otro trabajo", dijo Paola Rivas, de 19 años, quien tiene planes de emigrar para huir de la crisis, tal y como lo han hecho más de siete millones de venezolanos, según datos de la ONU.
Expertos insisten en que es necesario la implementación de cambios en la política económica que permitan un crecimiento que se mantenga en el tiempo.
De acuerdo a la firma Ecoanalítica, si la economía de Venezuela creciera a un promedio anual de 9,5 % tomaría 13 años lograr los niveles de 1998 y 18 años los de 2013.
FUENTE: REDACCION / Con información de Runrun.es / El Nacional