lunes 15  de  diciembre 2025
POLÍTICA

Empresario venezolano explica por qué Noruega a la vez que entrega Nobel a María Corina no ha actuado en consecuencia contra Maduro

El empresario Pedro Burelli exfuncionario de PDVSA, critica que la política exterior noruega no haya sido suficientemente severa contra un régimen integrado por criminales

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

OSLO.- En una traducción de la entrevista realizada por TV2 Noruega, el empresario venezolano Pedro Burelli explicó por qué Noruega, aunque entregó el Premio Nobel de la Paz 2025 a la líder María Corina Machado, no ha actuado en consecuencia contra el dictador Nicolás Maduro.

Cree que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega ha hecho un pésimo trabajo en Venezuela.

“Les advertí desde el principio. Durante cinco años se embarcaron en negociaciones que estaban condenadas al fracaso”, afirmó enfadado.

Burelli, exfuncionario de Petróleos de Venezuela (PDVSA), puntualizó que Noruega le otorgó oxígeno "a un régimen muy criminal". El Reino de Noruega fungió como mediador en el conflicto político venezolano desde 2019. También se refirió al trato hacia Maduro.

Añadió: "No lograron persuadirlo y no consiguieron nada con las negociaciones. Mientras estas negociaciones estaban en curso, el régimen tenía cientos de presos políticos y cometió crímenes contra la humanidad”.

“Pero los diplomáticos noruegos, naturalmente, querrían negociar con quienes realmente detentan el poder, ¿no?”, dijo con sarcasmo.

La entrevista a Burelli fue hecha en el marco de la ceremonia del Premio Nobel de la Paz realizada en el Ayuntamiento de Oslo el 10 de diciembre. El encuentro se hizo en la calle. Allí sostuvo que la política exterior noruega es ingenua.

"Y es arrogante viniendo de un país que apenas tiene necesidades insatisfechas. Un país muy feliz que cree que puede difundir el bien por todo el mundo. Hay un nivel de ignorancia y arrogancia que resulta repulsivo”, agregó.

Alzar la voz

El régimen de Maduro declaró que se concederá el estatus de “fugitiva” a María Corina Machado, quien logró salir de Venezuela a través de una arriesgada operación y llegar a Oslo el 11 de diciembre, y que no es bienvenida en el país.

“Siempre he dicho que los que vivimos en el exilio no podemos permitirnos el lujo de tener miedo. Debemos ser la voz de aquellos que están en nuestro país y tienen mil razones para no alzar la suya”, dijo Burelli sobre su activismo desde el exilio.

El empresario actualmente vive en Washington D. C.

Su verdadera frustración, dijo, es tener que convencer a los gobiernos extranjeros y a las organizaciones internacionales de que el régimen de Maduro, tal y como él lo ve, no está formado por políticos, sino por delincuentes.

“Intento explicar a los diplomáticos que se trata de delincuentes y que es una cuestión de aplicación de la ley, no de diplomacia. En ese momento, se quedan paralizados y simplemente se derrumban”, puntualizó Burelli.

A su juicio, el problema es que hacen un diagnóstico erróneo sobre la realidad venezolana. "Es como si un médico intentara tratar a un familiar tuyo con un tumor cerebral y le recetara paracetamol y una pomada”, afirmó.

La conexión petrolera

Aunque Burelli es muy crítico con la política exterior noruega, no oculta que cree que Venezuela debería fijarse en Noruega en un aspecto importante que ambos países comparten: el petróleo.

“Llevamos más tiempo que Noruega con petróleo, tenemos más petróleo que Noruega y tenemos más población que Noruega. Por eso Noruega ha sido un ejemplo fundamental para nosotros”, sostuvo.

Cuando se nacionalizó la industria petrolera venezolana en la década de 1970, las empresas petroleras extranjeras abandonaron el país. Pero, en lugar de funcionar como una empresa estatal, el Estado se convirtió en un actor demasiado dominante en los negocios, argumentó Burelli.

Expresó: “El Estado se volvió demasiado poderoso y el equilibrio entre los sectores público y privado se invirtió por completo. Nos convertimos casi en un Estado soviético”.

Con líderes como Hugo Chávez y Nicolás Maduro, sostuvo Burelli, en las últimas décadas no ha habido esperanza de que los ingresos del petróleo beneficien al pueblo.

“Con líderes que no necesitan negociar con el pueblo ni subir los impuestos para obtener ingresos, acaban enriqueciéndose a sí mismos. La herramienta que una vez desarrolló Venezuela también se convirtió en la herramienta que la destruyó”, señaló.

Burelli quiere un sistema similar al de Noruega, donde las actividades petroleras se gestionan a través de una empresa parcialmente privatizada (Equinor) en la que el Estado posee la mayoría de las acciones.

“Así es exactamente como debería ser”, indicó.

FUENTE: Con información de TV2 Noruega

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