lunes 25  de  marzo 2024
Venezuela

Escándalo de Odebrecht revela los sueños desechos de Venezuela

La constructora brasileña Odebrecht SA recibió financiamiento millonario para proyectos que nunca se llegaron a terminar en Venezuela y que hoy permanecen en estado de abandono o congelados
Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

Sólo unos pocos de los millonarios proyectos que Venezuela contrató con la constructora brasileña Odebrecht SA en tiempos del fallecido presidente Hugo Chávez se han terminado y una buena parte de ellos permanece en abandono o congelados, así lo refiere una investigación publicada este miércoles por The Wall Street Journal.

Estas revelaciones coinciden con la aceptación, por parte de la empresa, de pagar 3.500 millones de dólares de multa, la mayor de la historia, tras ser acusada de entregar 439 millones a políticos, partidos y funcionarios en al menos 12 países para garantizarse la adjudicación de obras públicas en América Latina.

El Gobierno de Chávez fue uno de los implicados al otorgar a Odebrecht 11.000 millones de dólares en contratos para construir comunas como la agroindustrial Diluvio, en zonas remotas del país, y que hoy sobreviven como un millar de chozas abandonadas en una llanura bajo una cordillera del occidente del país caribeño.

Los sueños del desaparecido presidente se vinieron abajo y con ellos su promesa de usar una ganancia inesperada de petróleo para transformar su país en una red de comunas agrícolas e industriales.

Odebrecht se aferró a esos sueños, lanzando y ganando contratos de infraestructura en calidad de asesores de Chávez, según actuales y antiguos empleados de la firma, refiere la investigación que publica WSJ.

La constructora brasileña se convirtió en el contratista elegido por Chávez, con la ayuda de su aliado y amigo cercano, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, a quien fiscales brasileños acusan de hacer lobby ilegal para obtener contratos de Odebrecht en varios países fuera de Brasil, incluyendo a Venezuela.

Bajo el Gobierno de Hugo Chávez, la nación caribeña se convirtió en el mayor mercado latinoamericano de Odebrecht fuera de Brasil, con una división que dependía directamente del presidente ejecutivo Marcelo Odebrecht, según confirma la investigación que cita a un ejecutivo de la compañía.

Hoy, el Sr. Odebrecht cumple una sentencia de 19 años de prisión por corrupción, lavado de dinero y conspiración.

En diciembre último, el Departamento de Justicia de Estados Unidos publicó un acuerdo, firmado por la compañía, que refiere el pago de 98 millones de dólares a intermediarios por servicios en Venezuela, sabiendo que el dinero sería aprobado como sobornos a funcionarios.

Odebrech, según WSJ, se negó a comentar el caso y otros aspectos de sus actividades en Venezuela. "La compañía está implementando las mejores prácticas de cumplimiento, basadas en la ética, la transparencia y la integridad", dijo en un comunicado en el que aseguró estar comprometida a cooperar con las autoridades.

Un asesor de campaña del partido político de Da Silva dijo a la Policía Federal de Brasil, en febrero último, que la constructora donó 35 millones a la última campaña presidencial de Chávez en 2012. También cubrió sus apuestas, como lo hizo en Brasil, donando a partidos de todo el espectro político venezolano, según el ejecutivo de la compañía.

Residentes de las poblaciones indígenas empobrecidas cercanas a la pretendida comuna agroindustial Diluvio, dijeron a WSJ que la desaparición del proyecto comunal rompió sus sueños de una vida mejor prometida por la Revolución de Chávez.

Trabajaron para la construcción de las cabañas de Odebrecht, recibieron cursos de agricultura para aprovechar al máximo un prometido sistema de riego… "Todo iba bien hasta que nos dijeron que Odebrecht no volvería. Ahora no queda nada ", dijo José López, de 31 años.

Así como los sueños de Chávez, los canales y las cosechas nunca se concretaron. La mayor parte de las 500 familias que se habían trasladado a las cabañas de la comuna regresaron a sus aldeas, llevando consigo todo lo que pudieron cargar.

"Creí que cambiaría mi vida", dijo un vigilante de una iglesia evangélica en una de las chozas. "Pero no llegó a ser. Fuimos engañados".

FUENTE: Con información de The Wall Street Journal

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