MIAMI.- La grave situación por la que atraviesa Venezuela y los posibles escenarios a lo interno y externo fue el tema a analizar por un grupo de expertos en el conversatorio llamado ¿Qué pasa en Venezuela? organizado por el Instituto Casla y moderado por su directora, la defensora de Derechos Humanos Tamara Suju.
Durante el encuentro que se realizó de manera virtual, el exembajador Diego Arria; el alcalde metropolitano en el exilio, Antonio Ledezma; la líder política María Corina Machado y el exdirectivo de PDVSA, Pedro Burelli expusieron su visión de lo que está ocurriendo en el país caribeño, así como sus propuestas de estrategias para buscar la salida del régimen de Nicolás Maduro.
Entre los temas abordados destacó la necesidad de reconocer que los venezolanos están secuestrados por un régimen delictivo y actúan en consecuencia; por lo que las estrategias deben tomar ese aspecto en consideración.
Otro tema analizado es la participación de la comunidad internacional en el conflicto interno venezolano, y la visión o esperanza que cada uno plantea sobre el tema.
El conversatorio lo inició Antonio Ledezma, exalcalde Metropolitano en el exilio quien desdibujó la crisis que golpea a los venezolanos asegurando que el país es víctima de un exterminio, un holocausto.
“Venezuela ya no se mide en kilómetros sino en campos de concentración. Si todavía nos produce escalofrío el recuerdo de los campos de concentración nazi, pues en Venezuela tenemos a millones de seres humanos secuestrados”.
Recordó que la nación caribeña es el país con la mayor hiperinflación, con la mayor caída del Producto Interno Bruto y con los niveles más altos de miseria de la región. “Somos el país donde los venezolanos devengan un salario paupérrimo, donde la moneda ha sido pulverizada y donde los capos que controlan el régimen son perpetrados de crímenes de lesa humanidad y al mismo tiempo son protagonistas de un escandaloso latrocinio”.
Destacó que Venezuela se ha convertido en un narcoestado, por lo que ya no se habla de un país petrolero sino un país cocalero por la incidencia en el territorio nacional de diferentes organizaciones de narcotráfico. “No es una dictadura , sino una corporación criminal que tiene aliados con carteles de la droga de México , Colombia o Perú”.
Recalcó que la dictadura se mantiene en el poder porque la gran crisis que hay en Venezuela es una crisis moral, y a su juicio es el gran desafío. “Es hora de establecer una dirección política con objetivos definidos. Libre de infiltrados. Sin dobles agendas, si no seguiremos patinando en este fango”.
Ledezma propone organizar la resistencia dentro de Venezuela con núcleos en cada barrio, cada municipio en cada estado para que lleven adelante la lucha cívica por la libertad en Venezuela. “Que la diáspora se ponga al servicio para lograr con una organización de liberación del país, que incluya hasta los militares, los policías que están en el destierro”.
Para Ledezma las elecciones bajo la tutela del régimen no son viables, por lo que propone un gobierno de transición con dos objetivos. “Un Plan Marshall a lo venezolano para superar los problemas de hambruna, recuperar la economía, recuperar sistema de iluminación, acueducto, etc. Un plan Colombia, a lo venezolano para lograr la gran estabilidad en Venezuela. Sin eso no será posible la recuperación en Venezuela”.
Fracaso de un sistema
El experto petrolero y exdirectivo de PDVSA Pedro Burelli aseguró que lo que cayó en Venezuela fue un sistema político, económico y social fundamentado en el petróleo. “Fue un modelo que comenzó hace 100 años y que en 1983 comenzó a hacerse aguas. Luego trató de mantenerse vivo y realmente nos dimos cuenta de que era irrecuperable cuando Hugo Chávez piensa que se puede tomar control de la industria petrolera y manejarla bajo órdenes de Cuba y que eso iba a mantener el modelo petróleo”.
Destacó que todo el esquema de Venezuela se montó como país petrolero y aún hoy en día la sociedad tiene la expectativa de que es un país petrolero. “La política se hace en torno al petróleo. La economía dependía fundamentalmente del petróleo. Lo que podemos ver hoy es que ese modelo no existe hoy y es la explicación de la miseria que vivimos y es difícil reconstruirlo como Estado. Es indeseable reconstruirlo como estado”.
Aseguró que mucha gente no termina de entender de que Venezuela no se reconstruye produciendo más petróleo, porque lo que se destruyó es más profundo que la producción petrolera.
¿Comunidad internacional?
Para el exembajador Diego Arria la comunidad internacional actúa para sus intereses. “Cada vez pienso peor de la comunidad internacional porque he aprendido aprendido a conocer sus límites, sus intereses y sobre todo su capacidad a equivocarse en función de los problemas de los demás y no de los de ellos. En esa preocupación de lo que pueden hacer afuera por nosotros, ha venido una falta de interacción mucho más real del país”-
Aseguró que muchos políticos presionan más para que se vea a Venezuela como una catástrofe humanitaria sin destacar lo que hay en el país que es algo mucho peor que solo el problema humanitario, algo exponencialmente superior en maldad. “Pero como se ha publicado una imagen que lo que requerimos nosotros es asistencia humanitaria por encima que cualquier otra consideración el mundo se desentiende de nosotros al ver que hay algunas cosas que se ofrecen” .
El sufrimiento no se para hasta que el régimen no se desaloje
La líder de Vente Venezuela, Maria Corina Machado, habla de un escenario más optimista. Asegura que ha visto cómo el interés de la gente joven ha cambiado favorablemente hacia conocer lo que es la política a diferencia de otros tiempos.
“Hay mucha gente que está de acuerdo a que el sufrimiento no se para hasta que el régimen no se desaloje. Debemos ser muy creativos. No son políticos sino criminales y que solamente desde una construcción de una fuerza superior que genere los incentivos adecuados efectivamente se va a poder demostrar este enorme conglomerado.”
Destacó que el régimen ha sometido al pueblo a una guerra híbrida. “En todo hemos logrado cosas muy importantes. La primera es el convencimiento de los actores relevantes de occidentes de que en Venezuela existe un estado criminal y la segunda de que es un régimen usurpador. En el primer caso todas las organizaciones de derechos humanos han tenido un rol fundamental, así como lo que se está avanzando en la Corte Penal Internacional. Lo que se ha conformado con los grupos de las OEA y en las Naciones Unidas, donde explícitamente dice que Nicolás Maduro es coautor material de crímenes de lesa humanidad. Esto le pone un letrero, una clasificación de criminales. Y el hecho de que 60 países no hayan reconocido ni a Maduro ni a la Asamblea le pone la calificación de usurpadores”.
Recalca que el régimen necesita retroceder en esas dos posiciones, por lo que busca desesperadamente de quitarse esas dos categorías que les impide que la estabilización se consolide en el país y que sus negocios puedan escalarse, por lo que asegura que para el régimen es fundamental construir una imagen de seudo normalización que le permita que le quiten las sanciones, insertarse en los mercados financieros internacionales y que los vuelvan a reconocer.
“El entendimiento de que Venezuela está secuestrada y que es la lógica de los rehenes que es la que aplica ha ido calando mucho en la base de la sociedad venezolana. Hacia lo externo cada día está más claro que no es un problema aislado de Venezuela es evidente cuando hablamos de desestabilización en la región y un conflicto armado creciente”.
Para Machado se debe construir una verdadera coalición de las democracias fuertes que entienda que esto se refiere a tres razones fundamentales: el genocidio, la violación de los derechos humanos y la amenaza a estos países y en tercer lugar tener un conflicto armado creciente que ha sacado a más de siete mil venezolanos por la frontera, ya no por razones de salud o hambre, sino porque están dentro de un conflicto que los está matando.
Además es necesario avanzar en la judicialización del régimen a nivel internacional, todo lo que se está haciendo a través de la justicia y la policía internacional que va aunado con acciones en materia de mercado, financieras y diplomáticas.