PONCE.- Sismólogos en el sur de Puerto Rico caminaron con cuidado por un pedazo de tierra que marca la ubicación de sensores recientemente enterrados que esperan les den las respuestas a una constante e inusual serie de terremotos en la región que ha atemorizado a los residentes.
Alena Leeds, del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), se detuvo frente a los sensores el martes por la tarde y revisó la información que aparecía en la pantalla frente a ella.
“¡Ahí viene una! Es una réplica”, comentó mientras el software mostraba líneas rojas, azules y verdes que iban arriba y abajo.
Más de 1.280 sismos han sacudido la región sur de Puerto Rico desde el 28 de diciembre de los que más de una veintena han sido de magnitud 4,5 o más, de acuerdo con el USGS. Entre ellos estuvo uno de magnitud 6,4 que se registró el 7 de enero y provocó la muerte de una persona y heridas a otras nueve, y una réplica de magnitud 5,9 que ocurrió el sábado, causando más daños.
Funcionarios del gobierno dijeron que los sismos han causado daños con valor preliminar de 110 millones de dólares y rompieron una conocida formación rocosa en la costa, además de que afectaron o destruyeron más de 550 viviendas.
La actividad sísmica que los expertos señalan que es inusual pero no inesperada ha desencadenado un debate científico sobre lo que la está causando y ha atraído la atención internacional a la región, donde más de 4.000 personas han buscado cobijo mientras se preguntan cuándo dejará de temblar la tierra.
“Hasta que esto no pare, yo no pienso meterme en la casa para nada”, dijo Adrián Santos, un mecánico de 45 años que ha vivido en una tienda de campaña en la ciudad costera de Ponce, en el sur de la isla, durante casi una semana junto con otros nueve familiares. “El meneo es demasiado”.
Los científicos señalaron que aún no saben mucho sobre las fallas que ocasionan los sismos, aunque algunos expertos creen que por lo menos tres fallas están involucradas, incluida la de Punta Montalva, en el suroeste de Puerto Rico, que estudiantes y profesores de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez descubrieron a principios de la década del 2000.
“Hay muchas opiniones diferentes, pero no mucha información”, dijo Elizabeth Vanacore, profesora investigadora adjunta en la universidad, que también alberga a la Red Sísmica de la isla.
Puerto Rico se ubica en una zona sísmica con mucha actividad, donde las placas tectónicas norteamericana y del Caribe convergen a una tasa de aproximadamente 2 centímetros al año, dijo Gavin Hayes, investigador geofísico del USGS. Hacia la parte norte de la isla, la placa norteamericana se mueve y hunde debajo de Puerto Rico, mientras que, en la región sur, la placa del Caribe se hunde hacia el manto debajo de la isla.
“En esencia, la isla está siendo comprimida entre estas dos placas tectónicas”, comentó.
En los últimos 50 años, se han registrado 10 sismos de magnitud 4 o más dentro de los 50 kilómetros del epicentro del reciente terremoto de 6,4 hasta antes del 28 de diciembre, dijo Lindsay Davis, gerente del equipo de asistencia por desastres por terremoto del USGS.
Añadió que la tasa de réplicas luego del sismo de magnitud 6,4 es más alta de lo previsto, pero sigue en un rango normal. Señaló que el sismo de magnitud 5,9 del sábado estuvo dentro del rango de lo que se prevé que ocurra en una secuencia de réplicas.
Los expertos dijeron que el escenario más probable, con un 81% de probabilidad, es que la frecuencia y fuerza de las réplicas disminuya en los próximos 30 días, apuntando que algunas de magnitud moderada podrían dañar aún más las estructuras. El siguiente escenario, con un 17%, es que otro sismo igual de fuerte que el de 6,4 ocurra en la misma zona, un evento conocido como doblete. El escenario con menos posibilidades, 2% para ser exactos, es que un terremoto significativamente más fuerte que el de magnitud 6,4 sacuda Puerto Rico.
En tanto, los científicos siguen investigando la razón detrás del constante movimiento de la tierra, fascinados de que las réplicas parecen estar ocurriendo a lo largo de varias fallas, incluida la de Punta Montalva.
“No sabemos que existen algunas de ellas hasta que hablan”, dijo Leeds. “Y ahora están hablando muy alto”.
FUENTE: AP