SAN CRISTÓBAL.- El número de muertos por una fuerte explosión cerca de la capital de la República Dominicana se elevó a 11 el martes, mientras los bomberos seguían trabajando entre escombros ardientes y había personas llorando afuera de los hospitales preguntando por sus seres queridos.
El presidente Luis Abinader visitó San Cristóbal, una comunidad ubicada al oeste de Santo Domingo, para reunirse con los afectados, y dijo que hasta el momento había además 11 personas desaparecidas y que las autoridades seguían trabajando para apagar las llamas.
“Estamos haciendo todo lo humanamente posible… para investigar la situación de 11 desaparecidos”, indicó el mandatario. “Ha sido muy difícil la búsqueda de sobrevivientes”.
Un número no determinado de personas resultaron heridas tras el estallido del lunes en un centro comercial de San Cristóbal, dijeron las autoridades. Treinta y seis de los heridos continúan hospitalizados, de acuerdo con Joel Santos, ministro de la presidencia.
El ministro de Salud, Daniel Rivera, dijo que las autoridades todavía no logran llegar a la “zona cero” donde ocurrió la explosión porque seguía ardiendo.
Estefani Alcántara relató que su familia estaba de compras cuando ocurrió la explosión. Su tío de 42 años está hospitalizado con heridas graves y su tía sigue desaparecida.
El sistema de atención de emergencias del país informó que la explosión se produjo en una panadería del centro de la ciudad, una bulliciosa zona conocida como “Mercado Viejo”, donde la gente compra productos que van desde verduras hasta ropa. El fuego se propagó a una ferretería contigua y a una tienda de muebles cercana.
Más de 500 socorristas y funcionarios respondieron a la explosión, que destruyó cuatro edificios y dañó otros nueve, dijo a la prensa Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencia.
Entre las víctimas había un bebé de 4 meses que murió por traumatismo craneoencefálico y una mujer que trabajaba en un banco, según las autoridades.
José Ramón Ramírez Rivera, dueño de una clínica veterinaria local, dijo a los periodistas que uno de sus 15 empleados sigue desaparecido.
“La pared de la oficina se me fue encima. No pude respirar”, relató.
Juan Jiménez, un agricultor que vive a varios kilómetros de distancia, dijo que al principio pensó que se trataba de truenos, dadas las tormentas habituales que se producen en agosto. Ahora espera información sobre su prima, una profesora de 31 años que sigue desaparecida.
El humo seguía envolviendo el centro de la ciudad el martes, y Rivera instó a todo el mundo a llevar mascarillas. “Esto es un humo que se está mezclando con sustancias químicas”, advirtió.
Rivera dijo que él y otros funcionarios irán de puerta en puerta para asegurarse de que las personas tengan mascarillas y determinar si tienen algún problema respiratorio o de la piel. También se espera que visite a los pacientes en un hospital local donde la gente todavía busca a sus seres queridos.
“Es muy importante las primeras 24 horas”, dijo, y agregó que las lesiones incluyeron quemaduras, fracturas y problemas respiratorios.
Abinader dijo que el gobierno instalaría dos hospitales móviles para brindar tratamiento adicional, incluidos servicios psicológicos a los afectados.
Por su parte, Santos indicó que el gobierno lanzaría una investigación para determinar si el negocio donde ocurrió la explosión estaba operando bajo las regulaciones adecuadas.
No está claro qué provocó la explosión, y las autoridades no han brindado una estimación preliminar de daños.
FUENTE: AP