jueves 21  de  marzo 2024
NICARAGUA

Hijastra de Daniel Ortega califica de "peligroso pacto" nominación de Rosario Murillo

En una mezcla de sentimientos encontrados que le permiten avizorar las consecuencias de tanto abuso de poder, Zoilamérica, que vive exiliada en Costa Rica, ofreció declaraciones exclusivas a DIARIO LAS AMERICAS
Por JUDITH FLORES

Zoilamérica Ortega Murillo, hija de la primera dama de Nicaragua, no deja de asombrarse con los desmanes y excesos de poder que a diario comete la familia presidencial en su país.

Con una acusación de abuso sexual que mantiene vigente desde hace casi 20 años contra su padre adoptivo, el presidente Daniel Ortega, la primogénita de Rosario Murillo asegura que la nominación de su madre a la vicepresidencia de la nación centroamericana constituye un nuevo pacto entre estas dos personas “que se creen con el derecho de tomarse toda Nicaragua”.

En una mezcla de sentimientos encontrados que le permiten avizorar las consecuencias para su familia de tanto abuso de poder, Zoilamérica, que vive exiliada en Costa Rica, ofreció declaraciones exclusivas a DIARIO LAS AMERICAS, sobre un hecho sin precedentes en la historia de Nicaragua.

¿Cómo recibiste el anuncio de la candidatura a la vicepresidencia de Rosario Murillo?

En mi caso se vive de una manera personal y política. Por un lado el hecho de que una persona que te ha hecho tanto daño obtenga mayores cuotas de poder, acrecienta un sentido de amenaza por el que hoy mismo estoy fuera de Nicaragua. Sin embargo, te lleva a la reflexión de que es producto de la impunidad y fue lo que me motivó a recordarle a la opinión pública a través de las redes sociales que hay un tema pendiente, los delitos sexuales por los que acusé a Daniel Ortega, donde hay una posición de complicidad de Rosario Murillo.

¿Por qué crees que anuncian la candidatura de Murillo sin el menor rubor, como una conquista?

Creo que el proceso de abuso del poder, de autoritarismo, que inició muy tempranamente con señales como la de mi propia historia de abuso sexual se llevó, desde lo que sucedió en el hogar, al escenario público. Empezó un proceso primero de abuso de poder, luego de concentración de poder hasta llegar a una política de control absoluto. Hay que combinar esto con el fundamentalismo con el que se ha venido disfrazando el sandinismo en Nicaragua con tintes seudoreligiosos, de una izquierda que ya no existe, y esa concepción de haber sido “elegidos” para gobernar Nicaragua también le da una ideología a ese poder autoritario. Desde ese punto de vista el rubor no existe, el no concebir que en la opinión pública internacional esto fuera a conllevar una de las olas de críticas más fuertes que hemos visto. [Esto] tiene que ver con que desde su óptica creen tener derecho a tomarse toda Nicaragua, pasar por encima de la Constitución y al final erigirse como los dueños del país.

Cuando hablas de autoritarismo, ¿te refieres a los dos?

El hecho de que Rosario Murillo concentre el poder, no exonera a Daniel Ortega. Esto es un nuevo tipo de pacto que le conviene a Daniel Ortega, que Rosario Murillo asuma las consecuencias de su falta de carácter para dirigir el país. A Daniel Ortega, le conviene una persona que asuma los platos rotos de su gobierno. Por otro lado, si bien ella toma las decisiones no se puede decir que es en desacuerdo con él. El principal responsable de que una persona que no es el presidente esté asumiendo posiciones, tiene que ver con una lógica común y se debe tener en cuenta que es un pacto entre ellos dos con dosis de autoritarismo.

¿Por qué crees que el Gobierno y Murillo mantienen silencio en torno a las dos nuevas acusaciones de abuso sexual contra Ortega?

Quiero plantear que mi caso tuvo que ver con una acusación que sigue vigente. Daniel Ortega sigue cometiendo delitos sexuales y a través de investigaciones periodísticas se ha presentado que hay nuevas víctimas, y otras que no han hablado. Mi denuncia tiene que ver con que hay otras víctimas. Se han agravado los mecanismos de ocultamiento y encubrimiento. En mi caso fueron jurídicos, pero como lo hemos dicho dentro del Frete Sandinista de Liberación Nacional, parte de las cuotas que le otorgan a Daniel Ortega, es la entrega de muchachitas en las comunidades y en las actividades partidarias. Hay un factor de riesgo de violencia sexual permanente en todos los eventos públicos del Frente Sandinista, además el encubrimiento legitima esta candidatura [de Murillo]. Hay una decisión de encubrir todos estos delitos en función de mantener a salvo la cara de Daniel Ortega, y lo peor es que el mensaje en Nicaragua es que los delitos sexuales no son un elemento que lesiona un liderazgo político.

Es decir Nicaragua puede convivir con un dictador que además practica la pedofilia de manera permanente y parte de ese pacto es el encubrimiento que se mantiene a lo interno del Frente Sandinista y que se mantiene en esta relación política entre ellos dos [Ortega y Murillo]. Es un pacto basado en la impunidad y el encubrimiento.

Hay personas que se inclinan a creer que Ortega está comprando silencio, está pagando lealtad, ¿cómo lo ves?

Cuando hablamos de pagando lealtad, nos estamos refiriendo a que hubo una venta, lamentablemente hace alusión a la dignidad de una hija, efectivamente hay una transacción perversa y cruel desde el punto de vista de la naturaleza que manda el instinto humano de dignidad y de vínculo familiar.

Hay información de que Ortega está enfermo y que postula a su mujer para que el poder quede en familia

Desconozco la situación real. Sin embargo, a partir de lo que uno conoce y escucha desde las filas del Frente Sandinista, no podríamos pensar que ese cálculo va a funcionar, tenemos que recordar que esta es una candidatura impuesta. Por primera vez en la historia el FSLN los candidatos no emergen de un congreso donde se obligó a la militancia a proponer y respaldar a un candidato a vicepresidente, esa ha sido la historia. Hubiese sido la mejor manera de legitimar esta candidatura. Sin embargo es la primera vez que el congreso le otorga todos los poderes a él [Ortega]. Tiene que ver con las fisuras en el liderazgo de ella [Murillo] a lo interno del Frente Sandinista. Por lo tanto, pensar que ella en cualquier momento va a asumir como un factor aglutinante del sandinismo en caso que ocurriera la ausencia de él [Ortega] es realmente una posición alejada de la realidad.

Sabemos que [Murillo] es una persona controversial no solo en el partido, sino en las instituciones públicas, entre los funcionarios del estado. Quizás a nivel de la población pudiera existir una visión mítica como madre pero es alejada de la realidad.

¿Hay pugnas a lo interno del FSLN?

Sí, no solo pugnas porque lo estaríamos elevando solo a contradicciones políticas. Estamos hablando de que hay una práctica de violencia institucional del Frente y del Gobierno. La violencia genera miedo y es lo que observamos en los funcionarios para no actuar por ellos mismos, tomar decisiones, hablar con los medios. Después del miedo se acumula una fuerte molestia porque estamos hablando que hay descontento en las fuerzas de la Policía, ciertas autoridades del Ejército, del poder judicial, en la misma bancada sandinista, en cada uno de estos espacios hay fisuras, descontento, e indisposición. Estoy segura de que esta candidatura y concentración de poder también ha creado una preocupación a lo interno del Frente Sandinista porque saben que las arbitrariedades se van a multiplicar.

¿Por qué crees que todas las instituciones del estado, incluidos Ejército y Policía están al servicio de Ortega?

Es una lógica de dominación. La compra y venta [de lealtad], el otorgamiento de poder económico y el tema de la amenaza. Creo que toda Nicaragua se ha repartido y algunos mandos de la Policía, el Ejército y de las instituciones del estado han recibido algo a cambio de la complicidad. Lo más trágico es que eso ha implicado desmantelamiento de toda la institucionalidad del país.

¿Se puede decir que hay una dictadura en Nicaragua, una dinastía familiar?

Sí, es una combinación de varias cosas. En la dinastía existe la concentración del poder en una familia y el ejercicio del poder autoritario. Aun en las monarquías se rigen por procedimientos y marco jurídico. En Nicaragua hay una dictadura pero no existe marco jurídico en el cual se pueda justificar una práctica arbitraria que emerge del estado temperamental. Es decir, se crean procedimientos para continuar ejerciendo el poder.

Es una nueva forma de hacer dictadura en donde los vínculos con el crimen organizado, sectores oscuros [están presentes]. Nicaragua es un misterio en términos de transparencia, no sabemos cómo se ha construido ese enorme capital con el que ahora se sostiene el poder político. Se dice que de la cooperación venezolana en su momento en los años de oro, pero aquí hay muchas más cosas, aquí hay concesiones, negocios en los que están involucrados más de un inversionista extranjero, y todo eso es un gran secreto. Estamos hablando de que se opera con una lógica de comercio internacional a partir del fraude, ahí está lo de las concesiones del canal pero eso es solo apenas una muestra de una práctica que va más allá de ser calificada como dictatorial.

¿Cómo crees que termine esto?

Siento que hay gente con dosis de temor por la acumulación de poder pero al mismo tiempo creo que estos excesos están produciendo una preocupación internacional. Que la gravedad de la situación permitirá sino una unidad, al menos actuar articulados, creo que Nicaragua va a reaccionar y que las organizaciones van a poder salir de este proceso se fractura en que se ha manejado la oposición. Creo que esto nos debe llevar a hacer algunas cosas comunes, de lo contrario estamos ante una grave amenazada generalizada porque la violencia genera violencia.

¿Cómo te sientes al ver que tu madre y hermanos son parte activa de una dictadura?

Es observar una foto de familia de lejos, muy lejos. En alguna medida hay una dosis de sentimiento de que no conoces a la persona que está ahí y al mismo tiempo sí la conoces. Es un proceso, un tema que sigue siendo doloroso. Nunca deja de ser sencillo pensar en las enormes responsabilidades que han llegado a tener sobre otra cosa tan amada que es tu país. Es ver una foto lejana en donde no podes terminar de entender cómo llegaron a lo que se han convertido hoy. Lo entiendo racionalmente pero siempre hay un dolor que produce el ver las consecuencias y saber que un día la historia va a cobrarles por eso.

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