domingo 19  de  enero 2025
ANÁLISIS

La dictadura cubana cumple 66 años

Desde la administración Eisenhower hasta estos últimos estertores de Biden, excepto en puntuales momentos, los Estados Unidos no ha sabido cómo lidiar con aquella camorra caribeña con ropaje ideológico

Por REGIS IGLESIAS RAMÍREZ y JOHN SUÁREZ

La dictadura cubana ha cumplido 66 años. La cifra, en sí misma, es grosera.

Es llamativo cómo desde Estados Unidos se intentó blanquear muy temprano a los maleantes castristas. Aun andaban escondidos por las montañas cubanas o en las principales ciudades del país cometiendo actos de terrorismo, como la infame noche en que elementos de Castro detonaron un centenar de bombas en La Habana y se les presentaba ya como una especie de banda justiciera de Robin Hood que arrebataba a los ricos para beneficio de los pobres.

La realidad era que la mayoría de estos cabecillas provenían de las más altas capas sociales y la clase media cubana y que la burguesía criolla financió cada bomba detonada en cines, parques, tiendas o cabarets ordenada por Castro y ejecutada por sus colaboradores del Movimiento 26 de Julio.

Desde la administración Eisenhower hasta estos últimos estertores de Biden, excepto en puntuales momentos, los Estados Unidos no ha sabido cómo lidiar con aquella camorra caribeña con ropaje ideológico.

La administración Reagan tuvo la política más coherente y eficaz hacia Cuba. Reconoció a la dictadura por lo que era y colocó a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo después de que el Departamento de Estado confirmara que Castro estaba utilizando una red de narcóticos para canalizar armas y dinero al grupo terrorista M-19, que luchaba por derrocar la democracia colombiana.

La Casa Blanca de Ronald Reagan buscó un diálogo crítico con la dictadura, pero a través de la creación de Radio Martí trató de hablar directamente al pueblo cubano y brindar a los disidentes cubanos acceso a los medios de comunicación que llegaban a la isla.

El Departamento de Estado de Reagan participó en un exitoso enfoque multilateral en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que dio como resultado que Cuba fuera condenada repetidamente por sus violaciones sistemáticas de los derechos humanos y que se nombrara un relator especial sobre Cuba. El cargo se centraría en Cuba hasta 2006.

Durante los años de Ronald Reagan y George H.W. Bush, Castro permitió que el Comité Internacional de la Cruz Roja visitara las prisiones en Cuba por primera vez desde 1959. Durante este período, América Latina experimentó la ola de democratización más larga y profunda de su historia. A pesar de los éxitos de esta política, la agenda de normalización volvió a resurgir en repetidas ocasiones a partir de la década de 1990 y hasta la actualidad con resultados desastrosos.

La banda encabezada por los hermanos Castro desde el primer día asesinó, expropió, encarceló y desterró no solo cubanos, también ciudadanos estadounidenses. Desde el primer día y hasta hoy ha fomentado el terrorismo internacional en este hemisferio y mas allá, pero la peor parte, por supuesto, la hemos tenido nosotros, el pueblo cubano.

A Cuba la convirtieron los Castro en una pistola nuclear apuntando al corazón de América, en un centro de bases de espionaje de potencias como Rusia, China, e Irán para seguir cada paso de los Estados Unidos de importancia para sus enemigos. Los vínculos con los carteles de narcotraficantes han sido denunciados y documentados reiteradamente durante décadas sin que esto haya tenido consecuencias para el régimen del partido comunista cubano.

Incluso, el cineasta alemán Wilfried Huismann develó la participación de Fidel Castro y la inteligencia cubana en el asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas en su documental "Encuentro con la muerte", estrenado en 2006 en la televisión pública alemana.

No obstante, desde Washington se ha preferido mayormente intentar negociar con estos Capones tropicales para que no hagan más trampas en la ruleta arreglada que les hace ganar siempre en su propio garito. Nada convoca a negociar a quienes no quieren hacerlo porque les salen gratis sus fechorías.

Solo uno de los grupos empresariales de esa mafia, Gaviota, fachada internacional con la que recaudan los dineros del país y se hace más rica la junta económico militar de la isla tiene alrededor de US$4.3 mil millones en sus cuentas bancarias, casi 13 veces los US$339 millones que el régimen afirma necesitar para comprar medicamentos y abastecer a las farmacias cubanas anualmente. La realidad es que el sistema de salud del país carece del 70% de los medicamentos esenciales para tratar la mayoría de las enfermedades y, según los alabarderos del régimen, por culpa del embargo de los Estados Unidos a la isla.

Todo esto prueba que las medidas unilaterales no son efectivas necesariamente. En Cuba la escoria en el poder cada vez es más rica mientras el pueblo cubano es más pobre y sometido por la fuerza desde el poder.

Por eso es hora de sudafricanizar el tema cubano, esto es, aplicar un boicot internacional contra el régimen segregacionista del partido comunista cubano y la junta económico militar que impide la libertad y el desarrollo al pueblo. Un boicot que busque aislar y asfixiar a una casta que tiene sus manos en nuestro cuello mientras desde el mundo libre les llenan sus bolsillos.

Los cubanos estamos hartos de este cambio fraude, esos cambios sin derechos y la inserción de muchos intereses en este supuesto cambio que escamotea la democracia y la soberanía al pueblo de Cuba.

Los cubanos tenemos derecho a los derechos y ya es hora. Ese es el cambio cívico y no-violento que impulsamos y reclamamos. Cambios que signifiquen libertad, reconciliación, pluralismo político y elecciones libres. Por eso luchamos y deberán definirse los supuestos amigos de la libertad, el mundo libre que aún prefiere hacer negocios con esa tiranía, que prefiere mirar hacia el otro lado y continuar enriqueciendo a quienes empobrecen nuestro pueblo y le impiden su libertad.

El “Robin Hood” de muchos de los grandes medios informativos de Estados Unidos y el mundo libre resultó un cuatrero a lo Abshir Abdullahi Abdulle. Su partido y ejército más a la «banda de Boyah», aunque más exitosos.

Pero no solo cuatreros, también asesinos de su propio pueblo que inspiraron ideológicamente a la dinastía de los Assads en Siria, también legitimado por Occidente, ahora con el cambio de régimen finalmente se descubre cientos de miles de muertos en fosas comunes al largo del país .

Qué 2025 sea el año de la solidaridad y la libertad para los cubanos.

Por Regis Iglesias y John Suarez

Regis Iglesias Ramírez se desempeña como portavoz del Movimiento Cristiano Liberación.

John J. Suarez es director ejecutivo del Centro por una Cuba Libre. Suarez fue oficial de programas del Departamento Latinoamericano en Freedom House.

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar