Hace dos semanas la comunidad internacional respiró con alivio al conocer que el primer ministro Ariel Henry dejaría el cargo tan pronto se instale un organismo en Haití, llamado a restablecer el orden democrático.
El organismo creado para permitir el retorno del orden constitucional a Haití puso por fin en marcha su labor en medio de tensiones
Hace dos semanas la comunidad internacional respiró con alivio al conocer que el primer ministro Ariel Henry dejaría el cargo tan pronto se instale un organismo en Haití, llamado a restablecer el orden democrático.
El denominado Consejo Presidencial de Transición tuvo el mérito de haber surgido de los actores haitianos involucrados en la crisis, y aunque no era la única fórmula, en principio fue la más consensuada.
Hasta que, sin haber cumplido siquiera los primeros siete días de creado, salieron a relucir las primeras disidencias y reveses que obligaron a aplazar continuamente el trabajo del organismo. Detrás, políticos ansiosos de poder, jugando con el destino de una nación empobrecida y violentada.
“La clase política haitiana tiene una gran responsabilidad; no la asumió y permitió que le impusieran un primer ministro como Ariel Henry inconstitucional, ilegal e ilegítimo”, dijo desde Santo Domingo a DIARIO LAS AMÉRICAS el experto en política internacional, Luis González.
“Los políticos haitianos tuvieron una gran responsabilidad y la tienen ahora más que nunca, ya sea que se sientan expresados en ese consejo de nueve miembros, ya sea que asuman la constitucionalidad, si es que deciden designar al titular de la Corte de Casación (al frente del gobierno) como lo establece la Constitución (como plantean otros sectores)”, insistió el analista dominicano.
El organismo creado para permitir el retorno del orden constitucional a Haití puso por fin en marcha su labor dando a conocer los lineamientos de su gestión y expresando su compromiso de aliviar el sufrimiento del pueblo haitiano.
El Consejo Presidencial de Transición también anunció los preparativos para su toma de posesión oficial y el desarrollo de los criterios y mecanismos para la elección del presidente del propio organismo y el nombramiento de un nuevo primer ministro y de un gabinete ministerial.
“Juntos ejecutaremos un plan de acción destinado a restablecer el orden público y democrático mediante el restablecimiento de la seguridad de las vidas y bienes de la población, la mitigación de la pobreza y la realización de elecciones libres, así como las reformas necesarias para el progreso de la nación", señaló el órgano ejecutivo en su primer comunicado al que tuvo acceso DIARIO LAS AMÉRICAS.
“En este momento de grave crisis para nuestra nación, los representantes de los principales sectores políticos, de la sociedad civil, religiosos y económicos de Haití anuncian su decisión colectiva de liderar la transición hacia la recuperación del orden constitucional”, agregó el organismo.
Para llegar hasta aquí el consejo tuvo que superar primero el anuncio del principal partido de oposición de que no aceptaba la convocatoria; luego, las diferencias surgidas entre dos bandos de un mismo sector que no pudieron ponerse de acuerdo sobre quién sería su representante en el organismo.
Días después, la elegida por el sector oficial renunció denunciando amenazas contra su persona, y uno de los observadores en el consejo, que había exigido el derecho al voto, también se marchó debido a sus antecedentes relacionados a un caso judicial por el desvío de fondos públicos.
“Si los haitianos hubiesen tomado la Constitución de 1987, reformada en 2012, que los rige, después del magnicidio (del presidente Jovenel Moïse) el 7 de julio de 2021, estoy casi seguro de que hubiesen resuelto su situación. Según el artículo 134 de la Constitución, las elecciones deben producirse el último domingo de octubre y pudieron haberse preparado para eso”, dijo González.
El experto agregó que en estos momentos la clase política haitiana tiene la gran oportunidad de encauzarse en el orden constitucional, convocando a elecciones este mismo año y que el próximo presidente de Haití, al igual que los representantes en el Parlamento y demás autoridades electas, puedan asumir funciones el 7 de febrero de 2025 para que el país inicie una nueva etapa.
Precisamente, la última misión del consejo es recomendar a los integrantes de un consejo electoral provisional que convoque a elecciones, tema en el que la seguridad es un factor crucial para culminar satisfactoriamente el proceso.
En este punto hay que tomar en cuenta a las pandillas que han expresado su rechazo a la conformación del Consejo Presidencial, y al envío de una misión multinacional de apoyo a la policía haitiana liderada por Kenia, amenazando con boicotear los esfuerzos para pacificar al país.
Producto de la ofensiva lanzada por las bandas armadas, desde inicios de año hasta principios de marzo, 1.193 personas perdieron la vida y otras 692 resultaron heridas según Volker Turk, titular de la oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que 16.947 personas tuvieron que abandonar sus hogares en la capital entre el 8 y el 14 de marzo (35.000 desde comienzos de 2024), sumándose a los 313.000 desplazados internos que ya existen en Haití de acuerdo con cifras de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
“Mi preocupación es que cuanto más tiempo haya un vacío de poder y un intento de encontrar una salida en el aspecto político, cada día que se retrasan las resoluciones, mucha, mucha gente está muriendo”, dijo la semana pasada William O’Neill, experto independiente de la ONU en derechos humanos en Haití citado por Associated Press.
El exprimer ministro Evans Paul, en declaraciones a una emisora local, advirtió que Haití está ante una emergencia y necesita que la gente tome una decisión", y un editorial del principal periódico haitiano, Le Nouvelliste, hizo también hincapié en el apremio del momento: “Hay una emergencia en Haití, urgencia por hacerlo bien y formar el Consejo Presidencial de Transición, pero también urgencia por satisfacer las expectativas de la población”.
Dentro del Consejo Presidencial también existen pugnas por el poder. Algunos medios han criticado la postura del Acuerdo de Montana de buscar la primacía y otros han denunciado que cuatro de los integrantes del organismo proceden o han estado vinculados al partido Lavalas, del expresidente Jean-Bertrand Aristide, planteando un problema de equidad.
A esto se suman agrupaciones que reclaman su participación en el consejo como el Protocolo del 17 de Octubre, y de líderes de otros sectores como Himler Rébu, que advierte del fracaso del órgano ejecutivo debido a la presencia de líderes políticos en su estructura, y plantea en su lugar el nombramiento de un juez del Tribunal de Casación.
Casi de la misma forma en que los protestantes haitianos, bajo la dirección de Calixte Fleuridor, miembro además del Alto Consejo de Transición (un organismo creado por Henry para convocar a elecciones que nunca logró su objetivo), reclamaron al Caricom que favorezca la designación de un presidente en el consejo entre los jueces del Tribunal de Casación, lo que permitirá respetar “el espíritu más cercano a la Constitución vigente”.
Sin contar al excomisario de policía Guy Philippe, que mantiene su propia propuesta de crear un consejo de solo tres miembros encabezada por él, y que el líder del principal partido opositor, Moïse Jean Charles, apoyaba hasta que en el último minuto aceptó participar en el consejo dejando a la deriva a su fugaz aliado.
El Consejo Presidencial de Transición está conformado por Smith Augustin (por las agrupaciones políticas EDE, RED y Compromis), Leslie Voltaire (por Fanmi Lavalas), Régine Abraham (REN), Fritnel Joseph (organizaciones de la sociedad civil), Laurent St-Cyr (sector privado), Emmanuel Vertilaire (Pitit Dessalines), Edgar Leblanc Fils (Colectivo 30 de Enero), Louis Gerald Gilles (por el Acuerdo 21 de Diciembre) y Fritz Alphonse Jean (Acuerdo de Montana), estos tres últimos posibles candidatos a la presidencia del organismo.
“Estamos decididos a aliviar el sufrimiento del pueblo haitiano, atrapado desde hace demasiado tiempo entre el mal gobierno, la violencia multiforme y el desprecio ante sus perspectivas y necesidades”, señaló el comunicado del organismo.
Las dudas, sin embargo, persisten, y sólo el tiempo les dará o no la razón.
“Los políticos pudieron haber asumido un rol diferente después del asesinato del presidente Moïse, pero no lo hicieron”, apuntó González, el analista internacional. ¿Lo harán ahora?
“En una crisis es que surge el liderazgo y los hombres se hacen grandes”, agregó el experto dominicano.
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JAVIER VALDIVIA
ESPECIAL
El autor es periodista, vicepresidente regional por Haití de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), columnista en el periódico Listín Diario de República Dominicana y colaborador de varios medios en América Latina y Estados Unidos. Actualmente radica en Miami.