miércoles 19  de  febrero 2025
ANÁLISIS

La valentía de los jóvenes exige inmediata libertad de los presos políticos

En Cuba el Código Penal impide al pueblo manifestarse contra la dictadura, mientras que el Código Civil permite a la dictadura enjuiciar y condenar al pueblo que protesta
Por Arnaldo D. Borges

La (verdadera) Justicia, dice William Faulkner, tiene un cincuenta por ciento de Ley y otro cincuenta por ciento de Sentido Común. El escritor norteamericano se refiere a cómo funciona, o cómo debe funcionar, la Justicia en cualquier sociedad democrática del mundo contemporáneo, no solo en los Estados Unidos de América, donde incluso más de un presidente de gobierno ha sido enjuiciado y llevado a comparecer ante la corte de justicia. Faulkner se refiere al "sentido común", a la empatía, a ponernos en el lugar del otro, a buscar el origen y la causa del problema; y una vez hecho un análisis objetivo, que un jurado imparcial determine una sentencia justa.

Esta máxima jurídica nunca se ha aplicado en la Cuba de hoy. En Cuba el Código Penal impide al pueblo manifestarse contra la dictadura, mientras que el Código Civil permite a la dictadura enjuiciar y condenar al pueblo que protesta y se manifiesta pacíficamente contra el gobierno. La ley y las multas económicas desmedidas se aplican como escarmiento para sembrar el miedo y la inseguridad.

El gobierno dictatorial ha llegado a extremos de modificar la Constitución de la República para hacer caso omiso, por ejemplo, al Proyecto Varela presentado legalmente por Oswaldo Payá en 2002, con 11200 firmas que debía ser considerado en la Asamblea Nacional. El gobierno dictatorial promocionó, además, en abril de 2003 la firma (triste y bajo presión) de una "carta de intelectuales" respaldando el encarcelamiento de 75 disidentes (primavera negra), el fusilamiento de tres jóvenes (juicio sumario) y las sentencias a cadena perpetua de otros cuatro por haber secuestrado una lancha con la intención de llegar a Estados Unidos. Ejemplos que evidencian el uso de la Ley como escarmiento injusto y dictatorial.

Por estos días tienen lugar los juicios amañados a los manifestantes del 11 de Julio (el mayor estallido social desde el Maleconazo. En San Antonio de los Baños, en La Habana, y en Palma Soriano, en el oriente de Cuba, el pueblo se lanza a la calle para reclamar sus derechos, hartos de promesas incumplidas. Los manifestantes corean la canción "Patria y Vida" y exigen Libertad. Las protestas se extienden por toda la isla y las redes sociales se llenan de videos y fotos de las manifestaciones").

Desde horas tempranas de la mañana familiares y amigos se acercan a los juzgados y ni siquiera se les permite ver a los "acusados". "Acusados" que llevan más de cinco meses presos por el reclamo pacífico de sus derechos a la Libertad de Expresión, o sea, a vivir en una sociedad "con todos y para el bien de todos" como la soñó Martí.

Según carta enviada desde la Prisión de Mujeres de Occidente por Mailene Noguera Santiesteban, miembro del Movimiento de Opositores por una Nueva República (MONR): "Desde las protestas antigubernamentales de julio nuestro grupo de trabajo ha registrado la detención de 1377 personas. De ellas, 727 continúan en centros de reclusión, incluidos 70 mujeres y 15 niños, y al menos 361 han sido juzgadas en procesos sumarios u ordinarios. Entre las edades de 12 y 20 años hemos registrado un total de 130 detenidos, 53 permanecen en centros de reclusión y 38 han sido juzgados. Entre 60 y 75 años fueron detenidas 18 personas, 9 permanecen encarceladas y 8 han sido juzgadas".

Las autoridades penitenciarias no confirman ni desmienten estas cifras. Y mucho menos el gobierno cubano que nunca ha sido partidario de desclasificar información.

Las peticiones fiscales son injustas e indignantes, y llegan hasta los 25 años de prisión. Sentencias que duplican en muchos casos la edad de los manifestantes.

El delito principal que se les acusa es sedición: "alzamiento público y tumultuario destinado a impedir la aplicación de las Leyes o el legítimo ejercicio de sus funciones a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, por medio de cauces alejados de las vías legales, o de las resoluciones judiciales o administrativas". Un Disparate en toda regla, pues según familiares y testigos: ellos lo que hicieron fue gritar ‘abajo la dictadura', ‘no tenemos comida ni medicinas', y ‘abajo Díaz-Canel'. La policía les tiró piedras y ellos la devolvieron... Si esto último fuera un delito de sedición no alcanzarían las cárceles en el mundo para encerrar a todos los activistas que a diario se manifiestan en cientos de países democráticos en reclamo de sus derechos.

Pero desgraciadamente en Cuba no existe, o no quieren reconocer, el derecho a la libre expresión. Derecho reclamado en la puerta de los juzgados por un grupo de jóvenes valientes que se suman a los familiares y amigos de los acusados para exigir la libertad inmediata de los presos políticos. Jóvenes como Saily González Velázquez, Carolina Barrero, Daniela Rojo (madre de dos hijos), Camila Rodríguez, y muchos otros que han sido víctima de la represión policial, detenidos, interrogados y amenazados, por exigir el Derecho a la Libertad. Jóvenes ejemplo y orgullo para todos cubanos que hemos callado por más de 60 años.

Libertad para los presos políticos. ¡Patria y Vida!

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