lunes 25  de  marzo 2024
CUBA

Luis Manuel Otero Alcántara, el ícono encarcelado

El joven artista plástico, el rostro más visible del Movimiento San Isidro, fue nombrado por la revista Time, entre las 100 personas más influyentes de 2021

MIAMI.- Luis Manuel Otero Alcántara, el hombre que en los últimos tres años ha dado su cuerpo como performance por la libertad y ha padecido más de 60 detenciones policiales en Cuba, es hoy un ícono mundial, incluido en la lista de las 100 personas más influyentes en 2021 según la revista Time.

La noticia se esparció este miércoles 15 de septiembre por las redes sociales, donde numerosos artistas, periodistas y otras figuras del entorno mediático celebraron por el joven cubano, defensor de la libertad de expresión y uno de los referentes del movimiento San Isidro, fundado en el barrio del mismo nombre, uno de los más humildes del municipio Habana Vieja, de la capital cubana.

No obstante, al artivista —esa simbiosis entre arte y activismo—, le llega este reconocimiento mientras permanece encarcelado. Desde las protestas del 11 de julio, Luis Manuel es uno de los más de mil cubanos detenidos por el régimen de La Habana. Pero si para muchos de ellos este ha sido el principio de la coacción, para él se trata del regreso a la celda, donde ha estado en numerosas ocasiones, aunque lo ubiquen en prisiones diferentes.

“Es muy importante que se le haya dado este reconocimiento a Luis Manuel estando en prisión de máxima seguridad porque de alguna manera refuerza lo que ya sabíamos: es un artista de talla internacional aunque mucha gente no comprenda el valor de su arte; la obra de Luis Manuel es la libertad, no se puede medir por un performance o por un cuadro o por una escultura y quizás por eso es Ai Wewei quien lo reconoce, porque la obra de Ai, como la de Luis Manuel, se mueve en el terreno de lo simbólico, en un rango que siempre termina repercutiendo sobre la realidad de los países donde se realiza”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS la escritora y periodista María Matienzo, cercana a Alcántara.

A modo de homenaje, el activista político y artista Ai Weiwei, describió a su colega Alcántara como “un símbolo y un líder dentro del movimiento San Isidro de Cuba, un influyente grupo de artistas e intelectuales que exigían mayores libertades a medida que las protestas antigubernamentales se extendían por todo el país”.

“Aunque desde entonces ha sido encarcelado, su vida, comportamiento y expresión en su conjunto son tan poderosos que pueden resistir la degeneración estética y ética del autoritarismo”, expuso Ai. “El arte necesita coraje, que él ha demostrado en repetidas ocasiones. Su estética necesita una sólida base filosófica y un fuerte sentido de la ética, esto también lo ha demostrado. Es a través de tales luchas por la libertad de expresión que el arte trasciende la condición de banalidad y mediocridad”.

Las palabras de Ai llevan a las acciones que ha emprendido Luis Manuel en los últimos años. El 18 de noviembre de 2020, junto a otros siete artistas, se declaró en huelga de hambre en Damas 955, un edificio deteriorado en la barriada habanera de San Isidro. Era un acto de protesta cívica por el encarcelamiento de uno de los miembros del movimiento, e incorporaba otras demandas sociales. El acuartelamiento comenzó unos días antes, mientras se encontraban bajo sistemática vigilancia policial en el sitio, en ese momento sede del Movimiento San Isidro y antes del Museo de la Disidencia. El reclamo de libertad, lejos de terminar cuando los sacaron de allí mediante la intervención violenta de la Policía, se diseminó por el gremio artístico. En las redes sociales empezó a circular la información sobre el desalojo y se fueron tejiendo redes de apoyo, especialmente entre los jóvenes. La indignación siguió creciendo y llegó al día siguiente hasta la sede del Ministerio de Cultura, donde se reunieron cientos de personas. Voces y luces en medio de un apagón real de la luz eléctrica. El ánimo se apaciguó con canciones y aplausos para dar ánimos a quienes entraron a dialogar por primera vez, frente a frente, el oficialismo y artistas disidentes.

“Exigimos el derecho a tener derechos. No somos enemigos sino cubanos que pensamos distinto y soñamos una Cuba mejor que legar a nuestros hijos, con todos y para el bien de todos”, declararon los protagonistas del encuentro. “Nuestras demandas trascienden la libertad creativa; se trata de nuestro derecho a existir y expresarnos libremente. Apostamos por un diálogo de reconciliación que pueda saldar nuestras diferencias”.

Milagro por su país

Entre los 30 que fueron escogidos por sus colegas no estaba Luis Manuel. Seguía convaleciente por la huelga que mantuvo más de una semana, uno de los actos más extremos a los que ha sometido el cuerpo. Un poco antes, el artista se había propuesto arrastrar una piedra como grillete desde el centro de La Habana hasta el santuario de San Lázaro, el protector de los desposeídos. Allí miles de fieles le depositan ofrendas o hacen sacrificios como el de Luis Manuel: arrastrarse durante varios kilómetros con ropas hechas de harapos para pedir un milagro o cumplir una promesa. Aquella vez, el 17 de diciembre de 2017, Luis Manuel llevaba una petición por un país próspero, con libertades y democracia:

“Te convoco y te pido santo milagroso/ que elimines todas las miserias para los cubanos;/ que ni la muerte y la violencia/ sean el camino de la transición;/ te pido democracia genuina/ donde la legalidad nos proteja. / Te pido la eliminación del bloqueo, / Prosperidad/ Libertad de expresión/ Libertad para presos políticos/ Libre acceso a Internet/ Cese de la discriminación de raza, género y credo;/ no más represión!”.

Lo interceptaron durante el trayecto y lo enviaron a un calabozo. El propio día 17, luego de un par de noches detenido y negándose a abandonar su promesa, siguió su camino. El día 20 llegó al santuario con esa oración.

Ahora, tras años de activismo que le han costado la libertad, Luis Manuel es incluido en la lista de Time, entre figuras culturales de los campos de la música, el cine y el diseño. Comparte espacio, por ejemplo, con el arquitecto japonés Kengo Kuma, las cantantes Dolly Parton, Britney Spears y Billie Eilish, la diseñadora de moda Aurora James y los productores Timbaland y Swizz Beatz.

Para María Matienzo, es importante que se le haya dado este reconocimiento justo ahora porque “él está sobre el filo de una navaja —siempre lo ha estado, pero ahora lo está mucho más. En otras ocasiones ha estado sobre el filo de la navaja, pero en libertad o en otras situaciones de riesgo con mucha mayor visibilidad porque ha habido un preámbulo importante de acciones que ha hecho que la gente siga el curso de los acontecimientos. Ahora no. Después del 11J Luis M salió de un pico muy violento como fue el secuestro en el Calixto García, lo que obligó al oficialismo a dar constantemente fe de vida y a responder preguntas sobre la situación de salud de él”.

Detalla la escritora y activista que el 11 de julio, en cambio, llega justo en la bajada de ese pico: “las personas habían llegado a un clímax de solidaridad con él y estaban en una especie de descanso en torno a la presencia mediática de Luis Manuel”. Al decir de Matienzo, quizás por eso muchos no se habían enterado de que Luisma está preso desde el 11 de julio. Hubo un silencio. Muchas personas empezaron a cuestionar el silencio de Luis a partir de la ignorancia, de no saber que está preso, lo que también provoca que pierda parte de ese público que se ha ido ganando con su imagen controversial desde el arte. “Luis Manuel nos ha enseñado a todos de arte contemporáneo... Creo que al activismo más tradicional Luis Manuel le ha dado nuevas herramientas para protestar, mediante su particular percepción del mundo. Encontrarte que Jose Daniel Ferrer se solidarice cada vez que hay alguna consecuencia o reacción violenta del régimen a su obra, da la medida del aporte de Luis, que alguna manera ha deconstruido la manera en que se hace oposición, sin desacreditar a quienes han estado en la oposición por años, sino sumando otras maneras”, argumenta.

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