viernes 22  de  marzo 2024
CRISIS POLÍTICA

Nicaragua conmemora Fiestas Patrias en medio de un cerco represivo

La conmemoración de las fechas patrias en Nicaragua llega en medio de una ola represiva contra la iglesia católica, una decena de sacerdotes están encarcelados, la cifra de presos políticos ascendió a 205 en las últimas semanas

MIAMI — Septiembre es el mes en el que Nicaragua celebra las Fiestas Patrias: la Independencia y la batalla de San Jacinto, dos de los principales hechos que marcan la historia de la nación centroamericana.

Este año Nicaragua conmemora 201 años de su independencia de la Corona de España y el 166 aniversario de la batalla de San Jacinto, en medio de un ambiente gris para el país, bajo un estado policiaco instaurado por el régimen sandinista, con más de 200 presos políticos, entre ellos, una decena de sacerdotes encarcelados y condenados, que muestran el rostro más duro de la persecución.

El 15 de septiembre de 1821, Nicaragua junto a cuatro países de Centroamérica -Guatemala, Costa Rica, El Salvador y Honduras-, declaró su independencia de la Corona Española.

Los cinco países conmemoran la firma del Acta de Independencia, que proclamó la separación de la monarquía de España tras dos siglos de dominio. El Acta fue firmada en el Real Palacio, en la provincia de Guatemala.

35 años más tarde de ese hecho, el 14 de septiembre de 1856, en la hacienda de San Jacinto, ubicada en el municipio de Tipitapa, al noreste de Nicaragua, ocurrió la batalla de San Jacinto, que lleva el mismo nombre de la hacienda.

Según la historia, fue una de los enfrentamientos más cruentos de la época en la que el general José Dolores Estrada junto a su batallón integrado por 180 hombres, derrotaron a 300 filibusteros enviados por el estadounidense William Walker, y comandados por Byron Cole. Walker pretendía conquistar Centroamérica, fue presidente de Nicaragua entre julio de 1856 a mayo de 1857.

“A pesar de la férrea oposición de la coalición de Estados centroamericanos. Walker planeaba unificar las repúblicas de América Central bajo su gobierno, pero el industrial estadounidense Cornelius Vanderbilt, de cuya empresa de transportes se habían apropiado los partidarios de Walker, financió las fuerzas que lo derrotarían en 1857”, revela enciclopedia Biografías y Vida.

Para evitar ser detenido tras su derrota, se entregó al ejército estadounidense y retornó a California, pero no desistió de sus intenciones. Su afán por conquistar Centroamérica lo llevaría a la muerte en 1860, fue detenido por las fuerzas británicas y extraditado a Honduras, donde fue ejecutado.

Actos politizados

La conmemoración de los dos hechos históricos ha sido politizada por el gobernante partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). La bandera sandinista (roja y negra) aparece junto a la bandera nacional (azul y blanco), en los desfiles patrios y actividades conmemorativas.

En las redes sociales se observan fotos y videos de estudiantes cargando ambas banderas en el recorrido que realizó la Antorcha Centroamericana a su paso por Nicaragua. El recorrido, es una tradición que los cinco países y se realiza desde 1964, como homenaje a la firma del Acta de Independencia. Inicia en Guatemala y sigue por El Salvador, Honduras, Nicaragua y concluye en Costa Rica.

Represión

La conmemoración de las fechas patrias llega en medio de una ola represiva contra la iglesia católica, una decena de sacerdotes están encarcelados, entre ellos el obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez.

El prelado permanece bajo arresto domiciliar, mientras los cinco sacerdotes, dos seminaristas y un laico que permanecieron secuestrados durante dos semanas con el obispo en el Palacio Episcopal de Matagalpa, fueron trasladados a la cárcel de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía donde permanecen sin que se conozcan las causas de su detención.

Monseñor Rolando Álvarez
El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, se arrodilla para orar en la entrada de la curia episcopal donde fue impedido de ingresar por la Policía durante varias horas.

El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, se arrodilla para orar en la entrada de la curia episcopal donde fue impedido de ingresar por la Policía durante varias horas.

Monseñor Álvarez es acusado por el régimen sandinista de “organizar grupos violentos e incitarlos a ejecutar actos de odio contra la población”, sin que existan pruebas para semejante acusación.

Otros sacerdotes permanecen bajo asedio de la Policía Nacional. Ortega persigue a la iglesia católica argumentando que fueron participes de lo que él llama “golpe de Estado”, en alusión a las protestas de abril de 2018, en la que miles de nicaragüenses salieron a las calles en demanda de un cambio de timón y la restauración de las libertades públicas en el país.

La respuesta del dictador fue la represión que causó más de 350 personas asesinadas, una parte fue ejecutada por francotiradores. El régimen logró desmantelar las protestas a sangre y fuego y desde entonces ha desarticulado a la oposición, partidos políticos, medios de comunicación, ordenó el cierre de más 1.500 organizaciones no gubernamentales, y hoy el blanco es la iglesia católica.

En lo que va del año al menos 20 medios de comunicación, televisión y radio, han sido clausurados, la mayor parte son medios de la iglesia católica.

Las calles en Nicaragua permanecen bajo estricta vigilancia policial con la colaboración de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC), la estructura creada por la dictadura para controlar el movimiento de la ciudadanía.

La comunidad internacional sigue exigiendo a Ortega el cese de la represión, un diálogo nacional "significativo, inclusivo y participativo", para resolver la actual crisis social, política y de derechos humanos, una petición que el dictador sandinista sigue ignorando.

@FloresJudith7
[email protected]

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar