sábado 16  de  marzo 2024
POLÍTICA

Nicaragua genera un dilema en la izquierda de la región

Mientras algunos líderes han ofrecido asilo y ciudadanía a los disidentes de Ortega, otros han vacilado en condenar las acciones del régimen de Nicaragua

MANAGUA.- La situación política en Nicaragua sigue siendo motivo de preocupación en todo el continente. La ola represiva impulsada por el régimen de Daniel Ortega, que despojó de su nacionalidad a más de 300 opositores, planteó una disyuntiva a los gobiernos de izquierda en América Latina.

Mientras algunos líderes han ofrecido asilo y ciudadanía a los afectados, otros han vacilado a la hora de condenar las acciones del régimen nicaragüense.

El presidente chileno Gabriel Boric ha sido uno de los líderes más enérgicos en su crítica a Ortega, llamándolo "dictador". Boric representa a una nueva generación de izquierda más frontalmente crítica con Ortega, marcando una diferencia con otros líderes de izquierda que han evitado criticar abiertamente al régimen nicaragüense.

Según Michael Shifter, expresidente del Diálogo Interamericano con sede en Washington, Boric ha asumido una postura contundente y ética ante la situación más dramática en América Latina en derechos humanos en los últimos 30 años, mientras que otros gobernantes latinoamericanos de izquierda han sido más reticentes a criticar al régimen de Ortega, quizás por miedo a ser percibidos como alineados con Estados Unidos.

México y Argentina, a pesar de su tradición de dar acogida a perseguidos políticos y refugiados de guerras, se han mostrado dubitativos frente a los oprimidos de Nicaragua. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció asilo y nacionalidad a los disidentes nicaragüenses, pero ha evitado criticar abiertamente al régimen de Ortega. Por su parte, Argentina ofreció la ciudadanía a los afectados, pero sin tomar una postura más firme.

El gobierno colombiano de Gustavo Petro, un exguerrillero al igual que Ortega, ofreció la nacionalidad colombiana al político, intelectual y escritor nicaragüense Sergio Ramírez, mientras que el expresidente de Uruguay José "Pepe" Mujica fue más parco en sus declaraciones, admitiendo que a Ortega "hace rato que se le fue" la mano.

El silencio del brasileño Luiz Inácio 'Lula' Da Silva ha sido destacado por algunos analistas como una estrategia para evitar desagradar a sus electores más centristas o a una parte del PT, que defiende el silencio o la defensa de Ortega.

La situación en Nicaragua requiere una respuesta contundente por parte de los líderes de izquierda en América Latina. La defensa de los derechos humanos y las libertades democráticas no deben ser una cuestión ideológica, sino una responsabilidad moral y ética que debe ser compartida por todos los líderes políticos de la región.

FUENTE: Con información de AFP

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