El "caso Melody", como ha sido bautizado el de la exjueza Melody González Pedraza, quien solicitó asilo en Estados Unidos tras haber presidido un tribunal municipal en Cuba y haber militado en el Partido Comunista (PCC), pareció llegar a su fin el 21 de mayo, cuando un juez migratorio decretó su expulsión del país.
Sin embargo, a la magistrada le quedan aún cinco días para apelar el fallo judicial en su contra. E incluso si finalmente es devuelta a Cuba, son varios los desenlaces que podría tener la historia de esta mujer, que llegó a Estados Unidos el 30 de mayo de 2024 como beneficiaria del programa de Parole Humanitario implementado por la Administración de Joe Biden, días después de haber dictado penas de prisión contra cuatro jóvenes sin suficientes pruebas, como confesó posteriormente en entrevista con Diario de Cuba
Pero ni la negativa de entrada a Estados Unidos que recibió —y a la que siguió su solicitud de asilo, así como las denuncias que hizo sobre el sistema judicial cubano en entrevistas con esta redacción—, ni la orden de deportación que pesa sobre ella están relacionadas con ese juicio, que realizó como presidenta del Tribunal Municipal de Encrucijada, Villa Clara, sino con su militancia en el único partido político legal del país, hasta días antes de emigrar.
González Pedraza fue trasladada de prisión y de estado días después de que el juez migratorio ordenara su expulsión de Estados Unidos. No quiso revelar su actual ubicación a esta redacción. Aunque le quedan pocos días para apelar su deportación, no ha decidido si lo hará.
Diario de Cuba analiza a continuación posibles escenarios que enfrenta la exjueza, y comparte opiniones de profesionales que continúan en Cuba sobre la forma en que actuó la jurista desde que tramitaba su salida de la Isla.
En caso de que González Pedraza apele, la orden de deportación se suspenderá hasta que una instancia superior de la corte en Estados Unidos dé una respuesta positiva a su solicitud de asilo o ratifique la negativa y, por tanto, su expulsión.
¿Cómo responderá el régimen cubano al posible retorno forzado de su antigua funcionaria?
De Melody González no apelar, o de hacerlo y ser expulsada de todas formas de Estados Unidos, La Habana puede reaccionar de varias formas.
Lo primero que puede suceder es que se rehúse a recibirla, como ya hizo con dos cubanos condenados por delitos graves en Estados Unidos, quienes terminaron en África. La exmagistrada podría también terminar en un tercer país o permanecer en territorio estadounidense en un limbo jurídico.
Si el régimen cubano decide permitir su entrada, es poco probable que sea con buenas intenciones. González Pedraza podría ser detenida y acusada de "propaganda enemiga", "desacato", "incitación al odio", "difusión de noticias falsas", "otros actos contra la seguridad del Estado", por sus denuncias a DIARIO DE CUBA sobre la manipulación del juicio en el que fueron condenados sin pruebas cuatro jóvenes, y sobre el sistema judicial cubano en general.
Al haber sido funcionaria, Melody González Pedraza puede ser acusada de "traicionar" normas éticas relacionadas con su "deber", de exponer ciertos "secretos oficiales" y de cometer o contribuir al desarrollo de "actos contra la seguridad del Estado", debilitando o "mintiendo" sobre el sistema judicial de Cuba.
En caso de ser procesada, estaría privada de garantías procesales contempladas en las leyes cubanas, como ya ella conoce.
¿Posible protagonista de Razones de Cuba o Hacemos Cuba?
Incluso si no es arrestada, en Cuba González Pedraza se verá sometida a vigilancia policial, acoso domiciliario, citaciones "preventivas", interrogatorios y campañas de difamación en medios oficiales. El acoso posiblemente no se detendrá en ella, sus familiares también podrían recibir amenazas. Además, es muy probable que las autoridades controlen sus comunicaciones.
Una certeza que puede tener la jurista es que no podrá volver a trabajar en el sistema judicial cubano e incluso podría resultarle difícil conseguir cualquier otro tipo de empleo.
En el plano social, la antigua presidenta del Tribunal Municipal de Encrucijada enfrentará el rechazo tanto de quienes desaprueban su proceder como jueza en el juicio que terminó con penas de prisión para cuatro personas sin suficientes pruebas, como de quienes consideren cuestionable que haya denunciado al sistema judicial de la Isla.
En esa situación de aislamiento social, desempleo y temor constante, la magistrada puede ser presa fácil para que la Seguridad del Estado la obligue a retractarse públicamente de sus denuncias.
González Pedraza podría ser una de las próximas protagonistas de los programas de propaganda del régimen Razones de Cuba, operado por la Seguridad del Estado, o Hacemos Cuba, conducido por el vocero castrista Humberto López. Es un tratamiento común para desertores de los aparatos judicial, militar o político
La otra opción que tiene la exjueza es salir nuevamente de Cuba hacia España, Alemania, México, Colombia, Brasil o Canadá, alegando persecución política.
Si González Pedraza decide hacer públicas sus experiencias una vez más, podría ser testigo clave ante organismos como el Comité Interamericano de Derechos Humano (CIDH), las Naciones Unidas o tribunales simbólicos sobre Cuba. Recibiría apoyo de ONG internacionales.
Esto elevaría los riesgos de persecución para ella y para su familia en Cuba, pero también el nivel de protección internacional.
Opiniones desde Cuba sobre el caso Melody
El silencio del régimen cubano sobre la solicitud de asilo y las denuncias de la jurista en EEUU no significa que el personal del sector judicial haya estado ajeno al caso Melody.
Profesionales consultados por DIARIO DE CUBA al respecto aseguran que ha habido mucha expectativa sobre el desarrollo y el resultado del caso.
Aunque aseguran que todo lo denunciado por la magistrada sobre el funcionamiento de la Justicia en Cuba es absolutamente cierto, también consideran que ella procedió con poca ética mientras tramitaba su salida.
"Ahí hay una cuestión ética que es importante: si ella ya estaba en trámites de irse de Cuba, no debió continuar procesando ese caso y debió pedir la baja del Partido mucho antes", dice una fuente que prefiere hablar bajo anonimato. "No debió ceder a la presión de la Seguridad del Estado para que condenara a esos muchachos, sabiendo que las pruebas eran insuficientes, sobre todo si se iba a ir".
"Además, ella le negó la posibilidad de salir por el parole (humanitario) a uno de esos muchachos acusados. Sin embargo, ella se fue del país por esa misma vía. Eso no está bien", opina otra fuente, que tampoco desea que se revele su nombre ni su cargo.
FUENTE: Diario de Cuba