domingo 26  de  octubre 2025
VENEZUELA

Régimen de Maduro impide al cardenal Baltazar Porras oficiar misa por San José Gregorio Hernández en Venezuela

En un video, el cardenal venezolano denunció que los obstáculos impuestos reflejan la “falta de libertad ciudadana y el exceso de militarización” en Venezuela

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

CARACAS.- El régimen de Nicolás Maduro impidió al cardenal Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas, llegar al santuario de San José Gregorio Hernández en Isnotú, estado Trujillo, donde debía oficiar una misa este domingo, 26 de octubre, por la fiesta litúrgica del santo venezolano.

La medida, que incluyó la suspensión de vuelos y un fuerte despliegue militar, desató una nueva confrontación entre la dictadura chavista y la Iglesia Católica, en un episodio que recuerda la persecución religiosa ejercida por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.

Según denunció el propio cardenal en un video publicado en su cuenta de Instagram, las restricciones comenzaron el 24 de octubre, cuando recibió una llamada del viceministro de Cultos chavista informándole de la “inconveniencia” de su presencia en Trujillo por supuestos informes de “posibles disturbios”. Porras afirmó que su único propósito era presidir la eucaristía y que nunca fue notificado formalmente de ninguna situación de riesgo.

“Inusual despliegue militar”

Horas más tarde, el vuelo que debía transportarlo desde Caracas fue cancelado por Conviasa hasta el 28 de octubre, aunque el purpurado comprobó que la aeronave partió y aterrizó con normalidad en Valera. “No tuvimos ninguna agresión física. Lo poco que pudimos escuchar es que son órdenes superiores”, relató el cardenal, quien explicó que incluso su intento de llegar por vía terrestre fue bloqueado por un “inusual despliegue militar” en Barquisimeto.

En su mensaje, Porras denunció que los obstáculos impuestos reflejan la “falta de libertad ciudadana y el exceso de militarización” en Venezuela. “¿Cuál es el delito que se ha cometido para que uno no pueda ir a cumplir con un deber religioso?”, cuestionó.

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) fue notificada oficialmente de la “inconveniencia” de la visita, lo que provocó duras críticas dentro y fuera del país. La líder opositora María Corina Machado, reciente ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, calificó el hecho como una “escalada represiva del régimen” y afirmó en X que “lejos de intimidar con esta violencia desesperada contra la Iglesia, estas acciones solo logran una mayor unión y determinación del pueblo venezolano”.

El incidente ocurre en medio de una creciente tensión entre el chavismo y la jerarquía eclesiástica. Días antes, durante un acto transmitido desde Caracas, Maduro acusó —sin pruebas— al cardenal Porras de haber conspirado durante años para impedir la canonización de José Gregorio Hernández, afirmando que “la santificación se logró a pesar de Porras y de su cofradía”.

El dictador aseguró, además, haber presentado personalmente la causa del beato ante el papa Francisco, atribuyéndose el mérito de la canonización.

Mensaje desde Roma

Las acusaciones de Maduro fueron emitidas poco después de que Porras, en una conferencia en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, calificara la situación venezolana de “moralmente inaceptable” por la pérdida de libertades, el aumento de la pobreza y la militarización del Estado. El cardenal también exigió la liberación de los presos políticos y la restitución de la autonomía de los poderes públicos.

La reacción de Maduro ha sido comparada con la ofensiva de Daniel Ortega contra la Iglesia católica en Nicaragua, donde el régimen sandinista encarceló y desterró a decenas de sacerdotes, confiscó propiedades e incluso expulsó a congregaciones religiosas críticas con el gobierno. En ambos casos, la Iglesia ha sido blanco de campañas de difamación y restricciones de movilidad como forma de intimidación política.

En medio de la polémica, la Arquidiócesis de Caracas anunció la cancelación de una misa multitudinaria en honor a José Gregorio Hernández, prevista para el sábado en el estadio de béisbol de la capital, alegando “motivos logísticos y de seguridad”. El sacerdote Armelim De Sousa explicó que la suspensión se debió al exceso de solicitudes de entrada y negó presiones del gobierno.

Aun así, parroquias de todo el país celebraron vigilias y misas en honor a los nuevos santos venezolanos, convertidos en símbolo de esperanza para millones de fieles en un contexto de represión y adversidad.

FUENTE: Con información de redes sociales / AFP / Infobae

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