Fotografía de fichaje publicada el lunes 18 de marzo de 2019 por el Departamento de Policía del condado San Mateo que muestra al expresidente peruano Alejandro Toledo tras ser arrestado por sospechas de ebriedad en público.
Departamento de Policía del condado San Mateo vía AP, archivoLIMA.- El expresidente peruano, Alejandro Toledo, solicitó a las autoridades estadounidenses que retrasen su extradición a Perú hasta que se resuelva su petición de habeas corpus, ya que asegura que el país se encuentra en un estado de emergencia peligroso y violento, impulsado por prejuicios racistas contra los indígenas, entre ellos, él mismo.
La defensa del expresidente señaló que Perú ya presentaba inestabilidad política con cambios constantes, por lo que consideran que la situación actual es aún más delicada. Además, Toledo instó al juez Thomas S. Hixson, de la Corte del Distrito Norte de California, a no acceder a la petición del Gobierno de Estados Unidos de revocar su libertad bajo fianza, ya que asegura que está dispuesto a entregarse a las autoridades una vez que se agoten todas las vías legales para suspender su extradición al país andino.
La abogada de Toledo, Jodi Linker, señaló que el exmandatario está preparado para entregarse a las autoridades, por lo que no existe razón alguna para dudar de su disponibilidad. Asimismo, subrayó el estado frágil de salud, por lo que es necesario actuar de manera humana para evitar que sufra daños mayores en caso de volver a prisión.
Toledo está acusado de delitos de corrupción relacionados con la constructora brasileña Odebrecht y fue arrestado en Estados Unidos con vistas a su extradición a Perú. En marzo de 2020, el expresidente logró la libertad bajo fianza alegando riesgos a su salud por la pandemia de coronavirus.
La defensa de Toledo considera que es necesario proteger la integridad física y mental del expresidente, y solicita que se agoten todas las vías legales antes de proceder a su extradición.
El exmandatario peruano fue detenido en 2019 en California, donde residía. En 2020, tras pagar una fianza, le fue otorgada la prisión domiciliaria y desde entonces vive en su casa en San Francisco, cerca de la Universidad de Stanford, donde estudió y trabajó.
Con su pasaporte retenido por la justicia estadounidense es además vigilado con un grillete electrónico.
FUENTE: Con información de Europa Press
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