MIAMI. - Si alguien tiene una visión clara, con criterios contundentes que llaman a la reflexión sobre la situación en Venezuela es el economista Diego Arria, político opositor y exembajador de ese país ante la ONU.
MIAMI. - Si alguien tiene una visión clara, con criterios contundentes que llaman a la reflexión sobre la situación en Venezuela es el economista Diego Arria, político opositor y exembajador de ese país ante la ONU.
El también exdiputado y exgobernador de Caracas conversó con DIARIO LAS AMÉRICAS en torno a la oposición venezolana integrada por partidos que califica como “franquicias electorales”, desde su punto de vista, “cada vez menos importantes, menos trascendentes y representativos del país”.
Según Arria, “los franquiciadores compiten unos con otros, no se unen para sacar un producto y por eso es por lo que la unidad nunca ha existido porque compiten entre ellos mismos por sus intereses y no realmente por el rescate de la libertad en Venezuela”.
- Hay una frase suya que ha generado alguna controversia: ‘Que se vayan todos’. ¿A quiénes se refiere?
He dicho que se vayan todos y me refiero a los responsables de lo que nuestro país sufre desde hace 23 años y que son casi todos los mismos que crearon las condiciones para que eso sucediera, que han cohabitado, ayudado o faltado a sus responsabilidades y que pretenden ser los mismos que conduzcan un proceso de rescate de la libertad que abandonaron hace mucho tiempo.
- ¿En esa frase está incluida la oposición venezolana?
En efecto, porque al régimen no se le puede decir que se vaya, hay que sacarlo, hay que botarlo. Es una frase dirigida exclusivamente a aquellos sectores que posan como oposición. Los partidos políticos han derivado en franquicias electorales y operan como franquiciadores cada vez menos importantes, menos trascendentes y representativos del país. Los franquiciadores compiten unos con otros, no se unen para sacar un producto, y por eso es por lo que la unidad nunca ha existido porque compiten entre ellos mismos por sus intereses y no realmente por el rescate de la libertad en Venezuela.
- ¿Se podría afirmar que el régimen de Nicolás Maduro no tiene una oposición sólida y cohesionada en estos momentos?
No la tiene. Sobre Venezuela llevo años diciendo que no ha habido oposición. En Venezuela hay posiciones. Por eso hablo de las franquicias. Es la posición de Acción Democrática, de Un Nuevo Tiempo, de Voluntad Popular, de Justicia Primero, pero no hay una cohesión. En dictaduras y ante narcotiranías como esta, no puede haber oposición, tendría que haber resistencia y no hay resistencia. La resistencia ha sido minada poco a poco por el régimen y al mismo tiempo se ha venido auto minando por las acciones que han tomado determinados dirigentes políticos que posan como oposición, que anteriormente yo calificaba como ‘chavistas light’, pero luego fueron ‘chavistas médium’ y ahora no sé en qué nivel están, que han creado un escenario de cooperación y de acomodamiento al régimen realmente penoso. Yo diría que cometen el delito de lesa patria con toda frecuencia.
- Por estos días uno observa con frecuencia titulares de prensa que anuncian negociaciones entre Maduro y la oposición. ¿Qué oposición es esa?
Eso es parte de esta complicidad. Van a México, se sientan en la mesa, aparece el canciller mexicano. Entonces damos la impresión de que estábamos negociando de tú a tú con un gobierno que va a hacer algo. No, esto es un engaño en el cual cooperan voluntariamente los dueños de las franquicias. Todas esas franquicias unidas no llegan seguramente al 10% o 15% de los venezolanos. Es ilegítima. No es representativa, pero lo peor es que sirve para legitimar la impresión de legitimidad y de normalidad.
- Es ineludible mencionar procesos dictatoriales como el cubano en el que existe un partido único. ¿Quién hace el contrapeso en su país?
Hay una cosa que es la realidad, lo que acontece en Venezuela, y otra es la imagen que proyectamos al mundo. Por ejemplo, yo hablaba con unos embajadores de las Naciones Unidas hace un par de semanas y me decían: ‘Bueno, usted dice que en Venezuela hay una narcotiranía, un régimen militarizado. ¿Y cómo se explica que usted tiene 20 candidatos a presidente, tienen primarias, van a tener elecciones y discuten sobre aspectos constitucionales de la República? Eso no existe en una narcotiranía’. Evidentemente, eso viene sirviendo para legitimar y dar la impresión de normalidad en un país que es todo lo contrario a la normalidad. Todo eso ha servido. Ha sido un ejercicio de complicidad que ha hecho que la agenda internacional nos excluya. No nos ha abandonado la comunidad internacional. Nosotros hemos abandonado a la comunidad internacional.
- Hablando específicamente de Occidente, uno podría pensar que muchos se han acostumbrado a ver a Cuba bajo el dominio de una dictadura totalitaria. ¿Lo mismo podría pensarse sobre Venezuela?
Hay un caso curioso. Por ejemplo, en las Naciones Unidas se habla de la ‘potencia ocupante’ cuando un país ocupa a otro. Cuba, que es una tercera parte de las dimensiones de Venezuela, sería nuestra ‘potencia ocupante’, algo real y absolutamente increíble, y no solo la ‘potencia ocupante’, sino una ‘potencia ocupante’ a la cual se le paga para que ocupe el territorio nacional. Este es un ejemplo de traición a la patria y de pérdida de la dignidad. Por supuesto, ni que hablar de la soberanía. Cuba ha ejercido el tutelaje no solo de la política interior de Venezuela, sino de la política internacional. Cuba es la que ha negociado todo cuando Venezuela tiene que ser votada en algún escenario internacional. Cuba es la que dirige el país y por eso desde Chávez se le paga un tributo a Cuba como el que pagaban las colonias al Imperio Romano. Es el más alto tributo que ha pagado Venezuela en toda su historia y sigue pagándolo a Cuba.
- ¿Qué rol cree usted que está cumpliendo en estos momentos la administración del presidente Joe Biden frente a la situación de Venezuela?
A mí me preocupa mucho la manera cómo la administración de los Estados Unidos viene manejando el problema de Venezuela, siendo nuestro principal aliado o nuestro mayor amigo. Como decía Kipling en su poema: ‘Todos tus amigos pueden confiar en ti, pero ninguno demasiado’. En este caso ha sido demasiado en los Estados Unidos, que es una gran potencia mundial y al final actúa de acuerdo con sus intereses y los intereses de los venezolanos han ido perdiendo importancia ante lo que a un mediano plazo puede ser el interés nacional de los Estados Unidos. Creo que los Estados Unidos han sobre manejado la situación de esta transición o de este interinato, porque controlaban el dinero de los venezolanos que está en el exterior. Y ese control de los fondos le dio un poder exagerado a los Estados Unidos en la construcción del interinato. Mi impresión personal es que los Estados Unidos, como muchos otros países, han llegado a la conclusión de que, con este tipo de dirigentes opacos, incompetentes, que se están acusando mutuamente de los peores delitos, no es posible sacar a Maduro. Entonces es mejor conversar pensando en que Venezuela puede ser en 10 o 15 años otra vez un país suministrador de energía importante. Es mejor irse acomodando con Maduro, porque con esta gente Maduro no va a salir nunca y eso sí tiene importancia para los intereses de los Estados Unidos, que a mediano plazo Venezuela pueda ser una fuente estable de abastecimiento de combustible.
dcastrope@diariolasamericas.com
@danielcastrope