Las madres venezolanas viven con temor de perder sus hijos en un hecho de violencia. La nación sudamericana lidera la cantidad de homicidios de jóvenes en todo el continente.
Es común leer en los diarios sobre la muerte de adolescentes por “balas pérdidas”, como le ocurrió en 2013 a una niña de 12 años que perdió la vida cuando recibió un tiro proveniente de una escopeta en la zona del abdomen frente a su casa, ubicada en la barriada Ojo de Agua, en el estado Miranda.
La jovencita era una promesa de las ligas menores del Caracas Fútbol Club. Incluso, hasta jugó para en la primera división de la categoría mayor.
Ante este panorama, el Centro Comunitario de Aprendizaje por los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, realizó un informe para alertar sobre del aumento de jóvenes que mueren a causa de la violencia.
La Morgue de Bello Monte, ubicada en la capital venezolana, es un lugar desgarrador donde las familias acuden para retirar a sus seres queridos fallecidos en hechos de violencia.
Desde deportistas hasta artistas entran en esta fatídica estadística. Venezuela es un país que se enluta por la pérdida de su sangre joven día a día.
Junior Arnaldo Urbina García, de 18 años, contaba los días que le quedaban antes de viajar a Estados Unidos para obtener una beca y continuar su carrera como beisbolista cuando fue asesinado a tiros en 2012.
Datos recolectados por el centro en base a las cifras de 2011, dan cuenta de que el 98% de las muertes violentas de varones entre 15 y 19 años fueron por armas de fuego. El 18% de las mujeres que mueren por esta razón están entre cero y cuatro años de edad.
El 82% de las adolescentes con edades comprendidas entre 10 y 19 años han perdido la vida en hechos de sangre.
Las informaciones que ofrecen las instituciones oficiales son cada vez menores, aunque bastaría revisar los medios impresos y las redes sociales para notar el aumento de este problema.
Zonas que se consideraban tranquilas, e incluso medios de transporte han sido escenarios de estas muertes, muchas de ellas hasta ahora impunes.
La "generación de relevo" de Venezuela, que en un momento se caracterizó por ser joven, es cada vez menor. Entre los jóvenes que se van de Venezuela por una mejor oportunidad y otro tanto que cae a manos de la delincuencia.
El Gobierno venezolano ha implementado números planes de desarme, el último fue el “voluntario” a cambio de becas escolares y trabajos, aún así la situación de inseguridad no ha mejorado.
Los incentivos no han sido lo suficientemente atractivos para lograr un desarme efectivo y bajar las cifras de homicidios. A pesar de ello el Gobierno se enorgullece de haber reducido esos hechos durante este 2014.
