
Este trastorno, también llamado anorexia sexual, implica una inhibición del deseo y una negativa a cualquier contacto carnal
MIAMI.- Anafrodisia es el término que define la disfunción caracterizada por la inhibición persistente o difusa del deseo sexual, una condición que puede afectar tanto a hombres como a mujeres, y que provoca una profunda insatisfacción y depresión en quien la padece.
Este trastorno, señalado en la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, implica un bloqueo en la apetencia sexual, es por esta razón que quienes lo padecen rechazan toda posibilidad de mantener relaciones sexuales y si las llevan a cabo, no las disfrutan.
En estos pacientes, la frecuencia en la actividad sexual se reduce considerablemente e incluso puede llegar a desaparecer. Es por eso que también se le llama anorexia sexual. Uno de los primeros en usar este término fue el doctor Patrick Carnes, aunque existen referencias previas de estudios realizados por los psicólogos Nathan Hare y Ellen Goodman.
Estos especialistas coinciden en que la anafrosidia, más allá de la inapetencia sexual, la dificultad para llegar al orgasmo y las relaciones sexuales dolorosas que la caracterizan, conlleva a evitar cualquier tipo de contacto carnal con otras personas.
Origen profundo
Las causas de esta carencia de libido pueden ser tanto físicas como psicológicas. En este segundo caso, se basan en el miedo al rechazo, una baja autoestima y la negación del propio placer. También hay que tener en cuenta el estrés, la ansiedad crónica, los problemas en la relación de pareja, y la violencia, tanto verbal y psicológica como física.
Las ideas distorsionadas de quienes sufren anafrosidia los llevan a pensar que el mundo está corrupto por el sexo y la sola posibilidad de contagiarse con algún tipo de enfermedad de transmisión sexual les genera un pánico incontrolable. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el problema está en el carácter social del coito, y no en el sexo directamente, pues los anoréxicos sexuales suelen ser grandes consumidores de pornografía.
Ahora bien, cuando el origen es de carácter físico, el trastorno está íntimamente vinculado a los procesos hormonales del organismo. En el caso de los varones, al nivel bajo de testosterona, y en el de la mujer, los ciclos que las hormonas marcan a lo largo de la vida.
De hecho, son las féminas quienes suelen ser las víctimas usuales de este trastorno que se relaciona con la llamada frigidez, que, según la Sociedad para la Investigación de la Salud de la Mujer, es la disfunción sexual femenina más común pues afecta aproximadamente a una de cada diez mujeres.
Por otra parte, y a nivel orgánico, las infecciones de orina y de genitales recurrentes en las féminas y los trastornos de erección en los varones, así como cierto tipo de enfermedades, y el consumo de medicamentos y alcohol, tienen influencia en la aparición y persistencia de esta disfunción.
Rescatando la libido
Vivir con anafrosidia es difícil. El tratamiento de la enfermedad suele ser largo y doloroso, requiere de una combinación de estrategias y de mucha fuerza de voluntad por parte del paciente, quien como primer paso debe identificar lo que está pasando, para luego, comprometerse con los grandes cambios que tendrá que hacer en sí mismo.
Algunos de estos cambios tiene que ver con la forma en que se percibe a sí mismo, y de lo que puede esperar de las relaciones con otras personas, pero además, debe impulsar modificaciones en su estilo de vida que le permitan combatir la ansiedad, el estrés y la fatiga que le provoca la idea de un intercambio sexual real.
El uso de fármacos como los destinados a tratar la disfunción eréctil en los varones y el trastorno del deseo sexual hipoactivo en las mujeres, son igualmente una opción. En el caso de las pacientes femeninas la aprobación por parte de la FDA de la flibanserina, la también llamada viagra femenina, ha sido considerado un gran avance. Para las mujeres resulta igualmente útil la terapia con estrógenos, que ayuda al cerebro a crear las conexiones químicas necesarias para aumentar el deseo sexual.
Síntomas de anorexia sexual